Sin entrenador y sin Chilavert

Pese a que nunca ha hecho nada extraordinario -m¨¢s all¨¢ del ruido que, para bien o para mal, provoca Chilavert, su portero-, nadie se siente feliz ante Paraguay, un equipo rocoso, ultraconservador y poco imaginativo por mucho que cuente con futbolistas como Acu?a o Santacruz. Ya se enfrent¨® a Espa?a en el anterior Mundial y lo que se vio en aquellos 90 minutos ha quedado en la memoria como un horror. El partido acab¨® 0-0, como correspond¨ªa a un conjunto que s¨®lo dej¨® el recuerdo de su fortaleza defensiva y sus dos centrales, Ayala y Gamarra, elevados al rango de figuras, una idea que muri¨® en cuanto llegaron a Espa?a.

Para figura, Chilavert. Estar¨¢ en Corea, s¨ª, pero, si las apelaciones no prosperan, ver¨¢ los dos primeros encuentros, entre ellos el de Espa?a, desde la grada por escupir a Roberto Carlos en la fase de clasificaci¨®n, en la que arranc¨® a lo grande, con victoria sobre Brasil incluida, y acab¨® ridiculizado por Colombia (0-4), lo que fulmin¨® a Markarian, su seleccionador, al que a¨²n no se le ha encontrado sustituto a la espera de que el deseado, Bianchi, que va a irse del Boca Juniors, acepte el reto.