Las pateras se desplazan de Andaluc¨ªa a Canarias tras el 11 de septiembre
La inmigraci¨®n irregular se triplica en las islas
La inmigraci¨®n procedente de Marruecos ha experimentado un cambio brusco desde el 11 de septiembre, fecha de los atentados terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pent¨¢gono, en Washington. Mientras que el n¨²mero de detenidos en las costas andaluzas cay¨® en los ¨²ltimos cuatro meses del a?o un 54% (de 7.107 a 3.251) respecto al mismo per¨ªodo de 2000, el de interceptados en Canarias aument¨® m¨¢s del triple (de 706 a 2.400).
El frenazo de la inmigraci¨®n en el Estrecho se produjo a partir del 13 de septiembre, cuando la tensi¨®n internacional creada por los atentados cometidos dos d¨ªas antes por terroristas musulmanes contra Estados Unidos estaba en su punto m¨¢s alto.
El cambio de tendencia fue espectacular porque se produjo tras las avalanchas de pateras de junio, julio y agosto, que se saldaron con 7.484 detenidos, una cifra sin precedentes, y provocaron una protesta de Madrid ante Rabat.
Tampoco ten¨ªa precedentes el n¨²mero de interceptados en Canarias en esos meses: de 236 en 2000 se hab¨ªa pasado a 962 en 2001.
Marruecos orden¨® a sus fuerzas de seguridad frenar las salidas de inmigrantes hacia la Pen¨ªnsula para no significarse como v¨ªa de entrada de musulmanes en el continente europeo. Pero se abstuvo de hacer lo mismo con las pateras que zarpan hacia Canarias.
De esta forma ha provocado una riada de irregulares y ha colapsado las escasas infraestructuras de las islas. La situaci¨®n se ha agravado por la falta de suficientes plazas de acogida en el archipi¨¦lago.
A la vista de las estad¨ªsticas del 2001, analistas en materia de inmigraci¨®n subrayan varios factores.
El efecto 11 de septiembre ha contenido una avalancha que para esa fecha ya hab¨ªa pulverizado la teor¨ªa del efecto llamada que el Gobierno hab¨ªa atribuido a la Ley de Extranjer¨ªa anterior y en base al cual justific¨® la reforma de esa norma. El balance final de detenidos ese a?o (19.243) s¨®lo supera ligeramente al de 2000 (19.126).
En el caso concreto de Canarias, la teor¨ªa del efecto llamada es a¨²n menos aceptable que en el Estrecho. El n¨²mero de interceptados cay¨® de 2.274 en 1999 a 2.241 en 2000 (con la anterior Ley de Extranjer¨ªa en vigor), y aument¨® hasta 4.035 el a?o pasado, con la nueva norma.
Algunos expertos inmigraci¨®n aventuran que el cierre de las playas del norte de Marruecos ha podido desviar las rutas de la inmigraci¨®n hacia Canarias. Explican de este modo por qu¨¦ siguen llegando embarcaciones a las islas, incluso en condiciones clim¨¢ticas adversas.
Sin embargo, fuentes del Ministerio del Interior desconf¨ªan de esta teor¨ªa. Subrayan que la reducci¨®n de la inmigraci¨®n ha afectado mucho m¨¢s a los marroqu¨ªes que a los subsaharianos. Y se?alan tres claves:
Una, pr¨¢ctica: la repatriaci¨®n de los marroqu¨ªes es cada vez m¨¢s r¨¢pida, mientras que la de subsaharianos, a pesar del acuerdo firmado con Nigeria, sigue siendo muy complicada.
Otra, econ¨®mica: los grupos mafiosos de traficantes de personas que trabajan en connivencia con algunas autoridades siguen aliment¨¢ndose.
Y otra, pol¨ªtica: Canarias es, por tradici¨®n hist¨®rica y proximidad geogr¨¢fica, un basti¨®n del apoyo a la causa saharaui. La inyecci¨®n de personas de color en las islas es una forma de presi¨®n que comienza a hacer mella en las autoridades auton¨®micas.
La mayor¨ªa de los irregulares que llegan a las islas aseguran haber zarpado de El Aai¨²n, la capital del S¨¢hara Occidental, ocupado por Marruecos. El hecho de que esa zona est¨¦ bajo control militar y que en ella no sea com¨²n la presencia de personas de color avalar¨ªa las tesis de que el Gobierno de Rabat no es ajeno al acoso que sufren las Canarias.
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