Semestre
Ma?ana, ma?ana sale sin intervenci¨®n de la loter¨ªa de Do?a Manolita, porque por orden temporal establecida le toca a Espa?a gobernar Europa durante seis meses y ha llegado con ello la gran oportunidad de los se?ores Aznar y Piqu¨¦ para alcanzar el lugar que les corresponde en la gaseosa galaxia de la globalizaci¨®n. Los antecedentes son llamativos. El se?or Aznar ha tratado de arreglar lo de Rusia, Palestina y Afganist¨¢n sin que rusos, palestinos ni afganos le hicieran el menor caso y Piqu¨¦ acaba de volver de Buenos Airse en un intento de recuperar el prestigio gallego, porque muchos argentinos est¨¢n dispuestos a atribuir su crisis a la penetraci¨®n de capital espa?ol, es decir gallego.
Estoy convencido de que Espa?a es su gente y aspiro a que alguna vez sea de verdad una Espa?a de los ciudadanos y no quisiera que Aznar y Piqu¨¦ hicieran demasiado el rid¨ªculo durante su mandato europeo. Propongo un pacto consensuado de asesor¨ªa de imagen en el que podr¨ªan intervenir desde Iranzo y Llongueras hasta Agatha Ruiz de la Prada, desde el eminente Gustavo Bueno hasta Nina Ferrer, desde Pedro J. Ram¨ªrez a Juan Luis Cebri¨¢n y no propongo a Eduardo Haro Tecglen porque ¨¦l no querr¨ªa. Aznar necesita algunas depilaciones, no s¨®lo f¨ªsicas, y Piqu¨¦ deber¨ªa instalarse en el centrismo interpretativo y no aparecer tan euf¨®rico cuando r¨ªe las gracias a Aznar ni tan l¨²gubre como cuando vuelve de dar el p¨¦same a los argentinos.
Tambi¨¦n ser¨ªa conveniente que no prometieran tantas transformaciones en el quehacer europe¨ªsta porque no van a conseguirlas. Alguna s¨ª, pero Europa ha tardado casi cincuenta a?os en tener moneda ¨²nica y todav¨ªa no tiene una conciencia popular de s¨ª misma. Es un mercado m¨¢s armonizado por la unidad monetaria y poca cosa m¨¢s. La presidencia europea suele ser un elemento de supuesto prestigio de cara a la propia comunidad nacional porque las dem¨¢s apenas si se enteran de qui¨¦n gobierna la entelequia y fue para casi todos nosotros una irrelevante noticia el que durante los ¨²ltimos seis meses del 2001 han sido los belgas nuestros jefes, tan discretos que como los buenos ¨¢rbitros de f¨²tbol apenas se han notado. Ojal¨¢ podamos decir lo mismo dentro de seis meses.
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