Los dem¨®cratas lanzan la 'guerra interna' contra Bush por su pol¨ªtica econ¨®mica
El partido opositor aborda un a?o electoral clave marcado por la guerra contra el terrorismo
La campa?a presidencial de Bill Clinton en 1992 se articul¨® en torno a una jaculatoria laica: 'Es la econom¨ªa, est¨²pido'. Clinton lleg¨® a la Casa Blanca porque su rival, George Bush, reciente vencedor de la guerra del Golfo, se olvid¨® de la econom¨ªa. Otro Bush ocupa ahora la presidencia y libra en Afganist¨¢n una guerra aparentemente victoriosa, pero Estados Unidos inicia un a?o electoral y la econom¨ªa vuelve al primer plano. El senador Tom Daschle, l¨ªder de la oposici¨®n dem¨®crata, lanz¨® ayer la primera salva de la campa?a con un discurso en el que desvel¨® su estrategia: elogiar sin l¨ªmites la tarea de George W. Bush en la lucha contra el terrorismo y golpearle en su flanco m¨¢s d¨¦bil: la gesti¨®n econ¨®mica.
En noviembre habr¨¢ que elegir una nueva C¨¢mara de Representantes, un tercio de los senadores y decenas de gobernadores. Los dem¨®cratas tienen una mayor¨ªa de uno en la C¨¢mara alta, y los republicanos ganan por seis en la C¨¢mara baja. Ambos partidos aspiran a adquirir la hegemon¨ªa en el Congreso. Se trata, pues, de unas elecciones de gran importancia, marcadas por una circunstancia at¨ªpica: Bush inicia el segundo a?o de su mandato, una fase en que normalmente la popularidad presidencial va a la baja, con un prestigio espectacular. Los dem¨®cratas tendr¨¢n que realizar un ejercicio de funambulismo pol¨ªtico para hacer frente a los republicanos sin criticar frontalmente a Bush, que en su funci¨®n de comandante en jefe es, hoy por hoy, virtualmente inatacable.
Las dos guerras
El plan ideado por el senador Daschle se basa en la concepci¨®n de 'las dos guerras'. Ayer, en su primer discurso electoral, afirm¨® que Estados Unidos libraba 'una guerra en el exterior', en la que Bush realizaba 'un trabajo espl¨¦ndido', y una 'guerra en el interior', contra la recesi¨®n, que s¨®lo los dem¨®cratas pod¨ªan ganar. Daschle, que se juega mucho en noviembre (un buen resultado de su partido le convertir¨ªa en m¨¢ximo presidenciable dem¨®crata para el a?o 2004), ech¨® mano del legado de Bill Clinton para distinguir entre 'la responsabilidad fiscal', 'la eliminaci¨®n del d¨¦ficit', los super¨¢vit presupuestarios y los 'est¨ªmulos a la productividad' que permitieron 'una d¨¦cada de prosperidad', cuyo m¨¦rito atribuy¨® a los dem¨®cratas, y la situaci¨®n econ¨®mica que ha caracterizado la presidencia de Bush: recesi¨®n desde marzo, desempleo creciente y un retorno a los d¨¦ficit agravado por un recorte de impuestos 'irresponsable'. Como Clinton en 1992, Daschle quiere caracterizar al Partido Dem¨®crata como el partido fiable y capaz de cuadrar las cuentas, y a los republicanos como el 'brazo pol¨ªtico' de los multimillonarios.
Durante los pr¨®ximos meses, Daschle y su partido plantear¨¢n a los electores la necesidad de un Washington bic¨¦falo, con una Casa Blanca republicana dedicada a librar guerras y combatir el terrorismo y un Congreso dem¨®crata centrado en gestionar la econom¨ªa. Tras meses de supuesta unidad parlamentaria, con una falsa unanimidad forzada por el impacto de los atentados, el retorno a las luchas partidistas es recibido con efervescencia en un Capitolio harto de permanecer eclipsado por el fortalecimiento del poder ejecutivo.
Los republicanos, encabezados por el propio Bush, tienen tambi¨¦n decididas las cartas que jugar¨¢n. Seg¨²n ellos, la recesi¨®n se coc¨ªa ya en los ¨²ltimos meses de Clinton y las dificultades econ¨®micas se agravaron a consecuencia del 11 de septiembre. Insistir¨¢n en que la prioridad no radica tanto en cuadrar los presupuestos, cosa que deber¨ªa ocurrir autom¨¢ticamente en cuanto se recuperara de forma c¨ªclica el crecimiento, sino en garantizar la seguridad del pa¨ªs a cualquier precio. El discurso de George W. Bush sobre el estado de la naci¨®n, a final de mes, en que har¨¢ repaso de los resultados de la campa?a contra el terrorismo y esbozar¨¢ las l¨ªneas del pr¨®ximo presupuesto, girar¨¢ en torno a la idea de 'la econom¨ªa de la seguridad', anunci¨® ayer Karen Hugues, asesora de comunicaci¨®n de la Casa Blanca.
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