La vuelta de los sabores recios
Durante 2001, los veteranos demostraron un pasmoso empuje. En Driving rain (EMI), Paul McCartney exhibi¨® sus altibajos emocionales y su capacidad para integrarse en un grupo, aunque fuera de mercenarios californianos. Tras un disco sombr¨ªo, que sigui¨® a la enfermedad que casi le 'reuni¨® con Elvis', Bob Dylan se autoprodujo Love and theft (Sony), donde parece redescubrir el placer de narrar y jugar con el lenguaje, al mismo tiempo que saca extraordinario rendimiento a su inmersi¨®n en el blues y otras formas a?ejas. Unas m¨²sicas rancias que, por cierto, gozaron de renovada popularidad tras O brother, el musical sure?o de los hermanos Coen.
La haza?a dylaniana recuerda que la creatividad carece de reglas. Mientras los proselitistas de la tecnolog¨ªa siguen vendi¨¦ndonos productos coyunturales y m¨²sicas funcionales como la octava maravilla, la gran sorpresa del a?o fue un disco cargado de referencias pol¨ªticas como La revancha del tango (?Basta Ya!/ Mastertrax), de Gotan Project, un tr¨ªo internacional afincado en Par¨ªs que injerta discretamente electr¨®nica en algo tan serio como el tango y otras especialidades argentinas. Desde su posici¨®n de cantautor, Jorge Drexler realiz¨® algo similar en Sea (Virgin) con el folclore uruguayo.
La actualizaci¨®n de las ra¨ªces distingue a esa oleada de cantantes afroamericanas que integran una carnosa alternativa a las emociones esterilizadas de las temibles divas (Whitney, Mariah, Christina). El presente de la m¨²sica negra est¨¢ en esas vocalistas con dominio de los secretos del soul que tambi¨¦n recogen influencias del hip hop. Macy Gray, Jill Scott, Erykah Badu, Angie Stone, Mary J. Blige o India Arie publicaron s¨®lidos discos, aunque todas fueron eclipsadas -en ventas y en proyecci¨®n p¨²blica- por la jovenc¨ªsima Alicia Keys y su Songs in A minor (J/BMG). Sin embargo, la m¨¢xima inventiva sonora y verbal estaba en Miss E...so addictive (Elektra/DRO), de la rapera Missy Elliott.
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