Beneficio de duda
Siempre que se aplica a alguien el 'beneficio de la duda' o la 'presunci¨®n de inocencia' est¨¢ perdido. Pienso en los jueces presumidamente inocentes, beneficiosamente dudosos, que han dejado escapar a un traficante de drogas importante: y millonario. Sus compa?eros encuentran 'indicios de delito': indicio es otra palabra incierta, insegura. Y le pasan los papeles al fiscal general, Cardenal, que es un hombre inesperado: igual defiende a unos que culpa a otros, sin que nunca se pueda estar seguro de qui¨¦nes ser¨¢n. 'En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios', dec¨ªa Calixto, que termin¨® mat¨¢ndose al caer por una escalera: porque entonces hab¨ªa un Destino. Ya no.
Ahora el fil¨®sofo ya sabe que el destino no es algo que est¨¦ delante del hombre, esper¨¢ndole: est¨¢ detr¨¢s, marc¨¢ndole el camino, por los genes y la clase social en que nazca, y por c¨®mo termin¨® la guerra civil, la de Independencia o la Reconquista para sus familias. La justicia con min¨²scula -la de los hombres con trajes talares y el enjambre molieresco de sus adl¨¢teres- ven¨ªa antes de clase, sal¨ªa de guerras ganadas, como sal¨ªan los latifundios y los generalatos, los t¨ªtulos nobiliarios o las grandes bancas. La izquierda universal y las revoluciones europeas hicieron mucho por repartir mejor esta clase de prebendas: no s¨¦ si algo queda de aquellas modificaciones, y no s¨¦ de qu¨¦ destino procede Cardenal, aunque veo a Clemente Auger, que lo ha sido todo en esa Casa, buscar una salida decente y justa: no s¨¦ cu¨¢l es su linaje, pero seguro que es de otra estirpe.
M¨¢s all¨¢ del beneficio de la duda est¨¢n los que robaron los expedientes sobre Jes¨²s Gil en un juzgado de Marbella, que investigaron otros jueces y la polic¨ªa nacional y municipal: el caso se ha archivado porque no hay c¨®mo seguirlo. No hay huellas, ni datos, ni nada. No hay m¨¢s que Jes¨²s Gil, y ser¨ªa demasiado ostensible acusarle a ¨¦l. No s¨¦ qu¨¦ datos se encontrar¨¢n ahora en los expedientes robados en los juzgados de la Gran V¨ªa de Madrid. Ni s¨¦ a qui¨¦n benefician. Me acuerdo de esa frase -'qui prodest?'- y de algunas otras de las novelas policiacas: 'Creces la Febe'. Una muy bonita, tambi¨¦n francesa: 'Le crime ne paye pas'. Qu¨¦ tonter¨ªa, qu¨¦ propaganda moralista: claro que a algunos les compensa. Y para las generaciones siguientes: son ellos los que representan el car¨¢cter de ben¨¦fico, feliz destino, para sus descendientes, idiotas o geniales. Peor si son geniales: lo dilapidar¨¢n todo.
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