Caballero Bonald afirma que el flamenco es 'una protesta sin destinatario'
El escritor jerezano cierra el Congreso de Lyra M¨ªnima Oral
El escritor Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald aport¨® ayer una definici¨®n m¨¢s al flamenco. 'Tambi¨¦n puede ser una protesta sin destinatario. La protesta de alguien que se queja de sus infortunios', explic¨® el poeta y novelista jerezano, que cerr¨® con una conferencia el III Congreso Internacional de Lyra M¨ªnima Oral en el paraninfo de la Universidad de Sevilla. El congreso, que se inici¨® el pasado lunes, ha estado dirigido al estudio de la poes¨ªa popular espa?ola. El flamenco centr¨® la jornada de ayer.
Caballero Bonald habl¨® de la 'l¨ªrica flamenca y de sus refundiciones con la poes¨ªa popular'. El autor de ?gata, ojo de gato propuso imaginar una 'escena de hace m¨¢s o menos dos siglos'. La acci¨®n se desarrolla en un suburbio o en un pueblo 'del camino real que une Sevilla con C¨¢diz'. Ese escenario puede estar en Triana, Utrera, Dos Hermanas, Lebrija, Jerez... O en Alcal¨¢ de Guada¨ªra, Mor¨®n, Arcos... 'Hay un grupo de gente menesterosa en una casucha humilde. Alguien canta', relat¨® Caballero Bonald. 'De esa escena se pueden deducir algunas reflexiones. Por ejemplo, que el cante flamenco primitivo consiste en un conjunto de letras referidas a episodios personales que dejaron una marca imborrable en la memoria del cantaor', se?al¨® el escritor de Jerez.
Esos episodios que serv¨ªan de cantera po¨¦tica al cantaor eran 'tragedias familiares, persecuciones, penalidades, referencias a la madre, a la compa?era...'. Hablaban de la vida de los m¨¢s humildes y perseguidos, aquellos que no figuran en las cr¨®nicas de pr¨ªncipes y jerarcas. 'Todas esas letras nos cuentan una parte de la historia de un pueblo que los historiadores no cuentan', recalc¨® el autor de Campo de Agramante.
La protesta de una persona que se queja de sus desdichas recurr¨ªa a un 'lenguaje elemental, profundo, contenido'. 'El cantaor se convert¨ªa en cronista de su vida o de su gente', agreg¨® el escritor. Y su arte reflejaba la 'cr¨®nica negra de un grupo ¨¦tnico marginado'. A esos gitanos hostigados por el poder -las persecuciones del siglo XVIII fueron tan salvajes como olvidadas- ven¨ªan a unirse otros grupos marginados, entre los que hab¨ªa gentes que hu¨ªan de la justicia. Todo ello propiciaba que la 'tem¨¢tica del flamenco tenga mucho de mestiza'.
Caballero Bonald tambi¨¦n hizo hincapi¨¦ en la 'confluencia de lo culto y lo popular en el flamenco'. 'La abundancia y naturalidad de tales intercambios entre la poes¨ªa culta y popular se produjeron desde que un cantaor quiso cantar un episodio de su vida ¨ªntima y le faltaban las palabras', coment¨® el escritor.
Caballero Bonald record¨® luego los cambios experimentados por el flamenco en los ¨²ltimos tiempos. 'Desde hace bastantes a?os el flamenco ha entrado en uno de sus m¨¢s fluctuantes y contradictorios ciclos de renovaci¨®n', explic¨®. Caballero Bonald precis¨® que 'el flamenco lleva impl¨ªcito el germen de su propia remodelaci¨®n'. Hay en este arte 'una capacidad autogen¨¦sica que hace que el flamenco se recree'. Y esto no es algo de los d¨ªas de hoy. Es una 'constante hist¨®rica' que se inicia al tiempo que el flamenco 'sale de su clandestinidad y se prolonga hasta hoy'.
'El flamenco se ha adaptado una vez m¨¢s a las exigencias de los tiempos', recalc¨® el escritor jerezano. Caballero Bonald resalt¨® una innovaci¨®n esencial: 'Ya no se canta lo que se ha vivido'. Y acab¨® con una menci¨®n al '¨²ltimo viraje en la tem¨¢tica flamenca'. 'A veces se tiene la impresi¨®n de que lo que o¨ªmos es prosa cantada', concluy¨® Caballero Bonald.
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