"Eran bestias inhumanas que nos han tratado peor que a animales"
Francisco Rodr¨ªguez y Jos¨¦ Antonio Tremi?o narran el horror de su cautiverio en Georgia
Francisco Rodr¨ªguez y Jos¨¦ Antonio Tremi?o apenas se creen que ya son libres. El miedo pasado en estos 373 d¨ªas de secuestro lo llevan marcado en la cara y en las entra?as, donde sigue grabada la ¨²ltima amenaza: "Sabemos d¨®nde viv¨ªs y d¨®nde est¨¢n vuestras familias". As¨ª fue la despedida despu¨¦s de que el coraje, sobre todo de Rosa, la esposa de Francisco Rodr¨ªguez, permitiera poner fin al horror de un secuestro en el que la mayor¨ªa del tiempo fueron tratados 'peor que animales', atados por el cuello a una cadena de un metro, con d¨ªas de sed y de hambre y con 16 cambios de escondite.
"Durante m¨¢s de un a?o esperamos en cualquier momento un tiro en la nuca"
'Lo peor de todo eran las salidas', dice Jos¨¦ Antonio, 'porque se hac¨ªa m¨¢s real la posibilidad de que nos pegaran un tiro. Adem¨¢s, ¨ªbamos amordazados y a ciegas, cubiertos con un pasamonta?as. Nos met¨ªan a empellones en los coches o march¨¢bamos a pie a un lugar a¨²n m¨¢s horrible que el anterior. Los guardianes se pon¨ªan nerviosos y sent¨ªas el fr¨ªo de la metralleta en la sien'.
Para Francisco, lo peor fue 'todo: los 373 d¨ªas esperando un disparo en la nuca'. Dice de sus secuestradores que eran 'bestias inhumanas' y que no descansar¨¢ hasta que les haga pagar todo lo que le han hecho a su familia y a ¨¦l. 'No voy a callarme. Me han hecho mucho da?o, y en cuanto llegue a Madrid har¨¦ todo lo que est¨¦ en mi mano para que paguen'.
La esposa de Francisco, Rosa; el polic¨ªa espa?ol H¨¦ctor Moreno, y Manuel de Luna, ministro consejero de la Embajada de Espa?a en Rusia, fueron quienes en la ma?ana del s¨¢bado se adentraron en esa tierra de bandoleros que es el desfiladero de Pankisi, territorio georgiano donde no se aventura ni la polic¨ªa ni el Ej¨¦rcito de ese pa¨ªs porque es un nido de indeseables. Los tres sab¨ªan que deb¨ªa de ser la '¨²ltima' negociaci¨®n con los secuestradores y se volvieron con los secuestrados. 'Fueron horas muy tensas, muy duras. No s¨¦ muy bien cu¨¢ntas. Muchas. Pero nos volvimos con ellos. Fue un milagro'. As¨ª se expresaba el diplom¨¢tico De Luna, que ha acompa?ado a Rosa en la lucha que ella ha mantenido estos d¨ªas de diciembre hasta lograr el feliz desenlace.
'Todos los d¨ªas o¨ªamos tiros. All¨ª no se andan con chiquitas. Te cortan una oreja, la cabeza o lo que les venga en gana', cuenta Francisco. 'Siempre estuvimos atados, ocho meses por el cuello y el resto, con cadenas, al suelo. No pod¨ªamos hablar y, si nos daba tos, nos golpeaban. Pasamos fr¨ªo, hambre y hasta nos negaron muchas veces el agua'.
Gente sin escr¨²pulos
Al cumplirse el a?o del secuestro, Rosa vol¨® a Tbilisi, donde una madrugada del 30 de noviembre de 2000, cuatro hombres interceptaron el coche en el que Rodr¨ªguez y Tremi?o se dirig¨ªan al aeropuerto internacional de la capital georgiana para volar de vuelta a Espa?a. Juan, hermano de Francisco, dijo entonces que hab¨ªan detectado 'cierto nerviosismo entre los secuestradores' y que present¨ªan que 'esta vez pod¨ªa llegarse a una soluci¨®n'. Pero precisamente la evidencia de que los secuestradores quer¨ªan poner fin a su acci¨®n desat¨® el miedo a que un movimiento en falso pudiera acabar con la vida de Tremi?o y Rodr¨ªguez.
Los secuestradores ya hab¨ªan dado muestras de que son gentes sin escr¨²pulos, dispuestos a utilizar cualquier m¨¦todo para conseguir el rescate que ped¨ªan. En octubre, y despu¨¦s de haber recibido este verano 300.000 d¨®lares (55 millones de pesetas), amenazaron con enviar a los familiares una oreja de cada una de sus v¨ªctimas para forzar otro pago de 250.000 d¨®lares.
El Gobierno georgiano se mostr¨® dispuesto entonces a intentar una liberaci¨®n por la fuerza. Espa?a fue informada. En Tbilisi se aseguraba que la operaci¨®n era posible porque 'ten¨ªan localizados' a los autores del secuestro y la zona donde estaban retenidos los dos empresarios. A pesar de ello, tanto en Espa?a como entre la familia hab¨ªa serias dudas sobre que una intervenci¨®n armada resolviese satisfactoriamente el secuestro, ya que, seg¨²n un informe en poder del Ministerio de Exteriores espa?ol, en la acci¨®n estaban involucrados 'dos polic¨ªas de alto nivel'. Se descart¨® la intervenci¨®n.
La familia estaba dispuesta a pagar, pero s¨®lo si se pon¨ªa, de una vez por todas, fin al ]]> juego ]]> y los liberaban. 'Ni ps¨ªquica ni econ¨®micamente podemos continuar m¨¢s tiempo con este secuestro', dijo Juan. Rosa pensaba exactamente igual, y con esa determinaci¨®n fue como viaj¨® a Tbilisi hace 10 d¨ªas. Pensaba entonces que iba a transmitir de viva voz este mensaje a los secuestradores, que iba a sentar las bases definitivas de su liberaci¨®n, pero no cre¨ªa que ser¨ªa capaz de traerse a su marido con ella. De hecho, Rosa viaj¨® para dos d¨ªas, pero, una vez all¨ª, se di¨® cuenta de que era el momento. De que 'ahora o nunca'.
Y as¨ª fue. Rosa no se amedrent¨®. Negoci¨®, habl¨®, pact¨® y plant¨® cara a los delincuentes. Despu¨¦s llam¨® a su familia y a la de Jos¨¦ Antonio Tremi?o, que el viernes volaron con el dinero del rescate a Tbilisi.
Operaci¨®n policial
]]> En medios diplom¨¢ticos espa?oles se asegura que la cooperaci¨®n del Gobierno georgiano ha sido 'fundamental' para lograr la soluci¨®n. Aunque todo apunta a que una de las claves del fin del secuestro ha sido el cambio en la titularidad del Ministerio del Interior. La destituci¨®n de Kaja Targamadze y de buena parte de su equipo, tomada por el presidente Edvard Shevardnadze para poner freno a la corrupci¨®n que amenaza a la misma estabilididad del Estado, ha dejado, al parecer, sin cobertura a los secuestradores, que se han visto en la necesidad urgente de liquidar el secuestro y cobrar antes que fuese 'demasiado tarde' para ellos.
]]> Tanto Tremi?o como Rodr¨ªguez han expresado en las ¨²ltimas horas su m¨¢s sincero agradecimiento a los gobiernos de Espa?a y de Georgia por la ayuda prestada ¨²ltimamente para lograr su liberaci¨®n.
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