Cede la violencia, pero el hambre contin¨²a

Buenos Aires amaneci¨® ayer con sol y los porte?os aprovecharon el primer fin de semana del verano para distenderse al aire libre. La calma volvi¨® a la ciudad y suburbios empobrecidos, pero los motivos de la furia ciudadana de esta semana permanecen encendidos. El nuevo Gobierno de Argentina, encabezado por el peronista Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢, analiza c¨®mo obtendr¨¢ recursos para distribuir comida entre sectores pobres de la poblaci¨®n. El presidente interino tambi¨¦n debe definir el futuro de la deuda p¨²blica y del tipo de cambio fijo.

Los saqueos de supermercados, peque?os comercios y hasta casas del mi¨¦rcoles y jueves en todo el pa¨ªs todav¨ªa mantienen en estado de alerta a los argentinos. Por los suburbios de Buenos Aires contin¨²an los rumores sobre ataques de los villeros (habitantes de las chabolas) contra barrios de todas las clases sociales. 'La polic¨ªa nos dijo que ven¨ªan a saquearnos los pibes de Fuerte Apache', confes¨® Noem¨ª, una mujer con ocho hijos, en referencia a una urbanizaci¨®n del Gran Buenos Aires en la que los delincuentes comunes no permiten entrar a las fuerzas de seguridad.

La psicosis ha empujado a algunos ciudadanos de los suburbios de clase baja y media a hacerse con palos, piedras, armas y hasta rejas electrificadas. Los barrios ricos ya cuentan desde hace a?os con agentes de seguridad privada. Sin embargo, poco a poco la tranquilidad comenzaba a retornar. La polic¨ªa s¨®lo detuvo ayer a 10 personas, dos de ellas mujeres, que pretend¨ªan asaltar una tienda del barrio de Once, en Buenos Aires.

En esta misma zona, la noche de jueves, los vecinos defendieron con palos un supermercado que estaba siendo saqueado por okupas, entre ellos ancianos, mujeres y adolescentes. La renuncia del radical Fernando de la R¨²a, el jueves pasado, descomprimi¨® la tensi¨®n social. Volvi¨® la paz, pero el hambre contin¨²a.