Plan de estabilidad (II)

Como se?alaba en esta columna hace dos semanas, el Programa de Estabilidad es un ejercicio de vigilancia multilateral entre los pa¨ªses de la UE. En ¨¦l se concretan los objetivos y compromisos de estabilidad presupuestaria a medio plazo en cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. De alguna manera, en este documento se recogen las grandes l¨ªneas de lo que va a ser la pol¨ªtica econ¨®mica, especialmente la fiscal, en los pr¨®ximos cuatro a?os.

M¨¢s que nunca es importante hoy para los agentes econ¨®micos conocer la visi¨®n del Gobierno sobre el potencial de crecimiento de nuestra econom¨ªa a medio plazo, dada la elevada incertidumbre que ha introducido la actual crisis internacional. En este sentido, puede decirse que las previsiones decepcionan. Como se ve en el gr¨¢fico superior izquierdo, el impacto de la crisis en el pr¨®ximo a?o ser¨¢ reducido, pero parece ser m¨¢s significativo a medio plazo. En el escenario central el PIB se desacelera hasta un optimista 2,4% en 2002 y luego se inicia la recuperaci¨®n, con una tasa del 3% en 2003, cifra que se mantiene estable durante los dos a?os siguientes.

Parece m¨¢s un ejercicio burocr¨¢tico para salir del paso que un verdadero programa de gobierno

Al margen de lo raro que resulta que el crecimiento del PIB se mantenga constante durante tres a?os, sorprende la poca fe gubernamental en el potencial de crecimiento de nuestra econom¨ªa. Si durante el trienio siguiente a 1996, una vez que se super¨® la fase de desaceleraci¨®n de los a?os anteriores, el PIB creci¨® a una media del 4,1%, ?por qu¨¦ ahora se queda en un modesto 3%? Puede que el Gobierno quiera ser prudente para que no se le tache de excesivamente optimista. Pero entonces, ?d¨®nde queda el discurso de que la estabilidad macroecon¨®mica y las reformas estructurales han aumentado el potencial de la econom¨ªa espa?ola? Resulta sorprendente, adem¨¢s, que en el Programa de Estabilidad presentado el pasado a?o se fijase un crecimiento del PIB a medio plazo del 3,2% y ahora se rebaje dos d¨¦cimas. Yo sigo creyendo que la estabilidad y las reformas (las ya realizadas y las que deben realizarse, de las que, por cierto, apenas dice nada el documento) aumentan el potencial, y que la econom¨ªa espa?ola puede crecer al menos medio punto m¨¢s cada a?o. De ello se derivar¨ªa que tambi¨¦n la demanda de trabajo puede crecer m¨¢s, pudiendo plantearse problemas de falta de mano de obra cualificada en numerosos sectores en los pr¨®ximos a?os, lo que hace urgente mejorar la formaci¨®n profesional de la numerosa poblaci¨®n potencialmente activa, pero no apta para ser empleada.

Los objetivos presupuestarios quedan condicionados por la modestia de las previsiones econ¨®micas. Se prev¨¦ una liger¨ªsima ca¨ªda de los ingresos como porcentaje del PIB, como consecuencia de la anunciada rebaja del IRPF el a?o 2003. Pero los gastos se reducen algo m¨¢s, lo que da lugar a una tambi¨¦n ligera mejora del ahorro, del d¨¦ficit (super¨¢vit) y de la deuda. Todo muy ligero. Parece m¨¢s un ejercicio burocr¨¢tico para salir del paso que un verdadero programa de gobierno. Creo que los empresarios y trabajadores de este pa¨ªs se merecen algo m¨¢s de ambici¨®n, por supuesto, sin perder el realismo.

?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social (FUNCAS).