'Hay que combatir al tabaco como al terrorismo'
Ayudar a un fumador a dejar el tabaco es una tarea enormemente ardua y dur¨ªsima. Quien as¨ª lo afirma ha podido constatarlo a lo largo de sus m¨¢s de veinte a?os de experiencia en la primera unidad contra el tabaquismo que se cre¨® en Espa?a: la de la Corporaci¨®n Sanitaria del Cl¨ªnico de Barcelona. Dolors Mar¨ªn Tuy¨¤ (Barcelona, 1960) se incorpor¨® a esta unidad antitab¨¢quica el a?o de su fundaci¨®n, 1980, y la dirige desde hace 12 a?os.
Sin referentes en Espa?a, los responsables de esta unidad tuvieron que beber de fuentes de otros pa¨ªses europeos m¨¢s avanzados en la lucha contra el tabaquismo. Ha llovido mucho desde entonces, y, seg¨²n Mar¨ªn, pese a que Espa?a ha avanzado a pasos agigantados, queda todav¨ªa mucho camino por recorrer, especialmente en el tramo que corresponde al Gobierno. Licenciada en psicolog¨ªa por la Universidad de Barcelona, Dolors Mar¨ªn es fundadora de la Sociedad Catalana para la Prevenci¨®n del Tabaquismo. Desde el pasado mes de abril act¨²a de change agent de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), cuyo objetivo es hacer un seguimiento de los progresos o incumplimientos del Gobierno espa?ol en la lucha contra el tabaco.
'Cuando la adicci¨®n no es muy fuerte suele bastar con un apoyo psicosocial; pero muchas veces es necesario recurrir a f¨¢rmacos, parches de nicotina o chicles sustitutivos'
Pregunta. ?Cu¨¢l es su diagn¨®stico, como observadora de la OMS, de la actuaci¨®n del Gobierno espa?ol frente al tabaco?
Respuesta. En primer lugar, el Gobierno debe reconocer que el tabaco en Espa?a mata m¨¢s que el terrorismo, y que, por tanto, debe impulsar un verdadero plan de lucha contra este h¨¢bito, que ha hecho un gran da?o en el siglo XX y que lo seguir¨¢ haciendo en el XXI. Desde las unidades de deshabituaci¨®n podemos realizar una tarea importante, pero hay algo que los terapeutas no podemos controlar y que corresponde a la Administraci¨®n: impulsar pol¨ªticas para cambiar las normas sociales y minimizar los riesgos de habituaci¨®n y de reca¨ªda.
P. ?Qu¨¦ medidas concretas cree que deben tomarse?
R. Prohibir la publicidad del tabaco, aumentar el precio de las cajetillas, ofrecer ayudas econ¨®micas para la reconversi¨®n de las zonas productoras de tabaco, dificultar el acceso de los cigarrillos a los j¨®venes... En definitiva, hacer lo que muchos pa¨ªses ya est¨¢n realizando para proteger la salud de sus ciudadanos.
P. ?Por qu¨¦ cree que Espa?a sigue estando a la cola en materia de pol¨ªticas gubernamentales contra el tabaco?
R. Entre otras razones, porque para el actual Gobierno la lucha contra el tabaco no es una prioridad como lo es, por ejemplo, el terrorismo. Hay tambi¨¦n un elemento que contribuye a ello: en Espa?a, los grupos activistas contra el tabaco no est¨¢n estructurados y el Gobierno no se halla suficientemente presionado. No hay que olvidar tampoco la gran presi¨®n que ejercen las compa?¨ªas tabaqueras en sentido contrario.
P. ?Por qu¨¦ a un fumador le resulta tan dif¨ªcil dejar el tabaco? ?Qu¨¦ terapias se han demostrado m¨¢s eficaces?
R. Lo m¨¢s dif¨ªcil es no recaer despu¨¦s de haber dejado el tabaco. Adem¨¢s de la adicci¨®n que crea la nicotina, que es el alma del tabaco, hay un componente psicol¨®gico y social muy importante. Cuando la adicci¨®n no es muy fuerte, normalmente basta con un apoyo psicosocial; pero muchas veces es necesario recurrir a f¨¢rmacos, parches de nicotina o chicles sustitutivos. En estos casos siempre actuamos de acuerdo con el m¨¦dico de cabecera del paciente.
P. Un investigador sueco trabaja en una nueva vacuna contra el tabaco. ?Cree que puede funcionar?
R. Si finalmente se comprueba que tiene utilidad, bienvenida sea, pero no puedo pronunciarme sobre ella porque no tengo suficiente informaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ conclusiones ha extra¨ªdo de sus 20 a?os ayudando a dejar de fumar?
R. Que los fumadores, en general, son principalmente v¨ªctimas. Acostumbran a ser buenas personas que se vuelven m¨¢s irritables cuando dejan el tabaco y que recaen porque no quieren que sus relaciones familiares y laborales se deterioren. A menudo se infravaloran porque no se ven capaces de dejar el h¨¢bito.
P. ?Apoya el plan de la Generalitat de Catalu?a que prev¨¦ pagar hasta 50.000 pesetas del tratamiento farmacol¨®gico de los fumadores que demuestren haber dejado el tabaco?
R. Deber¨ªan impulsarse otras iniciativas menos costosas, como una l¨ªnea telef¨®nica de orientaci¨®n similar a la que tenemos en nuestra unidad del Cl¨ªnico. Las iniciativas como ¨¦sta parten de la premisa de que la deshabituaci¨®n es un proceso medicalizado, y no siempre es as¨ª.
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