El a?o m¨¢s largo y duro del Pr¨ªncipe

El Pr¨ªncipe decidi¨® el mismo viernes por la ma?ana que iba a comparecer ante los periodistas que habitualmente siguen la actividad de la familia real para contarles que hab¨ªa tomado una decisi¨®n, probablemente la m¨¢s dif¨ªcil de su vida: acabar 'libremente y de mutuo acuerdo' su relaci¨®n con Eva Sannum. Con este gesto, don Felipe pretend¨ªa llevar la iniciativa en el momento de poner punto y final a su historia de amor con la modelo noruega.

Tras un largo y duro a?o de reflexi¨®n personal, de debate en la calle y en los medios de comunicaci¨®n, el heredero quer¨ªa dejar claro que por ' razones estrictamente personales y particulares' cada uno iba seguir su camino en la vida, que nada m¨¢s hab¨ªa influido en su decisi¨®n. Pero lo cierto es que don Felipe no ha permanecido al margen de las opiniones que se vert¨ªan a favor y en contra de su relaci¨®n con Eva Sannum.

El due?o de unas perfumer¨ªas aprovech¨® el 'efecto princesa' de la modelo

'Dios no quiera que el primer paso en falso del Pr¨ªncipe sea el de su matrimonio'

El Pr¨ªncipe estaba el viernes solo en palacio cuando habl¨® del fin de su relaci¨®n. En esos momentos, el Rey atend¨ªa un compromiso fuera de su despacho, y la Reina regresaba de Londres, adonde viaj¨® para realizar parte de sus compras de Navidad. Los Reyes estaban al corriente de que unos d¨ªas antes, en uno de los encuentros habituales de la pareja en alg¨²n punto de Europa, ambos hab¨ªan decidido seguir cada uno su camino.

Don Felipe comenz¨® a darse cuenta de que la relaci¨®n no iba a ir a m¨¢s despu¨¦s del verano, tras hacerse p¨²blicas las primeras fotos de la pareja en Oslo junto a los representantes de las casas reales de Europa, en la boda del heredero de la corona de Noruega. Aunque ya entonces el debate estaba abierto.

Carlos Seco, miembro de la Real Academia de la Historia, public¨® en el mes de abril un art¨ªculo en Abc, titulado Privilegio y deber, en el que dec¨ªa entre otras cosas: 'Un Pr¨ªncipe heredero ha de atenerse a dos deberes esenciales: dar sucesi¨®n a la Corona -lo que supone la obligaci¨®n de no retrasar indefinidamente su matrimonio- y elegir a la que ha de compartir con ¨¦l el trono de manera que est¨¦ a la altura moral de ese incomparable privilegio. (...) Como ha dicho nuestra reina Sof¨ªa 'lo que s¨ª me parece importante... es que tenga el mismo nivel de educaci¨®n, los mismos valores'. Ser¨ªa inconcebible ver en el trono que en el ¨²ltimo siglo ocuparon, con dignidad perfecta, Mar¨ªa Cristina de Austria, Victoria Eugenia de Battenberg -y hoy de manera verdaderamente ejemplar, Sof¨ªa de Grecia-, a una jovencita avalada por su medidas perfectas de maniqu¨ª'.

D¨ªas despu¨¦s, el escritor Jos¨¦ Luis de Vilallonga se sumaba, en el mismo diario, al debate en su art¨ªculo Los deberes de un Pr¨ªncipe, que forz¨® al jefe de la Casa del Rey, Fernando Almansa, a hacer p¨²blica una carta en la que aclaraba que 'las opiniones en ¨¦l contenidas son s¨®lo sus propias opiniones y que nadie ha sido autorizado a sugerir que ¨¦stas sean compartidas por el Rey'. Vilallonga, en su reflexi¨®n, apuntaba: 'Recuerde el Pr¨ªncipe que los mon¨¢rquicos de toda la vida ser¨¢n los primeros en reprocharle su primer paso en falso y Dios no quiera que sea el de su matrimonio'.

Semanas despu¨¦s de que Seco y Vilallonga se pronunciaran, don Felipe inici¨® su primer viaje oficial a la Comunidad de Madrid. Durante cuatro d¨ªas, el Pr¨ªncipe puls¨® la opini¨®n de la calle. 'Felipe, c¨¢sate con quien quieras', le gritaba un sector del p¨²blico, mientras otro le ped¨ªa: 'B¨²scate una mujer que se parezca a la Reina'. El heredero asist¨ªa atento, pero en silencio, al debate popular.En esos d¨ªas de visita a Madrid, un grupo de actrices se acercaron a don Felipe para darle su opini¨®n. Fue en una cena con gente del espect¨¢culo en la Casa de Correos. Lina Morgan, Emma Penella y Amparo Rivelles saludaron a don Felipe y se sumaron al debate. 'C¨¢sese con quien quiera', le dijo Emma Penella. 'Con quien quiera y quien deba', a?adi¨® Lina Morgan. Amparo Rivelles no se pronunci¨®. El Pr¨ªncipe dio las gracias a la tres, pero de sus labios no sali¨® ni una palabra sobre Eva Sannum. '?sta es la revoluci¨®n de los herederos', apunt¨® esa misma noche Miguel Bos¨¦ en referencia al enlace de Haakon de Noruega con Mette-Marit.

Fue en esa boda en Oslo cuando la cuota de expectaci¨®n alcanz¨® su m¨¢ximo grado. La foto de los novios qued¨® eclipsada por la de don Felipe con Eva Sannum durante el baile que prosigui¨® a la cena de gala. ?La Reina salud¨® a Eva? ?Ya se conoc¨ªan? Las preguntas circulaban y los rumores, tambi¨¦n. Uno de ellos aseguraba que el Rey no hab¨ªa estado en el enlace porque no quer¨ªa coincidir con la modelo.

El Pr¨ªncipe ha querido dejar claro que no ha habido desacuerdo familar, y as¨ª lo dijo el viernes ante los periodistas. 'Durante todo este tiempo ambos hemos contado en todo momento, pero sobre todo a lo largo del ¨²ltimo a?o, con el apoyo y la comprensi¨®n de las dos familias. Siempre he contado con el apoyo de los Reyes que, como Reyes y como padres, han confiado en mi criterio y en mi decisi¨®n'. Y a?adi¨® que durante el tiempo de relaci¨®n no se hab¨ªan planteado disyuntivas como 'querer y deber, o raz¨®n y coraz¨®n', aunque esas alternativas s¨ª han formado parte del debate p¨²blico que se origin¨® en Espa?a sobre esta cuesti¨®n.

Don Felipe no rehus¨® el debate, incluso lo provoc¨®. En sus encuentros habituales en el palacio de la Zarzuela con representantes de la sociedad espa?ola, el heredero escuch¨® a todo aquel que quiso pronunciarse sobre Eva Sannum. 'En estas entrevistas siempre se habla de temas de actualidad y est¨¢ claro que la relaci¨®n de don Felipe era uno de los asuntos de actualidad', se?al¨® ayer un portavoz de la Casa del Rey. Los ex presidentes Felipe Gonz¨¢lez y Adolfo Su¨¢rez se pronunciaron abiertamente sobre esta cuesti¨®n en sus entrevistas privadas con don Felipe.

Las opiniones a favor y en contra le llegaban al hijo menor de los Reyes de Espa?a hasta por Internet. Las encuestas realizadas en la Red fueron demoledoras con Eva Sannum y don Felipe, un consumado navegador, las sigui¨® con atenci¨®n.

'Nunca voy a tomar una decisi¨®n presionado', explic¨® el Pr¨ªncipe en un almuerzo con los periodistas del grupo Cr¨®nica hace algunas semanas al ser preguntado por sus planes. En el viaje a Navarra fue tambi¨¦n contundente: 'No se va a anunciar nada porque no hay nada que anunciar'.

Con el oto?o comenz¨® a escribirse el fin de una relaci¨®n que comenz¨® otro oto?o, el de 1997. En Noruega, Eva Sannum era considerada en los medios de comunicaci¨®n como la 'novia de Felipe', y las empresas para las que trabajaba la modelo se subieron al carro para rentabilizar su imagen. As¨ª, el propietario de la cadena de perfumer¨ªas para la que la modelo trabajaba, explic¨® que quer¨ªa beneficiarse del efecto princesa y coloc¨® su imagen en todas sus tiendas. Uno de estos anuncios presentaba una foto de Eva Sannum con un culotte negro y un peque?o top. Las fotos del cat¨¢logo de la marca Ricco Vera, de ropa masculina, tampoco la ayudaron a mejorar su imagen. En ellas, la noruega posaba con un atractivo modelo.

La publicidad de nuevo, pero esta vez en una campa?a de televisi¨®n en Espa?a, volvi¨® a jugar una baza en contra de la relaci¨®n de don Felipe con Eva Sannum. 'Las n¨®rdicas est¨¢n de moda', era el eslogan de una firma de edredones que presentaba como imagen de la campa?a a una mujer rubia a la que en ning¨²n momento se le ve¨ªa la cara. El anuncio apostillaba: 'Porque son muy calientes en la cama'.

Para don Felipe, este a?o ha sido largo y duro, tambi¨¦n para Eva Sannum, que desde hace mucho tiempo tiene en el portal de su peque?o apartamento de Oslo un grupo de fot¨®grafos dipuesto a seguirla. 'Espero que ahora la dejen tranquila y pueda seguir sus estudios', pidi¨® el Pr¨ªncipe tras anunciar el final de la relaci¨®n. 'Espero que podamos seguir siendo siempre amigos', a?adi¨®.

?Y ahora qu¨¦? Fue la primera pregunta que don Felipe recibi¨® del grupo de periodistas a los que anunci¨® su decisi¨®n, el viernes en el palacio de la Zarzuela. 'Dejadme. Acabo de cerrar una puerta. No me pid¨¢is que abra otra ya'.