Sanidad debe pagar 20 millones por el asesinato de una paciente en el Cl¨ªnico

El Insalud, dependiente del Ministerio de Sanidad, deber¨¢ pagar 20 millones de pesetas a los dos hijos de Valeriana de la Fuente por los errores en el servicio de seguridad del hospital Cl¨ªnico que permitieron que el esquizofr¨¦nico Juan Jos¨¦ F. G., de 27 a?os, entrara en el centro en la madrugada del 20 de diciembre de 1997 y estrangulara a la anciana, que ten¨ªa 82 a?os. El agresor mat¨® dos d¨ªas despu¨¦s a un recluso que dorm¨ªa en la enfermer¨ªa de la prisi¨®n de Carabanchel, donde aqu¨¦l estaba preso.

En la causa penal abierta por ambos cr¨ªmenes, iniciada en la Audiencia de Madrid el 19 de octubre de 1999, Juan Jos¨¦ fue absuelto por eximente total por trastorno mental y el tribunal orden¨® su ingreso en un centro psiqui¨¢trico por un tiempo no superior a los 20 a?os.

La sentencia dictada ahora por la Secci¨®n Cuarta de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional considera que hubo una 'omisi¨®n del deber de vigilancia' por parte del Insalud, y establece que ¨¦ste indemnice con 10 millones de pesetas a cada uno de los dos hijos de la v¨ªctima por los 'da?os morales' sufridos.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 19 de diciembre de 1997. La mujer dorm¨ªa en la habitaci¨®n 4155, en la cuarta planta del ala sur del hospital, donde estaba ingresada por neumon¨ªa y desnutrici¨®n severa desde hac¨ªa dos semanas. El homicida fue sorprendido por un enfermero junto a la cama en la que yac¨ªa muerta Valeriana. El intruso sosten¨ªa en las manos un cintur¨®n con el que hab¨ªa estrangulado a la octogenaria.

La sentencia, dictada el pasado d¨ªa 6 por los magistrados Jos¨¦ Luis Requero, Francisco Javier Sancho y Ernesto Mangas (este ¨²ltimo actu¨® de ponente), considera probado que el homicida intent¨® acceder al hospital tres veces entre las 6.00 y las 6.30 por el servicio de urgencias. Un vigilante de seguridad se lo impidi¨®, tras lo cual Juan Jos¨¦ logr¨® entrar en el hospital por la puerta principal del centro.

Este vigilante sostuvo en el juicio contra Juan Jos¨¦ que en la puerta principal hab¨ªa 'un celador que ped¨ªa la autorizaci¨®n para poder entrar, pero que por la noche hab¨ªa ocasiones en las que se ped¨ªa y otras no'.

La sentencia tiene en cuenta el informe redactado en su d¨ªa por la direcci¨®n del centro se?alando que la noche del crimen hab¨ªa en el hospital cinco vigilantes, ninguno de los cuales estaba a cargo de la puerta principal del centro. Tampoco hab¨ªa ning¨²n vigilante de servicio en la planta cuarta del ala sur.

S¨®lo un vigilante

La direcci¨®n aleg¨® que las dimensiones del hospital y los 'recursos humanos disponibles' para la vigilancia del complejo imped¨ªan llevar medidas de vigilancia m¨¢s severas, lo que tampoco consider¨® necesario debido a la labor 'asistencial que presta el hospital'. El informe admite que la zona donde se produjo el crimen estaba a cargo de s¨®lo un vigilante, que realizaba rondas por todo el pabell¨®n sur, por el pabell¨®n B y por las instalaciones de las consultas externas.

La sentencia destaca que el contrato de vigilancia que el hospital ten¨ªa con la empresa Provinem Seguridad 'contempla espec¨ªficamente la vigilancia de accesos' y el 'control de entradas y salidas de personas'. La sentencia considera probado que 'no se adoptaron todas las medidas de seguridad encaminadas a controlar e impedir el acceso' del agresor a la habitaci¨®n de la v¨ªctima, pese a que el 'causante de la muerte fue interceptado por los servicios de seguridad en tres ocasiones durante esa noche'. Los magistrados consideran que el centro incurri¨® en 'responsabilidad patrimonial por omisi¨®n del deber de vigilancia'.

La demanda interpuesta por los hijos de la v¨ªctima contra la direcci¨®n del hospital y el Insalud reclamaba 60 millones de pesetas por los da?os morales y f¨ªsicos sufridos.

Uno de los hijos de la v¨ªctima, Francisco Alcubilla de la Fuente, esgrimi¨® que le hab¨ªa sido diagnosticada una diabetes con un componente nervioso y emocional derivado del impacto que le caus¨® la muerte de su madre. Tambi¨¦n alegaba que la depresi¨®n y ansiedad sufridas le impidieron trabajar tres a?os. Su hermana Paloma manifest¨® que sufri¨® una fuerte depresi¨®n durante los dos a?os siguientes al homicidio, adem¨¢s de haber tenido que abandonar la vivienda en la que resid¨ªa con su madre.

Los magistrados, sin embargo, desestiman los da?os f¨ªsicos al considerar no demostrada la relaci¨®n entre la muerte de su madre y las dolencias f¨ªsicas de Francisco. Tambi¨¦n consideran que la depresi¨®n de su hermana es un da?o moral y no f¨ªsico.