El mensaje
El mensaje del Rey era mejor cuando lo rodaba Pilar Mir¨® y el Gobierno era socialista. Me refiero a las formas, que tanto influyen en el fondo. El lenguaje era m¨¢s suelto, porque los socialistas escrib¨ªan mejor, y el Rey era m¨¢s humano: menos emblema, m¨¢s persona. Mejoraba, adem¨¢s, los mensajes de Franco, horrible: con la inmovilidad castrense y toda su capacidad de expresi¨®n fija en un brazo que sub¨ªa y bajaba con ritmo tonto.
Es sabido que en todo el mundo los reyes constitucionales expresan en sus discursos las opiniones que fija el Gobierno. En el de este a?o, la consigna de atacar al terrorismo vasco por 'quienes lo apoyan o lo encubren y para aislar a quienes lo justifican o lo defienden' est¨¢ en la consigna gubernamental y judicial, y las repeticiones en los medios del pensamiento ¨²nico lo refrendan. A mi juicio, ¨¦sta es, en el Gobierno y sus obedientes o inspiradores, una manera de disimular la impotencia de no acabar con este desastre por los dos medios ¨²nicos: o su destrucci¨®n o su negociaci¨®n.
En todo este monarquismo que se ha acentuado con la desgracia sentimental del Pr¨ªncipe y con la f¨ªsica del marido de la infanta mayor hay una impregnaci¨®n de pasado que afecta mucho a los de la televisi¨®n: el respeto y el miedo los paralizan y fijan sus c¨¢maras. Por lo poco que he hablado con Juan Carlos de Borb¨®n -¨¦l a m¨ª, sobre todo: yo estoy dentro del protocolo y callo si no me pregunta-, he percibido mucha m¨¢s flexibilidad, mucha m¨¢s realidad, un ser bromista, campechano y simp¨¢tico. Pero los espa?oles tenemos la costumbre de ver a los reyes en retratos de museo o de sellos de correo: inm¨®viles, fijos, sin gesto, con la ropa estirada y la cara de euro. Este a?o, el neomonarquismo y las consignas lo han situado como personaje de museo de cera, con la mirada fija en el texto y las manos casi inm¨®viles. Como supongo que ¨¦l mismo se habr¨¢ visto, advertir¨¢ estos problemas de fondo, y quiz¨¢ tenga capacidad constitucional, aunque su fuerza verdadera es la influencia, para pedir que estos defectos de gui¨®n y c¨¢mara se corrijan en lo sucesivo. Las im¨¢genes veloces y dif¨ªciles en el mismo d¨ªa del personaje, conduciendo su coche con el gesto preocupado y con la Reina a su lado camino de la cl¨ªnica donde sufr¨ªa su yerno, eran humanas y podr¨ªan pasar por republicanas.
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