Un presupuesto poco debatido

Los distintos Gobiernos han utilizado frecuentemente los presupuestos, y sobre todo, la ley de acompa?amiento, para que el Parlamento pasara temas relacionados s¨®lo indirectamente con las cuentas del Estado. Se supon¨ªa, sin embargo, que en 2001 se iba a extremar el cuidado para conservar las formas: se trata de los primeros presupuestos del euro y de d¨¦ficit cero.

La sorpresa ha sido que la peculiar costumbre de presentar cuentas algo chapuceras y de utilizar el presupuesto para otras funciones, no s¨®lo no se ha moderado, sino que ha llegado este a?o a unos extremos sorprendentes.

La oposici¨®n socialista, que hab¨ªa mantenido inicialmente un tono cr¨ªtico pero moderado (Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero rompi¨® la tradici¨®n y renunci¨® a participar en el debate general), se vio de repente sobrepasada y mostr¨® una irritaci¨®n sin precedentes. La interpelaci¨®n realizada el pasado d¨ªa 28 por el portavoz econ¨®mico Jordi Sevilla fue probablemente una de las m¨¢s duras defendidas hasta el momento por un miembro de la Ejecutiva del PSOE: 'Vamos a hablar de milagros, mentiras y fraudes'.

El Gobierno decidi¨® introducir una nueva definici¨®n del servicio p¨²blico de TVE para hacer frente a las presiones de la UE para aclarar la financiaci¨®n estatal

La irritaci¨®n socialista se debe principalmente a tres puntos: el Gobierno del PP ha mantenido un escenario de crecimiento econ¨®mico que el propio Banco de Espa?a ha desmentido formalmente; ha aprobado un impuesto especial sobre las gasolinas a trav¨¦s de una simple enmienda en el Senado, sin discusi¨®n previa en el Congreso, y ha cambiado indirectamente el estatuto de RTVE.

Un cuarto punto, el cambio repentino de las condiciones para la financiaci¨®n de partidos pol¨ªticos legales y que obtengan votos en las elecciones, no suscit¨® la ira socialista por su contenido, pero s¨ª severas cr¨ªticas por su forma de presentaci¨®n y dudas sobre la legalidad de su prop¨®sito de no cumplir lo que hayan dicho los tribunales en sentido contrario.

La primera sorpresa que dio el PP fue el anuncio de que mantendr¨ªa los datos macroecon¨®micos (2,9% de crecimiento y d¨¦ficit cero) calculados antes de la crisis del 11 de septiembre, de la entrada en recesi¨®n de EE UU y del par¨®n de la econom¨ªa europea. Los organismos internacionales calculan, por el contrario, una ca¨ªda de la econom¨ªa espa?ola de dos puntos porcentuales sobre el a?o anterior, superior a la ca¨ªda media de la Uni¨®n Europea.

Nuevas rarezas

La segunda rareza lleg¨® con el anuncio de la creaci¨®n de un impuesto especial sobre las gasolinas aplicable por las comunidades aut¨®nomas y 'destinado a financiar la sanidad'. La medida, seg¨²n el Gobierno, era compatible con las dos grandes promesas de Aznar de no subir los impuestos y de mantener un d¨¦ficit cero. Seg¨²n la oposici¨®n, es una descarada forma, bastante injusta, de subir los impuestos de las clases medias y bajas. Sea como sea, lo m¨¢s extra?o de esta tasa es que no ha sido presentada en el debate general de los presupuestos, dedicado, en Espa?a y en cualquier parte del mundo, a discutir precisamente de impuestos. En Gran Breta?a, por ejemplo, el canciller Gordon Brown ha presentado esta misma semana su presupuesto para 2002. La pieza fundamental es un aumento de impuestos sobre la renta que permita financiar la mejora de la sanidad p¨²blica. Brown mantiene que el Gobierno conservador dej¨® en quiebra al Servicio Nacional de Salud. En cualquier caso, Brown ha convertido ya ese debate en la parte central de su defensa parlamentaria.

Otra extra?a novedad es la modificaci¨®n indirecta del Estatuto del Ente P¨²blico RTVE para introducir una definici¨®n de 'servicio p¨²blico'. En este caso, la urgencia se debe a las presiones de la Comisi¨®n, que anunci¨® el pasado 17 de octubre una pr¨®xima nota sobre Espa?a, harta de que el Gobierno no cumpliera las lev¨ªsimas obligaciones que impone la UE para la financiaci¨®n de los canales p¨²blicos de televisi¨®n.

Seg¨²n el Protocolo de Amsterdam, la Comisi¨®n reconoce la televisi¨®n p¨²blica, pero exige que los Estados definan libremente, 'con claridad y precisi¨®n', el modelo y la misi¨®n de su propio servicio p¨²blico. En este sentido deber¨¢ establecer una 'carta de compromiso' con el organismo televisivo en cuesti¨®n (RTVE), crear un ¨®rgano de control independiente y garantizar la transparencia de sus cuentas y contabilidad.

'La definici¨®n del servicio p¨²blico', a?ade la Comisi¨®n, 'alcanza a todo tipo de programaci¨®n, incluyendo entretenimiento y deportes, pero no se aplicar¨¢ a actividades que no se pueda considerar razonablemente que ayudan a servir las necesidades democr¨¢ticas, sociales y culturales de cada sociedad'. El Gobierno espa?ol parece haber aprovechado los presupuestos para satisfacer al menos uno de los requisitos de la UE, definir qu¨¦ es un servicio p¨²blico. El resto de obligaciones probablemente se har¨¢ esperar.