Aleixandre y Pablo Iglesias

Esos poemas, como la cabeza de piedra de Pablo Iglesias oculta en el parque del Retiro, durmieron enterrados durante a?os en viejas revistas de la Espa?a leal como El mono azul o Mundo obrero, y salieron a la luz, casi 40 a?os m¨¢s tarde, con la llegada de la paz: la paz no llega cuando ganan los generales, sino cuando se mueren. Ahora, esos poemas y todos los que escribi¨® Vicente Aleixandre han vuelto a ser arrastrados, una vez m¨¢s, a esta parte del olvido, gracias a las monumentales Poes¨ªas completas que acaba de publicar la editorial Visor en un tomo de 1.600 p¨¢ginas en el que est¨¢n todas las obras maestras del escritor hasta sus textos p¨®stumos, reunidos en 1991 bajo el t¨ªtulo En gran noche, y una serie de poemas dispersos, ocasionales o poco accesibles que convierten el volumen en una aut¨¦ntica celebraci¨®n de la obra del premio Nobel de 1977 y en un poderoso ant¨ªdoto contra la carcoma del tiempo que, en un ¨¢mbito tan fr¨¢gil como el de la poes¨ªa, puede devorar con tanta facilidad las cosas necesarias como las prescindibles. No me parece un hecho poco relevante a?adir que la edici¨®n cuenta con el patrocinio de la Comunidad de Madrid, que es donde vivi¨® el poeta sevillano desde los 11 a?os hasta su muerte, sucedida un d¨ªa exacto al de hoy, el 13 de diciembre de 1984, y tambi¨¦n con el patrocinio del Ayuntamiento de M¨¢laga, donde el autor pas¨® su primera ni?ez. La democracia tambi¨¦n consiste en eso, en sacar a la luz, como se ha hecho con la esculturas de Pablo Iglesias o con los poemas prohibidos de Vicente Aleixandre, las cosas que los canallas condenaron a la soledad del subsuelo.