Viajando con Don Juan
El romano Maurizio Scaparro, nacido en el Trast¨¦vere, es uno de los personajes m¨¢s fascinantes del teatro europeo. Trabajador infatigable, rebosante de ideas, abierto y simp¨¢tico, te lo encuentras en cualquier parte: en Venecia, en Par¨ªs, en N¨¢poles, en Palermo, en Sevilla, en Lisboa, en Barcelona... Siempre organizando, presentando, montando, vendiendo algo. Vendiendo proyectos, espect¨¢culos, Maurizio es ¨²nico (todos sus compa?eros coinciden en ello). Y no s¨®lo los vende, sino que los lleva adelante, los pone en pie y los hace viajar con notable fortuna.
El ¨²ltimo proyecto del director italiano gira en torno al personaje de Don Juan, del mito de Don Juan. La idea de Maurizio Scaparro no es otra que la de rehacer, retomar aquel viaje que hab¨ªa de llevar a la criatura de Tirso de Molina del personaje al mito. Un viaje que se inicia en Espa?a, pasa por Italia y termina en Francia. El suyo es, no pod¨ªa ser de otro modo, un viaje de c¨®micos, parejo al viaje real, hist¨®ricamente m¨¢s o menos documentado, que realizaron los c¨®micos en el siglo XVII, si bien el ideado por Maurizio Scaparro ha sido trufado con alguna que otra licencia po¨¦tica, lo cual, al fin y al cabo, es lo mismo que decir licencia teatral, ya que no hay teatro sin poes¨ªa. Licencias teatrales y alg¨²n que otro encuentro sorprendente.
Maurizio Scaparro es un personaje ¨²nico. Ahora ha montado un 'Don Juan' en clave Commedia dell'Arte
Supongamos -y no es mucho suponer- que la obra de Tirso, El burlador de Sevilla y convidado de piedra, cuya acci¨®n irrumpe en N¨¢poles, es vista, en la propia N¨¢poles, interpretada por unos c¨®micos espa?oles, al amparo del virrey, por Domenico Biancolelli, el gran Arlequ¨ªn. Supongamos que Biancolelli, arropado por una tropa de c¨®micos y m¨²sicos napolitanos, se apodera del texto de Tirso, lo corta a su medida -a las medidas de la Commedia dell'Arte- y viaja con ¨¦l a Par¨ªs para ofrecerlo a... Moli¨¨re.
Pues bien, esto es lo que ha hecho Maurizio Scaparro con su Don Giovanni raccontato e cantato dai Comici dell'Arte. Un espect¨¢culo que parte del texto de Tirso, enriquecido con ca?amazos napolitanos referentes al mismo personaje, en la misma ¨¦poca, y servido por los c¨®micos de la Comedia dell'Arte, con un Pulcinella -nada m¨¢s y nada menos que el fabuloso Peppe Barra- convertido en criado de Don Juan y un Zanneto -Luca Mascia- menudo y tozudo, expres¨¢ndose en v¨¦neto, como criado del Duca Ottavio. Un Don Giovanni napolitano en el que, como era de esperar, se canta, maravillosamente, y se baila. Un Don Giovanni joven y burlador, transgresor, sin un solo segundo para pensar en la muerte, en el castigo.
El viaje empez¨® en Vicenza, en el teatro Olimpico, sigui¨® luego hacia N¨¢poles, donde se produjo en el teatro Mercadante, y hace unas semanas que ha hecho escala en Roma, en el teatro Argentina. En julio del pr¨®ximo a?o tiene previsto llegar a Par¨ªs, al encuentro con Moli¨¨re, encuentro que tendr¨¢ lugar en la Op¨¦ra Comique, pero antes visitar¨¢ Espa?a -Borja Sitj¨¤ podr¨ªa traerlo a Barcelona, al Grec-, para terminar su viaje en Palermo, donde Tirso, Moli¨¨re y la Commedia dell'Arte se encontrar¨¢n con Mozart y Da Ponte, en el Teatro Massimo.
Un viaje, pues, a trav¨¦s de tres pa¨ªses, con diversas etapas. Un viaje en el que las representaciones son acompa?adas de actos acad¨¦micos en los que el mito se renueva y engorda, aupado por las monstruosidades del momento: desde los seres virtuales hasta la clonaci¨®n, con incursiones en el mundo del cine, de la m¨²sica y de las bellas artes.
Actos que en Roma han sido especialmente sonados, con la intervenci¨®n de Andr¨¦s Amor¨®s y el antrop¨®logo napolitano Marino Niola, que conversaron con Maurizio Scaparro sobre las ra¨ªces del mito; con el homenaje que Giorgio Albertazzi rindi¨® a Giovanni Macchia, fallecido unos d¨ªas antes y que deb¨ªa presidir los actos romanos en torno a Don Juan; con la intervenci¨®n de Patrice Ch¨¦reau, conversando sobre su montaje del Don Giovanni de Mozart; con Renzo Tian hablando del Don Juan de Jouvet; con Jean-Pierre Leonardini hablando de Elvira Jouvet 40; con Dom¨¨nec Font hablando de Don Juan y de Bu?uel...Y viendo pel¨ªculas, como el Don Juan Tenorio de Ricardo de Ba?os o el Don Juan de Alan Crosland, con un John Barrymore espl¨¦ndido. Y escuchando conciertos de m¨²sica donjuanesca.
Y todo eso se lo monta un romano -donde el teatro p¨²blico, como dijo Ch¨¦reau, no goza de demasiada fortuna-. Un romano que se confiesa enamorado de Francia y ciudadano europeo. El mismo Maurizio Scaparro que estuvo junto a Strehler cuando ¨¦ste inaugur¨® en Par¨ªs el Teatro de Europa. El Maurizio Scaparro del Carnaval veneciano del 82 y de la Expo sevillana del 92; el Maurizio Scaparro del Quijote, de Cal¨ªgula (Camus), de Cyrano (el famoso Cyrano de Flotats), de Pulcinella, de Amerika, de Kafka, el ¨²ltimo espect¨¢culo que le hemos visto aqu¨ª. Da mucho gusto viajar con Don Juan en compa?¨ªa de Maurizio Scaparro. Un viaje de c¨®micos, uno m¨¢s, entre tres pa¨ªses que tienen algo en com¨²n: el Mediterr¨¢neo. Da mucho gusto reivindicar a Don Juan como criatura mediterr¨¢nea, si bien el apellido Tenorio parece ser que es de origen gallego, celta, de donde viene, si no el burlador, s¨ª muy probablemente el convidado de piedra. Un viaje por los teatros de esa Europa teatral que uno quisiera cada vez m¨¢s unidos, m¨¢s pr¨®ximos, y a los que tan s¨®lo parece faltarles un patrono. ?Don Juan, patrono de los teatros de Europa? ?Bendita, sublime, deseada herej¨ªa!
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