El Camp Nou aclama a Guardiola

El Camp Nou estall¨® en el reencuentro con Pep Guardiola y la selecci¨®n catalana. No hace ni un a?o que el jugador m¨¢s carism¨¢tico de Catalu?a dio por concluida su etapa en el Bar?a, pero ayer fue recibido como el hijo pr¨®digo que, por fin, ha vuelto a casa. Fue un recibimiento apasionado, pero fundamentalmente cari?oso. La afici¨®n ten¨ªa ganas de demostrar a Guardiola que no le ha olvidado y que sigue siendo un icono en el pa¨ªs que le vio nacer y en el estadio que le vio crecer, a pesar de los dif¨ªciles momentos que est¨¢ viviendo en la Liga italiana por los dos positivos por nandrolona que pueden dejarle un a?o sin jugar.

Y Guardiola lo agradeci¨®. Libr¨® una intensa batalla consigo mismo para controlar sus emociones, especialmente cuando el estadio azulgrana se inund¨® con las notas del himno de Catalu?a. En uno de los momentos m¨¢s complicados de su brillante carrera futbol¨ªstica, embarcado como est¨¢ en la defensa a ultranza de su honestidad, no hay mejor terapia que el homenaje de los suyos para recuperar la autoestima. 'Silencio, el maestro empieza la clase. Te quiero Pep', 'Pep creemos en ti', dec¨ªan dos grandes pancartas. As¨ª que todas las coordenadas confluyeron en el Camp Nou para que el actual jugador del Brescia cogiera el mando de la selecci¨®n de Catalu?a y la dirigiera con m¨¢s coraz¨®n que acierto.

Pese a formar un rombo con ¨¢ngulos tan conocidos como Celades y Roger y tener a ?scar de primer punta, Guardiola no estuvo lo participativo que se esperaba de un futbolista tan intervencionista. Le falt¨® presencia y ritmo, aun cuando tuvo mando, toque, descarg¨® a las bandas y procur¨® conectar a un equipo que se vio sometido a menudo por Chile, una selecci¨®n tan renovada como interesante que ten¨ªa prima incluso por empatar.

M¨¢s que para exigirle, el partido de ayer se presentaba como una oportunidad para arropar a Guardiola. As¨ª que Pichi Alonso, entrenador catal¨¢n, le sustituy¨® a los cinco minutos del segundo tiempo para que recibiera la ovaci¨®n de la noche. Guardiola, que visti¨® el 4 y llev¨® el brazalete de capit¨¢n, recibi¨® la solidaridad de la afici¨®n, que ya tuvo cuando se conoci¨® su primer positivo.

'Estoy encantado con la gente', afirm¨® al abandonar el campo. 'Me siento feliz por volver a casa'. Pero mientras se marchaba, su sustituto, Xavi, el hombre que ahora dirige al Bar?a, ofreci¨® un largo pase que fue recogido por Luis Garc¨ªa (control¨® con el brazo) para marcar el primer y ¨²nico gol del partido. La victoria de Catalu?a reivindica la calidad de un equipo que aspira a poder jugar en competiciones oficiales.

La noche hab¨ªa comenzado unas cuantas horas antes con un espect¨¢culo de humor y m¨²sica, que atrajo al estadio a una importante masa de p¨²blico m¨¢s reivindicativa que futbolera. Ya antes del partido se desplegaron banderas independentistas y pancartas con leyendas claramente nacionalistas: '?Independencia, estado catal¨¢n!'. Y en la grada se encendieron bengalas y se dispararon algunos extintores.

En el palco estuvieron Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Catalu?a, y los consejeros Artur Mas y Jordi Vilajoana. El partido congreg¨® en el Camp Nou a 56.000 espectadores. Una cifra superior incluso al r¨¦cord de 53.600 que se estableci¨® en 1998 frente a Nigeria en Montju?c.