Promesa rota

El Gobierno prometi¨® el a?o pasado, en el decreto de medidas de liberalizaci¨®n, que las tarifas el¨¦ctricas bajar¨ªan el 9% en tres a?os; e inici¨® las rebajas con una del 4% para el consumo dom¨¦stico el a?o 2001. Bien, esa promesa ya no podr¨¢ cumplirse. El Consejo de Ministros aprob¨® ayer la congelaci¨®n de la tarifa el¨¦ctrica dom¨¦stica y un aumento del 1% como media en la industrial para el ejercicio 2002; de forma que si el ministro de Econom¨ªa quisiera cumplir con lo prometido tendr¨ªa que proponer para el a?o 2003 una disminuci¨®n del 5%, algo que, a la vista de la demostrada capacidad de presi¨®n de las compa?¨ªas, parece improbable.

La congelaci¨®n del recibo de la luz para el a?o pr¨®ximo se produce despu¨¦s de que las el¨¦ctricas, responsables de importantes deficiencias en el servicio durante las pasadas semanas, hayan conseguido, con la escenificaci¨®n de las dificultades inversoras derivadas del descenso continuado de los ingresos, que las tarifas no bajen el 3%. Han roto la tendencia a la baja del precio de la electricidad mientras que el Gobierno salva relativamente la cara con una congelaci¨®n tarifaria que intenta vender pol¨ªticamente.

Los Gobiernos del PP han pregonado las excelencias de su pol¨ªtica de liberalizaci¨®n del sector, que habr¨ªa conseguido bajar el precio de la electricidad a partir de 1996. Pero resulta que si las tarifas han podido bajar en los ¨²ltimos a?os no se debe a una brillante intervenci¨®n de la Administraci¨®n, sino al hecho de que los tipos de inter¨¦s se han desplomado y han abaratado la deuda de las compa?¨ªas. Por el contrario, puede suponerse que las tarifas han bajado menos de lo que hubiera permitido el descenso en el coste del dinero. Aunque se dejen a un lado detalles tan importantes, hay que mencionar el ventajismo de vender a los usuarios una rebaja de tarifas sin mencionar su descarnada contrapartida, que es el deterioro de las inversiones en la red de distribuci¨®n, como se ha comprobado con los recientes apagones en Catalu?a, Madrid y Valencia.

La congelaci¨®n de la tarifa el¨¦ctrica para el a?o entrante no es una buena noticia para los consumidores. Lo peor es que, a pesar de las ventajas concedidas a las empresas, hogares y empresas no tienen la garant¨ªa suficiente de que van a recibir el suministro el¨¦ctrico que necesitan. Ni baja la luz ni desaparece la inquietud por la precariedad del suministro.