Andanada contra el molt honorable

El domingo pasado, los diarios Informaci¨®n y Levante, pertenecientes al mismo cu?o editorial, se descolgaron al alim¨®n con un extenso art¨ªculo -tres p¨¢ginas ocupaba en el primero y dos en el segundo- titulado La misi¨®n de las cajas de ahorros... seg¨²n Zaplana, firmado por Joaqu¨ªn Soro Oliva, de quien no se daba ninguna referencia biogr¨¢fica, a pesar del despliegue tipogr¨¢fico que mereci¨® el texto. Quienes tuviesen la paciencia de leerlo, y para cuantos lo soslayaron lo anotamos, comprobaron desde sus primeras l¨ªneas que en puridad se trataba de una catilinaria contra el presidente de la Generalitat y que, en este aspecto, trascend¨ªa con mucho el enunciado de su t¨ªtulo.

No ha de sorprendernos que para buena parte del estamento pol¨ªtico tanto como para las gentes m¨¢s sensibilizadas con la actualidad p¨²blica fuese una cuesti¨®n preferente indagar la identidad del autor que se emboscaba tras lo que a todas luces era un seud¨®nimo. El pliego de cargos que se expon¨ªa cobraba uno u otro inter¨¦s seg¨²n quien lo formulara y, adem¨¢s, en este pa¨ªs valenciano casi todo el mundo nos conocemos y casi todo se acaba sabiendo. A mayor abundamiento, las entretelas que el alegato revelaba, su misma manufactura y la acogida que le otorgaron dos rotativos suger¨ªan que no est¨¢bamos ante un quisque de tres al cuarto. Y ello sin mentar el morbo que conllevaba resolver la conjetura.

Pues bien, todas las sendas y veredas ensayadas para dar con el personaje nos han conducido a Juan Antonio Garc¨ªa Gisbert, quien fuera director general de la Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo (CAM) hasta ser desalojado por el PP mediante una indemnizaci¨®n nunca declarada, pero de varios cientos de millones. Claro est¨¢ que su curriculum se nutre de otros cualificados t¨ªtulos acad¨¦micos y pol¨ªticos, entre los que debe mencionarse la direcci¨®n general de Econom¨ªa de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa y Hacienda durante el mandato de los socialistas, en cuya militancia se inscribe. Ahora cabe que se nos desmienta, pero aun en ese supuesto, resulta obvio que seguiremos hablando asimismo de un tipo con s¨®lidos conocimientos de la trama interna de las cajas valencianas as¨ª como de las bambalinas pol¨ªticas de la autonom¨ªa.

Sin ¨¢nimo de polemizar con el presunto autor, sus tesis se resumen en unos pocos asertos. En primer lugar, viene a decir, no se ha argumentado la fusi¨®n de las dos grandes cajas valencianas; en segundo lugar, el presidente Zaplana, despu¨¦s de politizar el gobierno de dichas entidades, ampara este proyecto porque conviene a sus intereses y, de esta guisa, 'no (ha de) tomarse la molestia de tener que dar ¨®rdenes a dos (cajas)'. Nadie, por otra parte, se opone a ello debido al 'sentimiento de terror que producen las reacciones del poder que ejerce'. Estas y otras consideraciones ad hominem de igual calado dejan en situaci¨®n poco airosa al titular del Ejecutivo, que es sin duda el objetivo de la andanada.

?Se persegu¨ªa ¨²nicamente eso? Presentimos que no. Al fin y al cabo, pasado por el cedazo todo el discurso de Gisbert -o de quien fuere- el corolario es una sarta de hechos sabidos, otros discutibles e insinuaciones perversas. En suma, nada que desaconseje objetivamente la pretendida -pretendida tambi¨¦n por el PSPV- fusi¨®n de las cajas, ni tampoco merme el capital pol¨ªtico de Eduardo Zaplana. Hoy por hoy, ah¨ª se las den todas. El art¨ªculo, en realidad, es vistoso, pero m¨¢s epid¨¦rmico que contundente. Sus miras han de ser otras si no se reducen a un mero desahogo.

En este sentido a nosotros nos parece que el mentado Joaquin Soro Oliva pretende testar el mercado pol¨ªtico y su propio carcaj dial¨¦ctico para abonar su reaparici¨®n en la escena p¨²blica. Igual se siente abrumado por el ocio del millonario y a?ora la brega partidaria y la cl¨¢mide del poder, que bien pudiera ser el municipal de Alicante, donde -todo hay que decirlo- le dar¨ªa sopas con onda al actual alcalde. ?Hac¨ªa falta este aparente bombazo para anunciar el regreso?