?Col¨®canos, col¨®canos, ay, titi, col¨®canos!
En relaci¨®n a la carta de Miguel Melguizo publicada en esta secci¨®n (EL PA?S, 1-12-01) quisiera comentar:
- La hartura que tenemos los m¨¦dicos interinos de que nos llamen privilegiados por pedir dignidad laboral.
(?No es m¨¢s privilegio disponer de varias opciones de traslados mientras siguen sin ofertarse las plazas pertinentes?).
- La decepci¨®n de que su peri¨®dico no publique una pluralidad de opiniones sobre este asunto, y en general sobre los problemas m¨¦dicos; que no todos los m¨¦dicos provenimos de rancio abolengo, que muchos seguimos siendo gente humilde y nos ha costado mucho esfuerzo llegar a cimas tan altas de precariedad.
- La amnesia, la insolidaridad y la falta de ¨¦tica civil de tantas instituciones -legislativas, medios de comunicaci¨®n, dirigentes sanitarios, sindicatos, ministerios, opini¨®n p¨²blica, compa?eros, etc¨¦tera- ante el hecho de que los ¨²nicos responsables de la alta precariedad laboral de los m¨¦dicos interinos, y de la ley actual que pretende enmendarla, son las distintas administraciones p¨²blicas que, amparadas en su impunidad institucional, no han convocado las pertinentes ofertas p¨²blicas de empleo.
?Por qu¨¦ no se les reclama a ellas esa responsabilidad, con indemnizaci¨®n incluida, igual que cuando los m¨¦dicos cometemos un error? Ellas s¨ª son las que han soslayado los derechos de todos -'propietarios, parados y j¨®venes en formaci¨®n'-, y no los interinos.- La estrategia dictatorial, el paternalismo y la arbitrariedad son evidentes en esta ley, como dice el se?or Melguizo; tambi¨¦n lo son la corrupci¨®n sindical y de los directivos sanitarios, la insolidaridad intraespec¨ªfica de la clase m¨¦dica -lejos del t¨®pico del corporativismo- y la apat¨ªa de la sociedad para defender una de las mejores sanidades p¨²blicas del mundo, hoy en peligro de extinci¨®n.
- Con ley de consolidaci¨®n o sin ella, nuestra sociedad tiene los recursos necesarios para dar dignidad laboral a todos los sectores afectados en este problema, es cuesti¨®n de voluntad.
Efectivamente, como dijo Natalio Rivas y lo cant¨® Carlos Cano en Las murgas de Emilio El Moro: ?Col¨®canos, col¨®canos, ay, titi, col¨®canos!-
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