La Am¨¦rica oscura
CUANDO EL 23 de noviembre de 1963 el presidente Kennedy ca¨ªa asesinado, provocando una conmoci¨®n global comparable a los sucesos del 11 de septiembre pasado, pocos sospechaban que comenzaba uno de los misterios m¨¢s compactos de la historia de Estados Unidos. Casi cuarenta a?os despu¨¦s de un magnicidio que modific¨® las relaciones internacionales, un pu?ado de libros, algunos sobresalientes y discutidos, como la ¨²ltima novela de James Ellroy (Seis de los grandes, Ediciones B, 2001), explican, mediante una interpretaci¨®n literaria de datos reales, lo que nunca dijeron sobre el asunto ni el FBI, la CIA o el Gobierno norteamericano; son libros que hablan del lado m¨¢s oscuro de la realidad norteamericana. Qui¨¦n sabe si dentro de cuarenta a?os un nuevo Ellroy podr¨¢ ofrecernos una versi¨®n veros¨ªmil sobre la hoy incomprensible realidad de los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York o al Pent¨¢gono. Y es que la imaginaci¨®n criminal, posiblemente, s¨®lo es comparable a la literaria.
La historia subterr¨¢nea, literaria pero veros¨ªmil, que narra Ellroy en casi 900 p¨¢ginas que son como otros tantos pu?etazos en el est¨®mago, escenifica la intervenci¨®n de la mafia y de personajes reales como el todopoderoso director del FBI J. Edgar Hoover o el magnate de Hollywood Howard Hughes, am¨¦n de una pl¨¦yade de elementos de las agencias de seguridad en la conspiraci¨®n que comenz¨® en Dallas, sigue con el control de Las Vegas por los carteles de la droga y el crimen, pasa por la organizaci¨®n de la guerra en Vietnam y acaba con los asesinatos de Martin Luther King y de Robert F. Kennedy. Realidad y ficci¨®n son, en este libro -en el que los Kennedy son tan desmitificados como en la fant¨¢stica biograf¨ªa de la familia escrita por Peter Collier y David Horowitz (Tusquets, 1985)-, un extraordinario complemento como en las otras obras de Ellroy (por ejemplo, L. A. Confidencial, Ediciones B, 1998).
Verdadero experto en la Am¨¦rica oscura de los m¨¢s bajos fondos, la novela de Ellroy no resultar¨ªa cre¨ªble en su terrible versi¨®n si otros libros meramente documentales pero igualmente estremecedores, como Oficial y confidencial. La vida secreta de J. Edgar Hoover, de Anthony Summers (Anagrama, 1995), u Oswald. Un misterio americano, de Norman Mailer (Anagrama, 1995), entre los m¨¢s solventes, no permitieran contrastar buena parte de las hip¨®tesis de trabajo del novelista de Los ?ngeles en lo que se refiere al poder de tramas policiales y mafiosas basadas principalmente, pero no exclusivamente, en Estados Unidos. La incre¨ªble historia de J. Edgar Hoover, verdadero controlador, con artes pr¨®ximas al chantaje, de cuatro presidentes norteamericanos y las m¨²ltiples inc¨®gnitas que plantea la obra de Mailer sobre el papel de Lee Harvey Oswald, acusado oficialmente como responsable de la muerte del presidente Kennedy, coinciden plenamente con la versi¨®n de la novela de Ellroy, que deja abierta -?qui¨¦n es capaz de investigar a fondo a los servicios secretos, a los carteles econ¨®micos y a los poderes m¨¢s discretos del universo?- la paulatina ambici¨®n global de la Am¨¦rica oscura y sus ramificaciones planetarias.
Pero a¨²n hay m¨¢s. Y no se trata de una novela de James Bond sino del famoso ensayo de Manuel Castells (La era de la informaci¨®n (Alianza, 1996) que en su tercer tomo (Fin de milenio, cap¨ªtulo 'La conexi¨®n perversa: la econom¨ªa criminal global') hace una interpretaci¨®n, con datos propios, sobre el contexto criminal global que permite la existencia de lo que ya se apuntaba en la Am¨¦rica de los a?os cincuenta y sesenta como verdadero embri¨®n de una internacional del crimen hoy sin base concreta ni localizable. La globalizaci¨®n del crimen es, pues, paralela a cualquier otra.
He olvidado, expresamente a Tom Clancy, que no s¨®lo adelant¨® la idea de un avi¨®n empotrado en un edificio p¨²blico norteamericano, sino que tambi¨¦n anticip¨® el asalto a la Embajada japonesa en Lima en 1998 o que ha descrito, como si lo hubiera vivido, el entrenamiento de terroristas ¨¢rabes, porque las fuentes de Clancy son poco independientes, y ejerce un g¨¦nero de anticipaci¨®n con vocaci¨®n de influir sospechosamente en el porvenir. Otra cosa bien distinta es lo que hacen las novelas de Ellroy, que reconstruyen inteligiblemente, mediante el trabajo documental y la imaginaci¨®n, lagunas de un pasado que, visto desde ahora mismo, tambi¨¦n permite situar las inc¨®gnitas del presente en el contexto global que vivimos.
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