Valencia insostenible

El crecimiento y desarrollo de las ciudades siempre ha ido ligado a hitos hist¨®ricos que han servido de explicaci¨®n a los cambios morfol¨®gicos que aqu¨¦llas han experimentado. As¨ª, a finales del siglo XVIII surge la ciudad industrial, y a finales del XIX el autom¨®vil comienza a ser el factor determinante de la configuraci¨®n de la ciudad. En el ¨²ltimo decenio, el crecimiento demogr¨¢fico casi exponencial del tercer mundo, junto al irreversible proceso de globalizaci¨®n, ha acelerado el proceso de concentraci¨®n urbana, hasta tal punto que, seg¨²n los expertos, el 90% del crecimiento de la poblaci¨®n tendr¨¢ un car¨¢cter urbano. No es pues casualidad que conferencias y convenciones internacionales hayan reparado en los enormes problemas que semejantes concentraciones urbanas pueden generar formulando recomendaciones encaminadas a enfatizar lo esencial: la necesaria sostenibilidad de nuestras ciudades.

Parad¨®jicamente, la Valencia de Rita Barber¨¢ ha trazado su futuro al margen de todo ello. Ni la expansi¨®n urban¨ªstica ha respondido a ning¨²n hito, ni se ha sido consciente de orientar a la ciudad por el camino de la sostenibilidad. M¨¢s bien al contrario: bajo discursos pretendidamente adaptados a las demandas del municipalismo del siglo XXI, se ha ido hipotecando el futuro, someti¨¦ndolo a un desarrollismo similar -si no mayor- al que padeci¨® esta ciudad en la d¨¦cada de 1960.

Algunos datos son poco discutibles. En 1989 se aprob¨® el PGOU de nuestra ciudad. Preve¨ªa su evoluci¨®n en un horizonte de 15 o 20 a?os. Reservaba para ser desarrollado, mediante el planeamiento diferido, 431 hect¨¢reas de suelo urbanizable, en el que albergar la construcci¨®n de 26.000 nuevas viviendas, que, junto a las ya construidas, podr¨ªan alojar a una poblaci¨®n 'prevista' en torno a los 860.000 habitantes. Durante los 10 a?os de gobierno del PP, seguimos siendo 750.000 habitantes y ya est¨¢n en marcha los PAI, que desarrollar¨¢n aquellas 431 hect¨¢reas, sobre las que se construir¨¢n m¨¢s de 32.700 viviendas. Este espectacular crecimiento urban¨ªstico no responde a m¨¢s hito que al de la avidez especulativa, no s¨®lo consentida, sino estimulada desde el poder municipal, en un contexto de estancamiento demogr¨¢fico, de un importante parque de viviendas vac¨ªas (m¨¢s de 50.000) y todo al margen de una inexistente planificaci¨®n del territorio metropolitano y, lo que es m¨¢s contradictorio, en medio de un creciente ¨¦xodo desde la ciudad al ¨¢rea metropolitana. Parece evidente que esto nada tiene que ver con caminar por la senda de la sostenibilidad.

Si el PGOU supuso un amplio consenso social, pol¨ªtico y econ¨®mico, con sus imperfecciones y defectos, el PP en estos 10 a?os, no lo ha utilizado como herramienta id¨®nea para equilibrar el desarrollo arm¨®nico de la ciudad, pues junto a la degradaci¨®n urban¨ªstica que todav¨ªa prevalece en buena parte de nuestro casco urbano consolidado, la obsesiva producci¨®n de vivienda ha entretenido tanto al PP que no ha tenido tiempo de desarrollar los equipamientos p¨²blicos grafiados en el plan, pues a¨²n est¨¢n pendientes m¨¢s del 60% de los que se prometieron a los ciudadanos. Y ma?ana volveremos a o¨ªr a nuestra alcaldesa hablarnos de sostenibilidad... pero bien deber¨ªamos saber ya que una cosa son las palabras y otra, los hechos y ¨¦stos, ah¨ª est¨¢n: los intereses de pocos han prevalecido sobre los derechos de los m¨¢s.

Manuel Moret es concejal socialista del Ayuntamiento de Valencia.