El Betis se empeque?ece
El equipo sevillano s¨®lo se dedic¨® a defenderse ante una Real impotente
El Betis se march¨® de Anoeta sin explicar qu¨¦ ha hecho para merecer el reconocimiento de equipo revelaci¨®n. En San Sebasti¨¢n se suceden las deserciones, como si existiera un acuerdo para entregar el juego a la Real Sociedad y comprobar como ¨¦sta se derrite elaborando jugadas de ataque de puntual inconsistencia. El resultado final queda invariablemente revestido de toneladas de aburrimiento maquillado por el marcador, casi siempre imprevisible. Ayer toc¨® empate porque s¨®lo los donostiarras trataron de alterar el marcador.
El Betis renunci¨® a todo lo que no fuera defenderse, se borr¨® y se comport¨® como un equipo peque?o aferrado a su nueva dimensi¨®n, la que le permite vivir entre los grandes. Si s¨®lo se trata de mantenerse arriba, el Betis puede apuntar alto porque no le ruboriza prescindir del f¨²tbol cuando toca.
REAL SOCIEDAD 0| BETIS 0
Real Sociedad: Alberto; Rekarte, Gurrutxaga, Luiz Alberto, Aranzabal; Xabi Alonso, Idiakez (Demetradze, m. 82), Tayfun (Gabilondo, m. 61), Aranburu, Khokhlov; y Jankauskas (De Paula, m. 26). Betis: Prats; Ca?as, Belenguer, Filipescu, Luis Fern¨¢ndez, Joaqu¨ªn; Ito, Benjam¨ªn (Mingo, m. 78), Denilson (Varela, m..55), Capi; y Amato (Dani, m. 67). ?rbitro: Puentes Leira. Amonest¨® a Idiakez, Aranburu, Gabilondo, Filipescu y Luis Fern¨¢ndez. Unos 24.000 espectadores en Anoeta. Los jugadores de la Real vistieron, antes del encuentro, unas camisetas conmemorativas del tercer aniversario del asesinato del seguidor realista Aitor Zabaleta.
La Real no puede darse esos lujos. El grupo de Toshack, de nuevo en el agujero de la tabla, vive bajo presi¨®n, ahogada por su situaci¨®n y maniatada por la mayor carencia que puede arrastrar un equipo: la falta de gol. La r¨¦mora contrasta con su solidez defensiva, en la que los laterales se incorporan alegremente al ataque, y con su paciencia y buen gusto para armar sus ofensivas. Pero todo esto se desmorona a pie de ¨¢rea. Cuando se trata de echar imaginaci¨®n al juego, cuando el orden sobra y se precisa chispa, la Real empieza a andar en c¨ªrculos.
Toshack prob¨® todo tipo de f¨®rmulas desde el banquillo. Khokhlov amaneci¨® inspirado, r¨¢pido y peligroso, y el gal¨¦s quiso usarlo para todo: empez¨® a jugar en el centro de la l¨ªnea medular y pas¨® m¨¢s tarde por ambos extremos. Aranburu se retras¨® al doble pivote despu¨¦s de arrancar por el lado izquierdo y Toshack lleg¨® incluso a dar minutos al georgiano Demetradze, un desahuciado rescatado tras el fichaje frustrado del turco Nihat. Las ocurrencias de Toshack no pesaron demasiado. Aunque los centrales del Betis no se pon¨ªan de acuerdo, la Real no estaba para hurgar en las debilidades ajenas y se dedic¨® a rumiar de forma continua la forma de desbordar al rival. No se le ocurri¨® que la rapidez podr¨ªa servir y se hart¨® de manosear el bal¨®n, de tocar en corto de forma infinita. Bajo de forma, Xabi Alonso no fue capaz de crear un pase con personalidad. Y, si no es ¨¦l, s¨®lo De Pedro puede imitarle. pero, lesionado, no jug¨®.
En la reanudaci¨®n, las cosas parec¨ªan claras: s¨®lo un milagro podr¨ªa inspirar a la Real; s¨®lo un error podr¨ªa mandar al Betis al ataque. No ocurri¨® ni lo uno ni lo otro.
La ¨²nica jugada que sacudi¨® las pulsaciones de la grada fue en el primer minuto, cuando Aranburu se invent¨® en la l¨ªnea de fondo un disparo sin ¨¢ngulo repelido por el larguero. Por supuesto, fue un espejismo, un gesto que no tuvo nada que ver con los 90 minutos de impotencia y conservadurismo que se repartieron la Real Sociedad y el Betis.
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