Nuevos l¨ªderes desplazan a Arafat
Los j¨®venes que dirigen la Intifada no creen en la negociaci¨®n y est¨¢n ideol¨®gicamente muy lejos de la vieja guardia de la OLP
?Existe una alternativa a Yasir Arafat? S¨ª, seg¨²n Jalil Shikaki, profesor de la Universidad de Bir Zeit y director de uno de los dos institutos de sondeos palestinos, el Centro Palestino para Investigaciones Pol¨ªticas. Pero no es la que se imaginan los israel¨ªes.
En un estudio publicado en noviembre, y basado en los datos obtenidos durante siete a?os de los sondeos realizados entre 1994 y 2001, el profesor Shikaki desarrolla lo que denomina una 'tercera tesis' para explicar la Intifada actual. Seg¨²n la primera tesis, la de los israel¨ªes, Arafat, tras el fracaso de Camp David, buscado a sabiendas, habr¨ªa tomado la iniciativa de la Intifada aprovechando la visita de Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas, el 28 de septiembre de 2000.
La segunda tesis, la de los palestinos, asegura que la calle, desesperada por a?os de ocupaci¨®n, estall¨® el 29 de septiembre, cuando la polic¨ªa israel¨ª mat¨® a seis civiles palestinos y 200 personas resultaron heridas, en la misma Explanada, sin que Arafat pudiese hacer nada para impedirlo.
La tesis de Jalil Shikaki es la siguiente: 'La Intifada ha sido articulada y organizada por la nueva guardia del Movimiento Nacional Palestino, no s¨®lo como respuesta a la visita de Sharon a la Explanada de las Mezquitas y al fracaso del proceso de paz para poner fin a la ocupaci¨®n israel¨ª, sino tambi¨¦n como respuesta al fiasco de la vieja guardia de la OLP en llevar a cabo el proceso hacia la independencia y la construcci¨®n de un Estado'. Esta nueva guardia, adelanta Shikaki, va viento en popa, y cuanto m¨¢s deje de lado Israel a Arafat, consider¨¢ndolo hasta nefasto, m¨¢s se refuerza la nueva generaci¨®n, al mismo tiempo que la tendencia isl¨¢mica.
La nueva guardia, escribe Shikaki, est¨¢ compuesta por dirigentes locales, que a menudo no alcanzan los 40 a?os y han sido formados en la primera Intifada, al contrario de la mayor¨ªa de los 'tunecinos', los viejos responsables de la OLP en el exilio, como Abu Mazen o Nabil Shaath, que rodean al l¨ªder palestino. Estos j¨®venes incluyen a veces a altos responsables de la Autoridad Palestina, como Mohamed Dahlan, jefe de los servicios de seguridad de Gaza. Pero, la mayor¨ªa de las veces, son de rango inferior, diputados o miembros del Consejo Revolucionario de Al Fatah [el partido de Yasir Arafat], como Marwan Barghouti en Ramala o Husam Jader en Nabl¨²s, que gozan de la confianza de sus comunidades.
La legitimidad de los viejos viene de Oslo, del reconocimiento de la OLP por Israel; la de los j¨®venes, de las luchas precedentes a Oslo. Los viejos son pol¨ªticamente m¨¢s homog¨¦neos y ponen sus esperanzas en el proceso diplom¨¢tico. Los j¨®venes no lo son tanto y no tienen fe en las negociaciones. Est¨¢n convencidos de que, por desgaste, van a conseguir una retirada unilateral, al menos parcial, del Ej¨¦rcito israel¨ª de los territorios ocupados. Los j¨®venes son favorables al frente unido con los islamistas. Los viejos les quieren lejos de todo marco unitario. Arafat disfruta de un poder autoritario gracias al reconocimiento internacional, de su polic¨ªa y de su burocracia. Los j¨®venes tienen la legitimidad de la calle, que odia a los 'corruptos' de la Autoridad pero sufre de la ausencia de directivas pol¨ªticas claras que Arafat se niega a dar a la sublevaci¨®n.
Shikaki aporta informaciones espectaculares en cuanto al derrumbe de la imagen del rais y de su Autoridad. La confianza en las posibilidades de llegar a un acuerdo negociado con Israel alcanzaba, entre los palestinos, el 80% tras Oslo. A¨²n llegaba al 60% al principio del mandato de Netanyahu, en mayo de 1996 pero cay¨® al 44% al final, en 1999. Con el refuerzo de la pol¨ªtica de colonizaci¨®n, bajo Ehud Barak, se hundi¨® al 24%. Con Sharon est¨¢ ahora al 11%.
Al fin y al cabo, asegura Shikaki, 'la nueva guardia quiere m¨¢s transparencia, responsabilidad de los dirigentes, una campa?a clara contra la corrupci¨®n, una reforma pol¨ªtica extensiva y una m¨¢s amplia participaci¨®n de las fuerzas de seguridad palestina en su confontaci¨®n con Israel'. En cambio, aunque no tiene 'ninguna confianza en la vuelta al proceso diplom¨¢tico', la nueva generaci¨®n no har¨ªa nada para impedirlo, porque, al contrario que los islamistas, sigue siendo fiel al ¨²nico objetivo de la retirada israel¨ª de los territorios y de la instauraci¨®n de la independencia palestina. 'El d¨ªa en que la ocupaci¨®n se acabe, deber¨ªa', recalca Shikaki, 'romper con los islamistas y ponerse bajo las ¨®rdenes de la direcci¨®n de la OLP, que ser¨¢ Arafat u otro'.
Esto suponiendo que la OLP siga llevando las riendas. Cuando Israel se ha lanzado a un proceso de 'deslegitimaci¨®n sistem¨¢tica' de Arafat y de la Autoridad Palestina, la nueva guardia nacionalista cuenta con un apoyo popular mayoritario. Pero la influencia integrista crece de forma exponencial. Si la situaci¨®n prosigue tal cual, la sociedad palestina, indican los sondeos de Shikaki, podr¨ªa volcarse en el islamismo.
? Le Monde / EL PA?S
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