'Romper¨¦ el sortilegio de los fantasmas del Real'
La nueva gerente del Teatro Real recibe en el que ya casi no es su despacho del Ministerio de Educaci¨®n y Cultura, donde se ocup¨® de la Direcci¨®n de Cooperaci¨®n desde marzo de 2000 hasta ayer. Por todas partes hay libros, bolsas, papeles y muchas plantas. Pide excusas por el desorden, que tampoco es tanto: 'Lo siento, soy muy desordenada', dice.
Es por la tarde, pero In¨¦s Arg¨¹elles aparece impecable, con un look muy parecido al de su presentaci¨®n anteayer en el Teatro Real, de una sobriedad que roza lo monacal, una apariencia que se rompe discretamente con sus respuestas directas y la firmeza con que mira al interlocutor a trav¨¦s de unas gafas de cristales muy gruesos.
Pregunta. ?Le cost¨® trabajo aceptar el cargo? Parece que la cooperaci¨®n cultural est¨¢ m¨¢s cerca de su curr¨ªculo que gestionar un teatro de ¨®pera y ballet.
'En el Patronato no hay enfrentamiento pol¨ªtico. La unanimidad siempre es sospechosa'
'Tengo una afici¨®n a la ¨®pera, pero no es nada especializada. Ahora s¨ª entrar¨¦ a tope'
Respuesta. Tuve mis dudas. Siempre se piensa en dudar como en algo negativo, pero no es as¨ª. Hubiera preferido hacer estas entrevistas despu¨¦s de conocer m¨¢s el teatro. Ayer tuve el primer contacto directo con el equipo del teatro y creo que es muy v¨¢lido.
P. Pero, hasta hoy, la historia interna del teatro ha sido muy accidentada.
R. En parte han estado todos los ojos puestos all¨ª, y creo que, sobre todo, lo que se ha producido en el Teatro Real han sido desencuentros personales.
P. En el momento de la salida del primer equipo del Real, uno de ellos dijo que ese teatro estaba dominado por peque?as ambiciones personales y por la ira castiza. ?Qu¨¦ se encontrar¨¢ usted?
R. Aquello de 'la c¨®lera del espa?ol sentado'. Espero que no quede nada de ira castiza. Los arranques suelen ser duros. Hab¨ªa que echar a andar el teatro y hab¨ªa una falta de rodaje.
P. El Patronato del Teatro Real est¨¢ m¨¢s dividido pol¨ªtica que culturalmente, lo que el voto en su contra de uno de sus miembros parece demostrar. Con un patronato as¨ª ser¨¢ dif¨ªcil gestionar. Quiz¨¢ su funci¨®n tambi¨¦n ser¨¢ atemperar esa divisi¨®n pol¨ªtica.
R. Los patronos pueden tener sus opiniones personales. Yo, la sensaci¨®n que tengo, y ha sido muy fuerte, es de coincidencia de criterios, y que sobre mi persona, sinceramente, hay un acuerdo total. Tuve muy buena sensaci¨®n al encontrarme con el presidente de la Comunidad de Madrid, y luego con Eduardo Casanueva. Enfrentamiento pol¨ªtico no hay. La unanimidad siempre es sospechosa.
P. ?Piensa intervenir en las relaciones entre el Teatro Real de Madrid y el Liceo de Barcelona, que hasta ahora han sido m¨¢s de rivalidad que de verdadera colaboraci¨®n?
R. Ya he hablado con Josep Caminal, y pasadas las fiestas volveremos a estar en contacto. Espa?a no es un pa¨ªs tan grande ni tan poderoso, y sus dos teatros m¨¢s importantes tienen que estar en estrechas relaciones.
P. Cuando St¨¦phane Lissner dimiti¨® del Teatro Real, en sus primeras declaraciones en Francia dijo que estaba convencido de que hab¨ªa varias clases de derechas, una vez comparada la espa?ola y la francesa. ?Hay una manera espa?ola y de derechas para gestionar el Real?
R. No hay una manera de derechas, ni de izquierdas. Ni un teatro, ni una orquesta, ni pintar de derechas o de izquierdas. Salvo que en literatura quieras hacer un manifiesto, en cuyo caso eso ya no es arte. Esto es gesti¨®n pura y dura, fuera de toda pol¨ªtica.
P. El proyecto del Teatro Real era al principio muy internacional y muy europe¨ªsta, pero, sin embargo, la evoluci¨®n que ha tenido lo ha convertido cada vez m¨¢s en una soluci¨®n mucho m¨¢s discreta y dom¨¦stica. En otros teatros europeos hay una tendencia a crear equipos internacionales.
R. Es prematuro pensar ahora que voy a cambiar el equipo. No me gusta atenerme a reglas preconcebidas, o un equipo internacional, o un equipo local. Las circunstancias ir¨¢n pidiendo el tipo de actuaciones o de personas que m¨¢s se adapten al proyecto. En todo caso, en mis actuaciones quiero ser muy abierta. Si en alg¨²n momento hay un t¨¦cnico que nos interesa y que lo queramos para el Real, da igual que sea italiano, alem¨¢n o ruso, da igual, lo mismo que si es de Cuenca.
P. La experiencia diplom¨¢tica le va a ser muy ¨²til ahora en el ambiente del bel canto, tan lleno de divismos y caprichos estelares.
R. No s¨¦ si servir¨¢ o no. No creo que la diplomacia prepare especialmente para esto. El mundo est¨¢ lleno de guerras, y ah¨ª est¨¢n los diplom¨¢ticos que no consiguen arreglarlo. Yo conf¨ªo m¨¢s en mis esfuerzos y en mi experiencia.
P. Usted estuvo al frente del Instituto Hispano-?rabe de Cultura, y supongo que all¨ª tambi¨¦n hab¨ªa posturas enfrentadas entre acad¨¦micos y arabistas.
R. S¨ª, lo que pasa es que aquel instituto era muy distinto de lo que ahora se hace en cooperaci¨®n con el mundo ¨¢rabe; ahora la cooperaci¨®n no es s¨®lo cultural en el terreno acad¨¦mico, sino econ¨®mica y pol¨ªtica.
P. Y usted lleg¨® all¨ª viniendo de la guerra de El Salvador.
R. S¨ª, y era terrible ver a un pa¨ªs desgarrado, en manos de bandas armadas.
P. En la rueda de prensa de anteayer usted mencion¨® el tema de 'acercar la sociedad al teatro y viceversa', pero este prop¨®sito de enmienda se est¨¢ oyendo cada cierto tiempo desde la rearpertura del Real, y persisten las quejas por parte del p¨²blico, entre otras cosas, del alto precio de las butacas o el alquilar la sala para actos ajenos a la l¨ªrica como la presentaci¨®n de un coche.
R. Ya s¨¦ que no dije ninguna originalidad, pero me ratifico en que hay que seguir intent¨¢ndolo, precisamente por eso. Y hay otro elemento importante: el dinero. La calidad en la ¨®pera, actualmente, es directamente proporcional a la inversi¨®n en las producciones, aunque hay excepciones. Eso es as¨ª, la ¨®pera es un espect¨¢culo total, y si tienes un buen cantante, hay que arroparlo con todo lo que necesita: decorados, vestuario, y eso es muy caro. ?Qu¨¦ hacemos entonces? ?Abaratamos las entradas? Y hay que tener en cuenta el aforo limitado del teatro. ?Entonces, c¨®mo se financia esa parte del teatro que depende de la taquilla? Hay un juego de equilibrios muy complicado. Tambi¨¦n es verdad que el presupuesto del Teatro Real es bajo con respecto a otros teatros europeos.
P. Los presupuestos del Teatro Real no se han incrementado lo suficiente.
R. Por supuesto, no es suficiente y lo sabemos todos. Por parte de las administraciones, s¨ª se han actualizado las aportaciones; ahora hay que recuperar e incrementar los aportes v¨ªa patrocinio.
P. ?Pero a usted le gusta la ¨®pera, tiene afici¨®n por ella?
R. Tengo una afici¨®n, pero no es nada especializada. Ahora s¨ª entrar¨¦ a tope.
P. ?Y no cree que deb¨ªa haber m¨¢s ballet de repertorio de alta calidad en la programaci¨®n?
R. Claro, pues contribuye a formar al p¨²blico.
P. ?Le han hablado ya de los fantasmas del teatro? Como usted sabr¨¢, la planta del edificio tiene forma de ata¨²d. ?Esto le ha hecho meditar en algun momento en la decisi¨®n de entrar all¨ª?
R. No. Romperemos el sortilegio de los fantasmas del Real.
P. Le gustan la naturaleza y los animales.
R. Me est¨¢ hablando usted de las gallinas. Tengo unas diez o doce. Todav¨ªa no ponen huevos, pero est¨¢n creciditas.
P. ?Y les ha puesto nombres?
R. No, eso no. Es que me interesa recuperar especies aut¨®ctonas espa?olas. Es como el que se dedica a la crianza de perros de raza.
P. ?Tiene un buen recuerdo de su paso por EL PA?S?
R. S¨ª, estupendo. Estuve en documentaci¨®n poco antes de presentarme a las oposiciones del cuerpo diplom¨¢tico. Tengo muy buen recuerdo de todos los amigos de entonces, y recuerdo especialmente el d¨ªa en que se deb¨ªa imprimir el n¨²mero cero del peri¨®dico, y la rotativa se resist¨ªa, el papel se romp¨ªa y no hab¨ªa manera.
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