La foto del d¨ªa
Los tres peri¨®dicos nacionales, y algunos m¨¢s, publicaron la misma foto en portada. Es algo muy frecuente. La foto es un t¨®pico de los artistas de la Casa Blanca con los visitantes extranjeros: los dos rostros, las dos banderas. Aznar y Bush en ¨¦sta de hace un par de d¨ªas; Clinton y Mitterrand, u otros dos en cualquier momento del pasado. O Roosevelt y Churchill. Pertenece al arte pol¨ªtico actual, y a veces recuerda grandes cuadros antiguos. El valor period¨ªstico de la foto es muy relativo, por su condici¨®n t¨®pica. Es mucho m¨¢s importante el campo afgano cuajado de presos muertos, maniatados con sus propios turbantes, arrancados sus dientes de oro: bombardeados por los americanos, pateados y disparados por los afganos dirigidos por militares ingleses. O es mi punto de vista: pero me extra?a que nadie tenga ese mismo punto de vista. Quiz¨¢ la de los estudiantes en la calle, con sus profesores, en toda Espa?a, sea m¨¢s rara: no es frecuente ese n¨²mero ni esa edad, y representa una forma de pensamiento libre en el sentido en que se opone a una ley unipersonal sostenida por una mayor¨ªa absoluta, y objeto de una declaraci¨®n doctrinal de la autora ministra: apoyar esas manifestaciones es despreciar al Parlamento, porque en ¨¦l se hacen las leyes y no en las calles.
Quiz¨¢ yo sea m¨¢s sensible que mis compa?eros -y maestros: la juventud es un grado en el manejo y conocimiento de la actualidad- a esta idea de las primeras p¨¢ginas ¨²nicas, hechas seg¨²n consignas obligatorias: he mentido en esos peri¨®dicos 40 a?os. Me parece que el actual pensamiento ¨²nico no es m¨¢s que una reconstrucci¨®n del otro pensamiento ¨²nico, del obligatorio. ?ste tiene la ventaja de que no es obligatorio, sino que nace de la espontaneidad de las reuniones, del examen de docenas de fotos del d¨ªa, de discusiones y de creencias: lo que me puede preocupar es que todas esas formas de democracia organizada y leal conduzcan a un final parecido. Ni siquiera a dos, tres o diez fotos de Bush y Aznar entre las que elegir, sino a la misma. Podr¨¢ ser que el periodismo se haya convertido en una ciencia exacta -ahora que las ciencias son aleatorias y dudosas- y, realmente, la foto del d¨ªa sea siempre una y trina. A m¨ª me desasosiega. Las mismas noticias, las mismas tendencias en los t¨ªtulos, la misma foto. Como en los tiempos sovi¨¦ticos de Pravda y de Izvestia en la URSS; como los de Goebbels en Alemania.
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