'La pobreza formal de la pol¨ªtica actual esconde pobreza de contenidos'

Eul¨¤lia Vintr¨® (Barcelona, 1945), catedr¨¢tica de Filolog¨ªa Griega en la Universidad de Barcelona, conoce bien la pol¨ªtica. Fue diputada en Madrid y Catalu?a y concejal y teniente de alcalde en el Ayuntamiento barcelon¨¦s por Iniciativa per Catalunya. En 1999, abandon¨® la pol¨ªtica activa y volvi¨® a la docencia. Acaba de disertar en San Sebasti¨¢n sobre El movimiento sof¨ªstico. El origen de la ret¨®rica.

Pregunta. ?La ret¨®rica de los sofistas es equiparable a la actual teor¨ªa de la comunicaci¨®n?

Respuesta. Algunos estudiosos les han presentado como los primeros te¨®ricos del marketing, en la medida en que se preocuparon por conseguir el arte de la palabra y de presentar cualquier argumento desde distintas perspectivas y encontrar las formas que lo hicieran veros¨ªmil y persuadieran a los dem¨¢s. El af¨¢n por la verosimilitud, la persuasi¨®n y la oportunidad, tres conceptos del mundo sof¨ªstico, se pueden situar en lo que ser¨ªan hoy los objetivos de una agencia para hacer m¨¢s atractivo un producto o un partido.

P. ?Por qu¨¦ la ret¨®rica ha llegado a nuestros d¨ªas con tan mal concepto?

R. Porque la transmisi¨®n de la primera ret¨®rica pasa por Plat¨®n, que era su m¨¢s ac¨¦rrimo enemigo. De la ret¨®rica ha quedado la imagen falsa de que s¨®lo se preocupaba de la palabra, con independencia del contenido. Pero los sofistas tambi¨¦n vehiculaban pensamientos que, en muchos casos, eran rompedores con la tradici¨®n. Probablemente por eso, los m¨¢s tradicionalistas criticaron los aspectos formales, porque no quer¨ªan dar alas a los contenidos cr¨ªticos.

P. ?El discurso pol¨ªtico responde a ese concepto negativo de lo ret¨®rico?

R. Lo m¨¢s preocupante de la pol¨ªtica actual es la pobreza formal, que esconde una pobreza de contenidos. Si revis¨¢ramos los discursos de la Segunda Rep¨²blica, ver¨ªamos que hab¨ªa grandes oradores desde el punto de vista formal y grandes pensadores desde el punto de vista de contenidos. Mi experiencia en el Parlamento espa?ol, y me temo que no ha mejorado, es que hab¨ªa muy pocos buenos oradores. Hoy domina el insulto y el papel escrito por los gabinetes m¨¢s que la persona capaz de improvisar un discurso con contenido y correcci¨®n formal.