Las consecuencias econ¨®micas de la secesi¨®n
Una reciente declaraci¨®n del C¨ªrculo de Empresarios Vascos pide que 'se realice un an¨¢lisis objetivo y serio de la gran interdependencia que existe entre las empresas y la econom¨ªa del Pa¨ªs Vasco y las del resto del Estado, as¨ª como del coste econ¨®mico y social de las posibles alternativas'. Esta petici¨®n deber¨ªa recibir una respuesta positiva por parte de los responsables pol¨ªticos del Pa¨ªs Vasco porque es una manera eficaz de dar contenido concreto a los conceptos abstractos de soberanismo, territorialidad, autodeterminaci¨®n y autogobierno habituales en el discurso del nacionalismo. La realizaci¨®n de ese estudio facilitar¨ªa al Gobierno vasco una informaci¨®n indispensable, tanto para definir los objetivos de su acci¨®n pol¨ªtica como, sobre todo, para explicar con seriedad a la ciudadan¨ªa vasca lo que est¨¢ en juego en el movimiento hacia una eventual secesi¨®n.
Atendiendo la petici¨®n de los empresarios, los responsables pol¨ªticos del Pa¨ªs Vasco seguir¨ªan la pauta marcada por sus colegas europeos con ocasi¨®n de un movimiento de sentido inverso al de una secesi¨®n. En 1986, cuando decidieron lanzar el gran proyecto de pasar de una uni¨®n aduanera esclerotizada a la creaci¨®n de un verdadero mercado ¨²nico comunitario, encargaron a una comisi¨®n de expertos dirigida por Paolo Cecchini un estudio encaminado a estimar los costes que soportaba la Comunidad por no alcanzar el grado superior de integraci¨®n que implicaba el mercado ¨²nico. Esta comisi¨®n de expertos ten¨ªa que estimar lo que se denomin¨® 'el coste de la no-Europa', o -visto desde el otro lado- ten¨ªa que estimar los beneficios que derivar¨ªan de la construcci¨®n de un genuino mercado interior para toda la Comunidad. Como es bien sabido, las cifras del estudio, publicado en 1988, fueron tan impresionantes que los responsables pol¨ªticos europeos se movieron r¨¢pidamente hacia la realizaci¨®n de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria a partir de 1992, pudieron explicar a sus ciudadanos lo que estaba en juego con el movimiento hacia el mercado ¨²nico y, con los a?os, vieron confirmadas sobradamente las previsiones sobre el crecimiento adicional que resultar¨ªa del mismo.
La apelaci¨®n de los empresarios vascos a que el estudio sea 'objetivo y serio' no est¨¢ fuera de lugar. El an¨¢lisis de las consecuencias econ¨®micas de la secesi¨®n, sus costes y beneficios econ¨®micos, es un tema extremadamente delicado porque se ha de proceder a estimar los beneficios que el Pa¨ªs Vasco deriva de su integraci¨®n en los mercados espa?oles de mercanc¨ªas, de servicios, de capitales, de trabajo, segmentos a su vez en gran parte del mercado ¨²nico comunitario, y a estimar el 'coste de la no-Espa?a', los beneficios que la econom¨ªa vasca perder¨ªa con la secesi¨®n. La validez de estas estimaciones depender¨¢ del rigor en la selecci¨®n de los escenarios que puedan dibujarse para la secesi¨®n, entre los que debe figurar el de un Pa¨ªs Vasco que tenga que desenvolverse, al menos temporalmente, sin el est¨ªmulo que la amplitud actual del mercado proporciona a la eficacia productiva de sus industrias. En la realizaci¨®n de un an¨¢lisis de esta naturaleza nada habr¨ªa m¨¢s est¨¦ril que su confusi¨®n con una acci¨®n pol¨ªtica con contenido -digamos- exclusivamente 'patri¨®tico' o abertzale.
Que esta est¨¦ril confusi¨®n es un peligro real en el Pa¨ªs Vasco que se tiene que evitar puede ilustrarse, a modo de ejemplo, con las declaraciones del presidente del PNV, Xabier Arzalluz, a un periodista polaco publicadas por EL PA?S en extracto el pasado mes de agosto. Al ser preguntado acerca de lo que cambiar¨ªa si ma?ana el Pa¨ªs Vasco se separa del resto de Espa?a, Arzalluz ha intuido correctamente la conveniencia, potencialmente muy fecunda, de referirse en su respuesta 'solamente a cosas pr¨¢cticas' (trenes de alta velocidad, mercados exteriores, moneda com¨²n), pero al formular la respuesta ha sucumbido a las querencias del exclusivismo 'patri¨®tico', tan fuera de lugar en el tratamiento de las 'cosas pr¨¢cticas'. En este ¨²ltimo aspecto, la respuesta del presidente del PNV se adorna con alguna inexactitud 'patri¨®tica' sobre la econom¨ªa de Euskadi (exporta fuera de Espa?a el 70% de su producci¨®n), acompa?ada de la pueril autoproclamaci¨®n de la superioridad pol¨ªtica e intelectual de los vascos y del excluyente lenguaje del 'no necesitamos a Madrid para nada'.
En el pensamiento del presidente del PNV parece hallarse impl¨ªcita la idea de que la eventual secesi¨®n del Pa¨ªs Vasco consiste en 'seguir todas las cosas igual que est¨¢n ahora, m¨¢s la independencia', por lo que ser¨ªa superfluo cualquier estudio de las consecuencias econ¨®micas de la secesi¨®n y cualquier negociaci¨®n sobre los ajustes exigidos por el cambio en las anteriores relaciones con Espa?a y con Europa o por las nuevas relaciones a establecer. En realidad, la eventual secesi¨®n cambiar¨ªa muchos elementos de una situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco caracterizada en la actualidad, entre otras cosas, por un alto grado de integraci¨®n comercial y financiera con Espa?a y con Europa, una elevada volatilidad de los flujos de capital y una notable facilidad para la deslocalizaci¨®n de empresas y actividades. Por ello, el cambio en el sistema de relaciones con Espa?a y con Europa crear¨ªa inevitablemente un c¨²mulo de problemas pr¨¢cticos que exigir¨ªan una negociaci¨®n rigurosa. Parece superfluo a?adir que, en esta negociaci¨®n, el Pa¨ªs Vasco necesitar¨ªa de 'Madrid' para todo.
Las cosas no pueden ser de otra manera porque ninguna sociedad de nuestro tiempo, incluida la sociedad vasca, es un producto de la naturaleza, sino primordialmente un producto de la historia. Una vinculaci¨®n multisecular, que se remonta casi a los albores mismos del reino de Castilla en el siglo XI, ha tejido una espesa trama de interdependencias demogr¨¢ficas, comerciales y financieras del Pa¨ªs Vasco con el resto de Espa?a que es imposible pasar por alto, sobre todo cuando la Uni¨®n Europea, de la que Espa?a forma parte, se viene moviendo con ¨¦xito creciente hacia una integraci¨®n econ¨®mica cada vez m¨¢s profunda y m¨¢s beneficiosa para sus part¨ªcipes. Resulta ilusorio imaginar que la cirug¨ªa de la secesi¨®n pueda operar sobre esta trama de interdependencias sin la anestesia de una cuidadosa negociaci¨®n de los ajustes exigidos para paliar las incidencias negativas de la secesi¨®n, que afectar¨¢n principalmente a la econom¨ªa vasca por su alto grado de dependencia de los mercados espa?oles y europeos. Este escenario no tiene otra alternativa real que no sea la poco atractiva ruptura revolucionaria de los lazos con Espa?a, que conducir¨ªa, inevitablemente, a la p¨¦rdida de mercados y al ¨¦xodo de capitales, de empresas y de trabajadores, a modo de preludio del retorno a la naturaleza, obviamente inviable, con que parece so?ar el radicalismo abertzale.
Sea o no est¨¦ril el tratamiento que Arzalluz dio a las cosas pr¨¢cticas en su respuesta al periodista polaco, es positivo que el presidente del PNV intuya la conveniencia de referirse a las mismas cuando es preguntado por las consecuencias de la secesi¨®n. Esta intuici¨®n ser¨ªa muy fecunda si conduce a acoger la petici¨®n del C¨ªrculo de Empresarios Vascos y se pone en marcha un an¨¢lisis riguroso de las consecuencias econ¨®micas de la modificaci¨®n del sistema de relaciones del Pa¨ªs Vasco con Espa?a y con Europa. Para realizar este an¨¢lisis, el Pa¨ªs Vasco dispone de unas t¨¦cnicas que se han ido perfeccionando con el tiempo, en especial con los estudios dedicados a analizar los costos y beneficios que supone el ingreso de un pa¨ªs en una uni¨®n monetaria, cuesti¨®n que ha despertado un inter¨¦s creciente en los ¨²ltimos a?os. El Pa¨ªs Vasco dispone tambi¨¦n de expertos suficientemente cualificados para manejar estas t¨¦cnicas y, a modo de muestra, puede verse un estudio reciente que intenta cuantificar la incidencia del terrorismo de ETA en la econom¨ªa vasca, comentado por Patxo Unzueta en EL PA?S del 18 de octubre. El estudio, The Economic Costs of Conflict: a Case-Control Study for the Basque Country, ha sido publicado en septiembre de 2001 como documento de trabajo del National Bureau of Economic Research y a ¨¦l se ha referido la revista Business Week a prop¨®sito del debate sobre las consecuencias econ¨®micas del 11 de septiembre. Sus autores son Alberto Abadie, de la Universidad de Harvard, y Javier Gardeaz¨¢bal, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
En ¨²ltimo t¨¦rmino, una decisi¨®n positiva sobre el estudio de las consecuencias econ¨®micas de una eventual secesi¨®n podr¨ªa marcar el comienzo del declive de la concepci¨®n exclusivamente abertzale o 'patri¨®tica' de la acci¨®n pol¨ªtica del nacionalismo vasco para abrirla a contenidos sociales y econ¨®micos m¨¢s universales. Este cambio, tan esperado por los observadores externos despu¨¦s de los resultados de las ¨²ltimas elecciones, ser¨ªa muy esperanzador, en primer lugar, porque est¨¢ hist¨®ricamente comprobado que las concepciones exclusivistas, se quiera o no, arrastran consigo la secuela de la violencia contemplada como una forma leg¨ªtima de lucha pol¨ªtica, incluido el engendro de la 'socializaci¨®n del sufrimiento' que autoriza a violar los derechos humanos de los propios ciudadanos vascos en aras de no se sabe bien qu¨¦ mito colectivo. En segundo lugar, porque superar el exclusivismo 'patri¨®tico' en la acci¨®n pol¨ªtica significar¨ªa que esta acci¨®n pasa a ser concebida en el Pa¨ªs Vasco, al igual que en los pa¨ªses democr¨¢ticos de su entorno europeo, como gesti¨®n y mejora del bienestar social de los ciudadanos (no del sufrimiento social de ¨¦stos), y dentro de ese bienestar, los contenidos 'patri¨®ticos' son un elemento m¨¢s, nunca el elemento exclusivo. Finalmente, ser¨ªa esperanzador por otro motivo no menos importante: en todos los pa¨ªses de aquel entorno, las instituciones e instrumentos de la acci¨®n pol¨ªtica democr¨¢tica, que son similares a los existentes en el Pa¨ªs Vasco (partidos pol¨ªticos, elecciones, Parlamento, Gobierno), son utilizados como cauce id¨®neo para abordar y tratar de resolver los m¨¢s complejos problemas pol¨ªticos sin que hasta el momento resulten apreciables las ventajas que puedan obtenerse por eludir este cauce cuando se trata de abordar los problemas derivados del sistema de relaciones del Pa¨ªs Vasco con Espa?a y con Europa.
Josep Llu¨ªs Sureda, catedr¨¢tico, fue asesor del presidente Tarradellas en las negociaciones sobre el restablecimiento de la Generalidad de Catalu?a (junio-septiembre 1977).
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