Barrio pobre, barrio rico
Arganzuela es un distrito de contrastes en el que las modernas edificaciones del Pasillo Verde conviven con infraviviendas
A diez minutos andando de los lujosos ascensores del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa viven, desde hace 14 a?os, tres familias portuguesas en infraviviendas. Han construido unas chabolas de madera enfrente de un hotel de cuatro estrellas, en la calle de M¨¦ndez ?lvaro. Mientras dentro del hotel los clientes toman caf¨¦ sentados en unos elegantes sof¨¢s, fuera, los portugueses lavan su ropa con una manguera que han enchufado a una boca de riego y andan descalzos a pesar de las bajas temperaturas.
'Somos nueve personas y s¨®lo trabajo yo limpiando en una parroquia', explica Gloria, una de las mujeres que vive en las chabolas. 'Gano 50.000 pesetas al mes', precisa. Una estufa, alimentada con maderas que el marido de Gloria recoge de los contenedores, calienta la estancia. La infravivienda est¨¢ recubierta con cartones y tiene dos camas y una televisi¨®n peque?a.
Baroja retrat¨® en 'La busca' la miseria que atenazaba a esta zona a principios del siglo XX
'S¨®lo hay una escuela infantil p¨²blica y tenemos 5.050 ni?os de cero a cuatro a?os'
Estas familias, que est¨¢n esperando a que el Ivima (Instituto de la Vivienda de Madrid, dependiente de la Comunidad) les de un cobijo digno, viven en el distrito de Arganzuela (132.341 habitantes), y su situaci¨®n junto a un hotel de lujo es un ejemplo de los enormes contrastes que tiene este distrito y que reflej¨® en sus novelas el escritor P¨ªo Baroja: la ronda de Toledo, el paseo de las Acacias, la ronda de Segovia o el paseo de Embajadores son zonas emblem¨¢ticas que utilizaban para sus correr¨ªas Manuel y Vidal, protagonistas de La busca (1904). Baroja retrat¨® en esta novela, como ¨¦l mismo dijo, 'el espect¨¢culo de miseria y sordidez de los barrios pr¨®ximos al Manzanares'.
Arganzuela tiene siete barrios: Imperial, Las Acacias, Legazpi, Delicias, Palos de Noguer, La Chopera y Atocha. 'El distrito se est¨¢ transformando, pero el desarrollo es muy lento y descoordinado', explica Matilde Fern¨¢ndez, concejal del PSOE.Arganzuela fue durante muchos a?os una zona industrial; poco a poco dio paso, sobre todo gracias al Pasillo Verde ferroviario, a un distrito residencial. En 1989, Renfe y el alcalde de Madrid, el socialista Juan Barranco, firmaron un acuerdo para enterrar la abandonada v¨ªa que enlazaba las estaciones de Pr¨ªncipe P¨ªo y Delicias y realizar as¨ª, seg¨²n sus promotores, la mayor obra urban¨ªstica de Espa?a.
El Pasillo Verde ha transformado la antigua red ferroviaria que atravesaba la zona en parques y, fundamentalmente, viviendas. Los pisos han ido sustituyendo a las f¨¢bricas, algunas de las cuales llevaban m¨¢s de medio siglo instaladas all¨ª. Pero algunos de los residentes denuncian que el desarrollo del Pasillo Verde ha supuesto una operaci¨®n especulativa. 'Al recalificar las zonas industriales en terreno para construir pisos, hay muchos propietarios que a¨²n no han tirado sus industrias porque est¨¢n especulando con el suelo', denuncian desde la Asociaci¨®n de Vecinos La Unidad de Arganzuela. Y a?aden: 'Al quedarse vac¨ªos los edificios, han empezado a utilizarse como lugares de venta de droga, con los problemas de seguridad que eso conlleva'. . En agosto de este a?o, un centenar de vecinos organizaron patrullas nocturnas para ahuyentar a vendedores y consumidores de droga que hab¨ªan ocupado unas naves industriales abandonadas en la calle del Maestro Arb¨®s, en la zona sur de Legazpi. No han sido los ¨²nicos vecinos de Arganzuela que han salido a la calle para solucionar un problema del barrio. En 1996, los residentes de M¨¦ndez ?lvaro tomaron la zona en protesta por la prostituci¨®n callejera. 'Nos cost¨® tres a?os, saliendo dos veces al d¨ªa y de manera pac¨ªfica, pero al final lo conseguimos. Los clientes empezaron a sentirse coartados y ya no hay prostitutas', recuerda Manuel L¨®pez, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de M¨¦ndez ?lvaro. Ahora, seg¨²n L¨®pez, apenas queda un grupo de cinco o seis meretrices en las inmediaciones del parque Enrique Tierno Galv¨¢n.
Los problemas a los que, como vecino de Arganzuela, se enfrenta ahora L¨®pez son bien distintos y, una vez m¨¢s, demuestran las abismales diferencias de renta que sufre este distrito. 'Lo que ahora nos preocupa es que el barrio se desarrolle urban¨ªsticamente. Hay unas 100 familias que viven en infraviviendas y que es necesario realojar en pisos en condiciones', explica. 'Hay un plan para derribar estas edificaciones y realojar a los vecinos, pero se est¨¢ retrasando demasiado', agrega. En las calles de Alpedrete o de Legan¨¦s, en el barrio de Atocha, hay varios ejemplos de estas infraviviendas y, a menos de cien metros, en la calle de M¨¦ndez ?lvaro, pisos que rondan los 40 millones de pesetas. 'El Ayuntamiento permite la construcci¨®n de viviendas de precio libre en n¨²mero excesivo y a unos precios muy elevados, y se dejan pasar los a?os sin resolver los realojamientos que est¨¢n pendientes', afirma la socialista Matilde Fern¨¢ndez.
Rosa, de 69 a?os, vive en una de las infraviviendas de la calle de Legan¨¦s. En el portal de al lado hay un edificio abandonado pero, desde hace diez d¨ªas, un grupo de 'unas 30 personas', seg¨²n los vecinos, ha entrado en ¨¦l. 'Han soldado la puerta y tienen sus propias llaves. Durante todo el d¨ªa hay un continuo ir y venir de gente. Adem¨¢s, han tra¨ªdo muchas maletas y colchones', comenta Rosa, y otros residentes asienten. Dos toxic¨®manas llaman a la puerta del edificio ocupado. En el primer piso se ve luz. Alguien abre la puerta y las mujeres entran. A los diez minutos salen y se van calle abajo.
Adem¨¢s de la seguridad, hay otro problema que preocupa a los residentes en Arganzuela: los equipamientos. 'El distrito ha crecido, pero no se han previsto los equipamientos necesarios en cualquier ordenaci¨®n urban¨ªstica', afirma Justo Calcerrada, edil de IU. 'Arganzuela era un distrito viejo en poblaci¨®n y en viviendas. Al hacerse nuevas viviendas ha venido mucha gente joven y muchos inmigrantes a vivir aqu¨ª', agrega. Matilde Fern¨¢ndez corrobora esta opini¨®n: 'Las inversiones en el distrito pasan de a?o a a?o sin que se lleven a cabo. Por ejemplo, en todo el distrito s¨®lo hay una escuela infantil p¨²blica y tenemos 5.050 ni?os de cero a cuatro a?os'. Y a?ade: 'Al distrito le faltan una escuela p¨²blica de m¨²sica, otra de idiomas y que el viejo matadero municipal se transforme en un gran centro cultural'. Algo en lo que coincide Justo Calcerrada: 'El PP quiere convertir la mitad del viejo matadero en un gran centro de ocio con cines y restaurantes. Pero este edificio tiene que albergar un centro cultural de uso vecinal', exige.
Un grupo de ni?os juega en el parque Enrique Tierno Galv¨¢n, al lado del Planetario, que visitan al d¨ªa cientos de personas y que es una de las joyas de Arganzuela. Cerca, discurre la M-30, uno de los focos de ruido que tiene que soportar el distrito. 'Por Arganzuela pasan muchas v¨ªas grandes: la ronda de Toledo, Embajadores, la salida a la M-30 por Santa Mar¨ªa de la Cabeza... Sufrimos atascos y ruidos que tenemos que a?adir a los que causan las obras', denuncian en la Asociaci¨®n de Vecinos La Unidad de Arganzuela.
El desmantelamiento del puente de Santa Mar¨ªa de la Cabeza ha sido una de las obras que m¨¢s ruidos ha llevado al barrio, afirman en la citada asociaci¨®n vecinal. 'Toda la operaci¨®n ha sido un infierno por las obras y por los desv¨ªos de tr¨¢fico', dicen, y agregan: 'A pesar de los problemas, a la gente le gusta vivir en Arganzuela porque sigue siendo un barrio genuino en el centro de la ciudad. Perduran comercios de toda la vida y peque?os bares donde tomarse el aperitivo con los vecinos'.
Antonio Jim¨¦nez, que vive en una infravivienda y que est¨¢ esperando a que el Ayuntamiento le realoje, lo tiene claro: 'Llevo 50 a?os viviendo en este barrio y no quiero que me lleven a vivir a otro sitio', dice. 'Tenemos cosas importantes, como el Planetario o el Vicente Calder¨®n, que le dan mucha vida al barrio', comenta Paco Navarro, otro vecino. 'Este barrio es el mejor, simplemente hay que fijarse en su luz, que es maravillosa y ¨²nica en la capital', concluye Manuel L¨®pez, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de M¨¦ndez ?lvaro.
Arganzuela sigue creciendo, y con ello las ilusiones de los residentes que, con sus peque?os logros, han conseguido hacer uno poco m¨¢s agradable la vida en este distrito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.