'D¨ªa e' II
La alegre fanfarria con que han sido recibidos los nuevos billetes y monedas en euros por la ciudadan¨ªa no puede hacernos olvidar que el euro existe desde el 1 de enero de 1999 -primer D¨ªa e- y que sus efectos, que se remontan m¨¢s atr¨¢s en el tiempo, van mucho m¨¢s all¨¢ de la simple sustituci¨®n de billetes y monedas a un tipo de cambio fijado para siempre, 166,386 pesetas por euro, que m¨¢s de un quebradero de cabeza est¨¢ dando durante estos d¨ªas.
En efecto, el euro es una moneda de rango internacional, que ha pasado a ocupar el segundo puesto mundial, despu¨¦s del d¨®lar estadounidense, lo cual contrasta con el papel tan poco significativo que jugaba la peseta en el conjunto de los mercados financieros internacionales. No hay precedentes hist¨®ricos de que una moneda tan joven haya ocupado, en tan poco tiempo, un papel tan destacado.
No hay precedentes hist¨®ricos de que una moneda tan joven haya ocupado, en tan poco tiempo, un papel tan destacado
Pero, sobre todo, el euro es una moneda m¨¢s estable, especialmente desde el punto de vista de su poder adquisitivo, por obra y gracia de una pol¨ªtica monetaria dise?ada expresamente con este objetivo. El principal efecto de esto es una considerable bajada de los tipos de inter¨¦s, que ha beneficiado a todos los agentes econ¨®micos que se han endeudado. Un reciente informe del servicio de estudios de La Caixa ha estimado entre 18.000 y 24.000 millones de euros (entre tres y cuatro billones de pesetas) los ahorros que ha supuesto este descenso para el conjunto de los sectores econ¨®micos espa?oles.
?Cu¨¢l es, entonces, el sentido del segundo D¨ªa e, el 1 de enero pasado? Algo muy importante, que se echaba mucho en falta, el calor humano, el de tantas personas que se han lanzado estos d¨ªas a conseguir palpar el euro en forma de billetes y monedas.
Francisco J. Valero y Virginia Gonz¨¢lez son, respectivamente, socio-director de estudios y analista de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
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