Siete cumbres con sidra y casta?as
Mikel ?lvarez financia sus expediciones trabajando como casta?ero y sidrero
El curr¨ªculo de Mikel ?lvarez indica que es peque?o empresario, demasiado peque?o para su gusto. En invierno, durante tres meses, vende casta?as en la plaza de San Nicol¨¢s de Pamplona; en verano, sidra y chorizo durante las fiestas patronales de medio Pa¨ªs Vasco y Navarra. Entre medias, Mikel ?lvarez es un alpinista enfrascado en el sue?o de pisar las siete cimas m¨¢s altas de cada continente, contados como tales el ?rtico y la Ant¨¢rtida.
Su modesta actividad empresarial no siempre le ha alcanzado para financiar tan costoso proyecto: 'He tocado muchas, much¨ªsimas puertas, a veces pasando verg¨¹enza cuando no me ten¨ªan en cuenta, y otras con satisfacci¨®n, pero al final tengo que agradecer a mi familia, que me permite viajar, y a mis amigos, que tanto me apoyan, el poder seguir adelante', se sinceraba ayer el alpinista, bilba¨ªno de 42 a?os, pero residente en Pamplona.
Resulta duro vivir para la monta?a, y un galimat¨ªas compaginar la vida laboral con una pasi¨®n que reclama demasiadas inversiones, tangibles o no. Pero Mikel ?lvarez se sabe cerca de ganar su apuesta: lo peor, el Eve-
rest y el Mc Kinley, quedaron atr¨¢s. Respaldado por la Diputaci¨®n vizca¨ªna y el Ayuntamiento de Bilbao, ?lvarez pis¨® el techo del mundo el pasado 23 de mayo, un a?o despu¨¦s de soportar 50 grados bajo cero en la cima del Mc Kinley (?rtico). En la cima del Everest, ?lvarez estableci¨® una marca e igual¨® una curiosidad: se convirti¨® en el primer vizca¨ªno en la cima del gigante del Himalaya y en el segundo casta?ero. Jos¨¦ Mar¨ªa O?ate Habichuela, le hab¨ªa precedido en 1993. Desde el punto de vista t¨¦cnico, ambas cimas representaban los mayores escollos deportivos para el alpinista, que en 1997 hab¨ªa completado la ascensi¨®n al Aconcagua (Am¨¦rica), un a?o despu¨¦s al Elbrus (Europa) y al Kilimanjaro africano en 1999. El d¨ªa de Reyes vuela hacia la Ant¨¢rtida para enfrentarse a su pen¨²ltimo desaf¨ªo, el Monte Vinson, la cima m¨¢s alta del continente helado. Un paraje, en palabras del explorador noruego Roald Amundsen, 'm¨¢s fr¨ªo que Siberia, m¨¢s seco que el desierto de Gobi, con m¨¢s ventisca que en la cumbre del Monte Washington y m¨¢s vac¨ªo que el rinc¨®n m¨¢s des¨¦rtico de Arabia'. Alcanzar el campo base del Monte Vinson (4.897 metros) supone, en s¨ª, toda una aventura. La expedici¨®n le exige un desembolso de 28.900 euros (4.800.000 pesetas) que perder¨¢ si el H¨¦rcules militar que le aguarda en Punta Arenas (Chile) no logra depositarle en Patriot Hill (Ant¨¢rtida), lugar se?alado para un cambio definitivo de aeronave con destino al campo base.
Contraste con Oiarzabal
El proyecto de Mikel ?lvarez coincide con el del alpinista alav¨¦s Juanito Oiarzabal, quien pretend¨ªa hollar en diez meses del 2001 las siete cumbres rese?adas. En mayo cumpli¨® su promesa de alcanzar la cima del Everest por su vertiente norte y sin ayuda del ox¨ªgeno artificial, con el que cont¨® en su primera ascensi¨®n (1993). Sin embargo, una serie de congelaciones en los dedos de sus pies le obligaron a posponer su intento de empalmar la cima del Everest con la del Mc Kinley, y de rebote, su proyecto. A diferencia de ?lvarez, Oiarzabal contaba con contratos millonarios que dejaban el ¨¦xito de la empresa exclusivamente en manos de sus aptitudes atl¨¦ticas.
'Nadie daba un duro por m¨ª cuando fui al Everest...', recuerda el vizca¨ªno con un punto de amargura. ?lvarez se present¨® en la cima de la monta?a m¨¢s alta del planeta con ayuda de ox¨ªgeno artificial, por la cara sur y con serios problemas para cerrar el presupuesto de la expedici¨®n. Un problema recurrente.
En esta ocasi¨®n, Euskaltel colabora con la ¨²ltima fase del proyecto, en el Monte Vinson y, en primavera, en la Pir¨¢mide de Carstenz (Ocean¨ªa), su ¨²ltimo reto. La firma vasca de telefon¨ªa sirve al alpinista un tel¨¦fono v¨ªa sat¨¦lite Iridium, empresa que quebr¨® para resucitar durante el pasado 11 de septiembre, cuando la telefon¨ªa m¨®vil terrestre qued¨® colpsada tras el ataque a las Tores Gemelas de Nueva York. Antes de escribir un libro sobre su experiencia, ?lvarez espera poder narrar en directo su ascenso al Monte Vinson. Despu¨¦s, se enfrascar¨¢ en la temporada de la sidra y en su deambular de plaza en plaza. Siempre para ahorrar.
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