Suspensos de Espa?a
Suspendieron el examen, y ahora piden regalos de navidad. Olvidan que no supieron sacar la chuleta a tiempo, aut¨¦ntica arma del estudiante espa?ol -cuya mayor virtud atribuible es, como no, la improvisaci¨®n-, y que nos dejaron en rid¨ªculo a nosotros, sus mayores, que tenemos por orgullo haber estudiado el reinado de los Reyes Cat¨®licos, cosa que ya no estudia nadie, maldita sea. Y ahora quieren regalos de navidad. El Ministerio de Educaci¨®n y Cultura no les advirti¨® que la imagen de Espa?a estaba en juego y que deb¨ªan hacer cualquier cosa para aprobar. Cualquier cosa. Confi¨¢bamos en su imaginaci¨®n, otro t¨®pico atribuido a la espa?olidad. Pero tambi¨¦n eso fall¨®. ?D¨®nde estaban los empollones de la clase en aquel momento? ?No se pudo hacer un arreglillo ama?ando unos cuantos ex¨¢menes?
El caso es que catearon y ahora quieren regalos de navidad: la gameboy, el monopat¨ªn, el reproductor de DVD, la tabla de surf... ?Pues este a?o, Vacaciones Santillana! Eso, y un poco de disciplina brit¨¢nica ser¨ªa lo que les har¨ªa falta a estos mozalbetes, pobres aficionados que ni siquiera saben alargar el cuello por encima del hombro del compa?ero y ponerse a copiar, como Dios manda. La gente quiere culpables, y para d¨¢rselos ser¨ªa l¨ªcito revelar p¨²blicamente qui¨¦n suspendi¨®. Nombres y apellidos que deber¨ªan ser expuestos para escarnio p¨²blico, si es posible con fotograf¨ªas. Debajo, un r¨®tulo: 'Suspensos de Espa?a'. Es cierto, suena muy ca?¨ª.
Despu¨¦s de lo sucedido, dan ganas de adoptar un ni?o japon¨¦s, que luego dan muy buen resultado y sacan sobresalientes en matem¨¢ticas. Pero claro, en estos t¨¦rminos, seguro que muchos piensan que los estudiantes vascos -como los japoneses- est¨¢n por encima de la media nacional y que los que suspendieron fueron los dem¨¢s. Gran inc¨®gnita que ser¨ªa resuelta si se hiciera p¨²blica la lista de nombres, y as¨ª podr¨ªamos hacer racismo cultural, si es que es posible unir ambos t¨¦rminos sin incurrir en paradoja, y decidir atendiendo a los resultados qui¨¦n tiene un Rh con un coeficiente intelectual m¨¢s alto. Pero desgraciadamente los catetos siguen siendo an¨®nimos, no sabemos si sienten verg¨¹enza o por el contrario se la suda pertenecer a la nacionalidad de los perdedores. ?Con tan poca raza -perd¨®n por el eructo- no me extra?ar¨ªa mucho que en Corea y Jap¨®n volviese a aflorar nuestro cacareado complejo de inferioridad! Cuando salgan al c¨¦sped nuestros futbolistas, la gente dir¨¢: 'M¨ªrales, los tontos de la clase'. Con los resultados que hemos sacado en el ranking mundial de estudiantes, no seria de extra?ar. Y no es cosa de culpar a los profesores que a¨²n no est¨¢n en el hospital con las piernas rotas.
Por otro lado, siempre podemos argumentar que los que triunfan en esta vida no son los m¨¢s empollones, sino los m¨¢s espabilados. Tomemos a Antonio Camacho como ejemplo. ?Era Camacho un buen estudiante? Al fin y al cabo, tal vez no sea el modelo adecuado. Escojamos otra personalidad ejemplarizante de triunfador espa?ol, como la de Jes¨²s Gil y Gil. ?Tuvo que hincar muchos codos para llegar tan lejos? Hay quien dice que jam¨¢s hay que dar buen ejemplo. Por suerte o por desgracia, en este pa¨ªs tenemos aut¨¦nticos especialistas en acatar esta sencilla norma, y lo bueno es que acaban triunfando. Por su parte, Aznar, a contracorriente, insiste en que ¨¦l se quedaba a estudiar mientras los otros se iban de manifestaci¨®n, y asegura que el reino de los cielos ser¨¢ de los buenos estudiantes. A los buenos estudiantes, y solo a ellos, les ha prometido un cielo que se llama LOU, pero la mayor¨ªa de los estudiantes, claro est¨¢, se apunta al infierno, que es mucho m¨¢s divertido.
Resulta muy inquietante pensar que nuestra calidad de vida va relacionada con nuestro nivel acad¨¦mico y cultural. De cumplirse esta premisa, al pa¨ªs le aguarda un incierto futuro, sobre todo a los futbolistas espa?oles, ahora que se les viene encima el Mundial, que es la m¨¢xima expresi¨®n de la cultura de los pueblos: el partido es el aut¨¦ntico examen a la naci¨®n. Los estudiantes pueden suspender, pero los futbolistas no deben fallar goles. El prestigio de Espa?a, aspirante a primera potencia, est¨¢ en juego. Ya lo dec¨ªa el fil¨®sofo: 'Lo que no sepas hacer con la cabeza, int¨¦ntalo con los pies'. As¨ª que a pegar patadas.
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