Zapatero busca interlocutor
El viaje de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a Marruecos y las duras cr¨ªticas que ha provocado en el Partido Popular han tenido dos efectos pol¨ªticos colaterales: traer a primer plano la pol¨ªtica exterior y congelar las relaciones entre el dirigente socialista y el secretario general del PP, Javier Arenas, que ha dise?ado y protagonizado buena parte de las andanadas.
La nueva frialdad de Zapatero con Arenas ha sido acogida con satisfacci¨®n tanto en algunos sectores del PSOE como del propio Gobierno, algunos de cuyos miembros nunca compartieron la decisi¨®n de Arenas de adjudicarse unilateralmente la funci¨®n de interlocutor formal con el l¨ªder del Partido Socialista.
Las relaciones entre Arenas y Rodr¨ªguez Zapatero eran uno de los grandes 'misterios' para una parte de los directivos socialistas. El secretario general del PSOE, por ejemplo, insisti¨®, en contra de la opini¨®n de algunos de sus asesores, en negociar directamente con su oponente popular temas que parec¨ªan empantanarse en otras ¨¢reas de sus respectivos partidos. Los resultados fueron, en general, bastante mediocres.
Un miembro del Gobierno reproch¨® a la Ejecutiva del PSOE que Zapatero no tuviera una interlocuci¨®n directa con el Gabinete sin pasar por Javier Arenas
Rota la confianza
En esta ocasi¨®n, las repetidas cr¨ªticas -'ataques', seg¨²n personas pr¨®ximas al secretario general socialista- sobre la lealtad de Rodr¨ªguez Zapatero han terminado por destruir cualquier posible relaci¨®n de confianza personal. A partir de ahora, lo razonable, afirman, es que se diversifiquen m¨¢s las l¨ªneas de comunicaci¨®n y sobre todo se diferencie entre Partido Popular y Gobierno.
Seg¨²n ha dicho p¨²blicamente en m¨¢s de una ocasi¨®n, Rodr¨ªguez Zapatero mantiene lazos de amistad con Mariano Rajoy, a quien conoci¨® en su ¨¦poca de portavoz en una comisi¨®n parlamentaria. Pero no tiene un interlocutor formal en el Gabinete de La Moncloa, y hasta ahora casi siempre pasaba a trav¨¦s de Javier Arenas.
La falta de interlocuci¨®n directa de Rodr¨ªguez Zapatero con el Gobierno fue curiosamente reprochada a la Ejecutiva socialista por un miembro del Gabinete, que no comprend¨ªa por qu¨¦ Javier Arenas se hab¨ªa atribuido tambi¨¦n esa funci¨®n, con la sobreprima pol¨ªtica que ello implicaba.
Extradiciones a EE UU
El tipo de cr¨ªticas que ha provocado el viaje a Rabat ha encendido las alarmas en el PSOE, donde temen que siente precedente para cualquier otra discrepancia de los socialistas con el Gobierno. Algunos miembros de la Ejecutiva creen que el PP ha puesto en marcha una estrategia para intentar descalificar por 'desleal' cualquier cr¨ªtica del PSOE a futuras iniciativas del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en pol¨ªtica exterior.
La decisi¨®n de enviar 700 soldados espa?oles a Afganist¨¢n puede ser, por ejemplo, objeto de discrepancias si el Ministerio de Defensa no deja claro cu¨¢les ser¨¢n sus ¨®rdenes, dentro de la funci¨®n gen¨¦rica que ha aprobado la ONU. La situaci¨®n en aquel pa¨ªs es tan vol¨¢til que nadie puede estar seguro de que las tropas no se ver¨¢n envueltas, con grave riesgo para sus vidas, en enfrentamientos armados entre distintas facciones afganas o protegiendo un estadio en el que se lapida a una mujer o se corta la mano a un ladr¨®n.
Otras iniciativas de Madrid pueden ser todav¨ªa m¨¢s pol¨¦micas. Algunos expertos europeos en defensa de los derechos humanos han llamado la atenci¨®n, por ejemplo, sobre una propuesta del Gobierno espa?ol para cambiar el sistema de extradiciones a Estados Unidos. Seg¨²n estas fuentes, el presidente Aznar quiere que los Quince suscriban un acuerdo global con Washington sobre extradiciones que sustituya a los acuerdos bilaterales que existen en la actualidad.
Es cierto, explican, que el PP vot¨® junto a los otros partidos del Parlamento Europeo una resoluci¨®n que criticaba las medidas introducidas por Estados Unidos en su ordenamiento legal y las consideraba incompatibles con los principios jur¨ªdicos que rigen la UE. Sin embargo, los portavoces populares insistieron mucho en dejar abierta la posibilidad de negociar un 'pacto global', t¨¦rmino ambiguo que sigue inquietando en medios jur¨ªdicos europeos.
Las limitaciones aprobadas en Estados Unidos y en otros pa¨ªses europeos, sobre todo en el Reino Unido, para el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades p¨²blicas han sido tambi¨¦n criticadas en medios jur¨ªdicos espa?oles. Un grupo de cien catedr¨¢ticos y profesores de derecho penal, jueces y fiscales aprob¨® este mismo mes un llamamiento para que los Gobiernos europeos eviten el seguidismo de estas pol¨ªticas restrictivas y promuevan, por el contrario, la creaci¨®n del Tribunal Penal Internacional.
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