V¨¦lez-M¨¢laga se enfrenta con Costas por unas casas amenazadas por el mar
El PSOE pide que se arregle la playa de Lagos
Las cinco familias que viven en la playa de Lagos, en V¨¦lez-M¨¢laga, son especialmente vulnerables a los temporales. Sus casas, construidas hace un siglo, est¨¢n ya en las mismas fauces del mar, que durante d¨¦cadas ha ido devorando arena y rocas. Desde 1968, los terrenos sobre los que est¨¢n construidas las 11 viviendas amenazadas de Lagos pertenecen a la Direcci¨®n General de Costas. Los vecinos no pueden pagarse casas nuevas, y las administraciones disputan qui¨¦n corre con los gastos de su protecci¨®n o de la reubicaci¨®n de los inquilinos.
La Ley de Costas de 1968 ya establec¨ªa que las casas de Lagos estaban en zona de dominio mar¨ªtimo-terrestre, pero entonces el riesgo de que las casas fueran fagocitadas por el mar se ve¨ªa lejano, y nadie inst¨® a los vecinos, que llevaban instalados all¨ª desde principios de siglo, a que se marchasen. Sin embargo, la acci¨®n erosiva de las olas iba acercando a?o tras a?o el mar a las fachadas traseras de las viviendas. A principios de la d¨¦cada de los noventa, los vecinos comenzaron a preocuparse por la situaci¨®n de sus casas, y a¨²n hoy est¨¢n sumidos en la incertidumbre.
'Costas no hizo nada porque no tiene prisa. Sabe que los terrenos son suyos y que tarde o temprano nos tendremos que marchar', dice Mercedes Gil, que habita con su madre y su marido una de las viviendas. Los vecinos aseguran que la situaci¨®n de las casas a¨²n no es cr¨ªtica. 'Algunos inquilinos, que hab¨ªan construido un porchecito sobre la escollera, s¨ª han sufrido problemas de grietas, y han tenido que salir de las casas porque se las declararon en ruinas, pero la mayor¨ªa de momento est¨¢ a salvo', dice.
Sin embargo, el asunto les preocupa. En el mes de julio, llegaron a contratar a un cantero para que les improvisara una escollera. Costas paraliz¨® los trabajos el primer d¨ªa y les inst¨® a elaborar un proyecto. El Ayuntamiento de V¨¦lez-M¨¢laga, gobernado por el PSOE, se ofreci¨® entonces a correr con los gastos de construcci¨®n de una escollera para proteger las casas. 'Costas no se neg¨®', dice Antonio L¨®pez, concejal de V¨¦lez, 'pero con las imposiciones que nos ha hecho, el coste de la escollera se eleva a 16 millones, que nos parece demasiado para una soluci¨®n provisional'.
La soluci¨®n definitiva, que se discute desde hace tiempo, es el realojo de los vecinos en viviendas nuevas. El consistorio est¨¢ dispuesto a facilitar, en un plazo de tres a?os, los terrenos, y a solicitar a la Junta que colabore en la financiaci¨®n de las nuevas casas, pero exige a Costas que tambi¨¦n aporte dinero para la construcci¨®n, algo a lo que la Direcci¨®n General se opone tajantemente.
Esta postura ha indignado al diputado socialista Miguel ?ngel Heredia que, despu¨¦s de mantener una reuni¨®n con vecinos, el Ayuntamiento y el subdelegado del Gobierno en M¨¢laga, Carlos Rubio, el pasado lunes, exigi¨® al Gobierno central que financie la escollera de protecci¨®n provisional, parte de la construcci¨®n de las casas y la regeneraci¨®n de la playa de Lagos. 'Si no', dijo, 'el Gobierno ser¨¢ responsable de cualquier desgracia que pueda suceder'.
Las declaraciones de Heredia no han sentado bien a Rubio, que trata de buscar una salida consensuada entre todas las partes. 'Costas nunca ha financiado la construcci¨®n de viviendas, no es algo de su competencia. Eso compete al Ayuntamiento y a la Junta', asegura. 'El compromiso de la Direcci¨®n General es el de regenerar la playa de Lagos y construir un paseo mar¨ªtimo en el momento en que las casas sean abandonadas. Se asumir¨¢n incluso los gastos de derribo y desescombro', dice.
Tanto Rubio como los representantes municipales reconocen que 'los vecinos no tienen que pagar los platos rotos', pero esto no termina de tranquilizar a los afectados. 'Nosotros no podemos irnos de aqu¨ª por nada del mundo, porque en cuanto salgamos por la puerta, perdemos todos nuestros derechos', dice Mercedes Gil, y apostilla: 'Las personas que vivimos aqu¨ª lo hacemos porque no tenemos a donde ir'.
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