Un l¨ªder tranquilo y con rivales
Hamid Karzai, el futuro presidente de Afganist¨¢n, est¨¢ se?alado por sus enemigos como el favorito de Washington
Hamid Karzai, jefe de la tribu past¨²n de los popolzai, es todo lo tranquilo que puede ser un hombre en un pa¨ªs como Afganist¨¢n. Y es precisamente ese temple lo que le ha procurado la animadversi¨®n de otros l¨ªderes pastunes, quienes opinan que no tiene ni el prestigio ni los reda?os suficientes para llevar las bridas de un pa¨ªs como Afganist¨¢n.
De hecho, los propios pastunes afines al ex rey, como lo ha sido siempre Hamid Karzai, lucharon para que se eligiera a un uzbeko y consejero del antiguo monarca en lugar de Hamid Karzai. Fueron los votos de la Alianza del Norte quienes inclinaron la balanza a favor de Karzai.
Karzai no es l¨ªder como Gul Agha, el jefe past¨²n de la tribu sherzai que combate al sur de Kandahar y cuyo padre era conocido como el Le¨®n de Kandahar. No. Hamid Karzai es, a sus 44 a?os, lo que en Pakist¨¢n y en Afganist¨¢n se conoce como una persona bien educada, a pesar de que en su curr¨ªculo los estudios empiezan y terminan con el bachillerato y alg¨²n curso en India. Est¨¢ casado desde hace dos a?os con una doctora que no ejerce como tal, sino como trabajadora social con los refugiados afganos, no tiene hijos y se declara amante de los libros sobre pol¨ªtica. 'Uno de los ¨²ltimos libros que ha le¨ªdo', comenta su hermano Ahmad, 'es el que escribi¨® el padre del actual presidente de EE UU sobre la guerra fr¨ªa. A mi hermano le llam¨® la atenci¨®n que en todo el libro no se mencionase ni una sola vez la palabra Afganist¨¢n, cuando murieron dos millones de afganos y otros dos millones salieron del pa¨ªs'.
Este terrateniente destac¨® en la lucha contra los sovi¨¦ticos en los a?os ochenta
Este terrateniente, nacido como todos los Karzai en el pueblo de Karz, a tres kil¨®metros de Kandahar, viceministro de Exteriores entre los 33 y los 35 a?os, fue un destacado combatiente antisovi¨¦tico en los ochenta.
El 14 de julio de 1999, Ahmad Karzai, uno de los siete hermanos de Hamid, lo llam¨® por tel¨¦fono en la ciudad paquistan¨ª de Quetta. Le dijo: 'Han matado a nuestro padre. Cuando ven¨ªa de rezar en la mezquita, dos pistoleros montados en moto le han disparado y han huido'.
'Hamid no perdi¨® la compostura en ning¨²n momento', recuerda el hermano. 'Todos sab¨ªamos que lo hab¨ªan matado por ¨®rdenes directas del mul¨¢ Omar. Nuestro padre fue un fiel servidor del antiguo rey, fue durante dos mandatos presidente de la C¨¢mara baja de Afganist¨¢n y cuando llegaron los talibanes, lo detuvieron. Despu¨¦s escap¨® y se vino a Quetta. Y el segundo era mi hermano Hamid. Mi madre y yo le pedimos que se fuera'.
En EE UU no le faltaban ciudades donde hospedarse. Tanto sus seis hermanos como su hermana Fawzia viven repartidos entre Boston, Chicago y Washington. Poseen cuatro pr¨®speros restaurantes afganos, todos con el nombre de Helmand, provincia vecina de Kandahar. 'En Chicago hay 20.000 restaurantes y el que tengo yo all¨ª est¨¢ entre los 10 primeros de la ciudad, seg¨²n una revista especializada. Y el que tenemos San Francisco, est¨¢ entre los 10 primeros de Estados Unidos', sentencia Ahmad.
Lo ten¨ªa f¨¢cil para irse a EE UU. 'Lleg¨® mucha gente diciendo que Hamid iba a ser el pr¨®ximo en caer a manos de los talibanes. Pero ¨¦l decidi¨® quedarse en Quetta. Desde Pakist¨¢n pod¨ªa luchar por la unidad de Afganist¨¢n', comenta el hermano. Sin embargo, el propio Ahmad Karzai reconoce que el que va a ser presidente de Afganist¨¢n, en 1994 manten¨ªa buenas relaciones con los talibanes.
En 1996 los talibanes lo propusieron como embajador ante la ONU. 'Pero no acept¨® porque las relaciones se hab¨ªan deteriorado ya'. Algunos l¨ªderes pastunes a¨²n le reprochan que no hubiese vengado de la muerte del padre. Y la mayor¨ªa de ellos le acusan de haber recibido el apoyo militar y monetario de EE UU sin merecerlo. 'No tiene entre nosotros la autoridad ni el respeto que se hab¨ªa ganado su padre. Y m¨¦ritos militares no tiene ninguno. Los americanos lo pusieron en Afganist¨¢n con un helic¨®ptero, lo sacaron de la ¨²nica emboscada que sufri¨® y desde entonces no ha pegado un tiro. Dice que est¨¢ negociando, pero los frutos de esas negociaciones no se ven por ning¨²n lado', comenta un past¨²n de la tribu kakar.
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