Honrado Guterres
La honradez pol¨ªtica no es una especie abundante. Ant¨®nio Guterres dio ayer toda una lecci¨®n al presentar su dimisi¨®n como primer ministro tras la aplastante derrota sufrida en las elecciones municipales del domingo por los socialistas, y en general, por la izquierda portuguesa. Guterres hab¨ªa separado claramente las municipales del mandato nacional, en el que se encontraba a mitad de recorrido y a s¨®lo un esca?o de la mayor¨ªa absoluta. El equilibrio parlamentario no ha cambiado, pero los socialistas han perdido Lisboa -por vez primera desde la restauraci¨®n de la democracia-, Oporto y otras ciudades importantes, al tiempo que los comunistas eran derrotados en algunos de sus feudos tradicionales. La d¨¦bacle ha sido tal, que Guterres ha sentido que era su 'deber hacia Portugal evitar el empantanamiento pol¨ªtico'.
Despu¨¦s de seis a?os de hegemon¨ªa socialista, que empez¨® a apuntarse en las municipales de 1991, Portugal parece haber entrado en un nuevo ciclo pol¨ªtico. Tras aceptar la dimisi¨®n de Guterres, le corresponde ahora al presidente, Jorge Sampaio, encargar la formaci¨®n de un nuevo Gobierno o, como parece m¨¢s factible, disolver el Parlamento y convocar elecciones generales para febrero o marzo.
El mayor legado de esta etapa de Gobierno socialista ha sido la instauraci¨®n de un ingreso m¨ªnimo familiar garantizado por el Estado. Pero la econom¨ªa va floja, Portugal es el pa¨ªs con mayor inflaci¨®n de la UE, y todas las reformas prometidas en materia de sanidad, fiscalidad (que las empresas han socavado) o justicia siguen pendientes. Los electores han pasado factura, votando por el centro-derecha, formado por el Partido Socialdem¨®crata (PSD, liberal pese a su nombre) y el Popular. Algunos propugnan en su seno la recomposici¨®n de la Alianza Democr¨¢tica del fallecido Sa Carneiro, pero los recelos y divisiones apuntan a que ir¨¢n por separado. El candidato central es el presidente del PSD, Durao Barroso, aunque tendr¨¢ que competir en popularidad con Pedro Santana Lopez, tras haber arrasado en Lisboa con un programa radical.
El actual presidente de la Internacional Socialista no parece dispuesto a volver a encabezar la candidatura de su partido, salvo que ¨¦ste, con las familias internas enfrentadas, no encuentre otra salida. El mejor candidato socialista alternativo ser¨ªa, probablemente, Ant¨®nio Vitorino, actual comisario en Bruselas encargado del impulso de una pol¨ªtica com¨²n de justicia, seguridad e inmigraci¨®n. Su eventual abandono de Bruselas dejar¨ªa un hueco dif¨ªcil de llenar.
Que la dimisi¨®n de Guterres est¨¦ justificada no quita para que llegue en mal momento, cuando Portugal se encuentra, como otros 11 pa¨ªses, en v¨ªsperas de instaurar el euro como moneda ¨²nica. La cumbre ib¨¦rica, prevista para el jueves, se ha suspendido. Unas elecciones anticipadas convierten el semestre de presidencia espa?ola de la UE en una carrera electoral, al sumarse a las francesas de mayo y junio; a las de Irlanda, y, en oto?o, a las alemanas. Adem¨¢s, con Guterres, Aznar puede perder un aliado pr¨®ximo.
El varapalo electoral en las municipales portuguesas refleja tambi¨¦n la crisis en la que est¨¢ sumida la izquierda europea, que hab¨ªa te?ido el mapa de la UE de rosa. De dominar aplastantemente el Consejo Europeo, va perdiendo terreno d¨ªa a d¨ªa: Italia, Dinamarca, ahora Portugal, y la gran inc¨®gnita francesa en el aire, son elementos de un cambio pendular hacia la derecha. La familia socialista europea no ha sabido aprovechar la coyuntura. Ha llevado a la mayor parte de la UE al euro, meta que hab¨ªa fijado la anterior generaci¨®n en el poder. Pero no ha sabido aportar algo propio a la gobernaci¨®n no ya de sus pa¨ªses, sino de esa dimensi¨®n fundamental que es Europa.
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