Retrato del franquismo
Noche de estreno en La Far¨¤ndula de Sabadell. Hab¨ªa motivos para ir a verlo, porque el teatro hac¨ªa casi un a?o y medio que estaba cerrado y la reinauguraci¨®n se hac¨ªa con toda la pompa. Presencia de autoridades locales y una obra que, aunque mon¨®logo, cabe calificar de obra de lujo. Cinco horas con Mario, adaptaci¨®n de la novela de Miguel Delibes que vi a finales de los setenta, ha sido un best seller en la carrera teatral de Lola Herrera.
Hace 20 a?os yo acababa de leer la novela de Delibes y lo que me pareci¨® entonces fue que la adaptaci¨®n a tres manos del propio Delibes, Josefina Molina (tambi¨¦n directora del espect¨¢culo) y Jos¨¦ Samano se hab¨ªa columpiado en los aspectos m¨¢s amables y pintorescos de la obra. Poco quedaba del pensamiento recurrente, madeja enredada de recuerdos, deseos y frustraciones, de esa mujer torturada que vela a su marido muerto toda una noche. Un mon¨®logo interior de impresionantes resonancias sociales, pol¨ªticas, morales, hist¨®ricas que, en su versi¨®n esc¨¦nica, quedaba reducido a una recopilaci¨®n de an¨¦cdotas, la mayor¨ªa c¨®micas.
Cinco horas con Mario
A partir de la novela de Miguel Delibes. Adaptaci¨®n: Miguel Delibes, Josefina Molina y Jos¨¦ Samano. Int¨¦rpretes: Lola Herrera y Pablo Rodr¨ªguez. Escenograf¨ªa: Rafael Palmero. Iluminaci¨®n: Juan G¨®mez Cornejo. M¨²sica: Luis Eduardo Aute. Teatro La Far¨¤ndula. Sabadell, 11 de enero.
Retrato del franquismo, retrato de la Espa?a de la posguerra, retrato de un mundo provinciano, cuando en 1979 se estren¨® Cinco horas con Mario era, al mismo tiempo, el retrato de un mundo que dese¨¢bamos dejar atr¨¢s. La transici¨®n miraba hacia adelante. El seiscientos, la progres¨ªa intelectual, la fuerza brutal de la autoridad, de las que tanto se habla en la pieza, segu¨ªan formando parte de un presente que s¨®lo poco a poco empezaba a ser pasado. Hoy queda todo tan lejos que, si cabe, las an¨¦cdotas son m¨¢s an¨¦cdotas, pero con un efecto en cierto modo adormecedor. Parece que nos hablen de nuestros antepasados los australopitecos.
Es cierto que con Cinco horas con Mario Lola Herrera obtuvo uno de sus grandes ¨¦xitos y que mantuvo la obra viva, con interrupciones, durante 10 a?os. Lola Herrera est¨¢ estupenda, como entonces. Aunque no haga un espectacular trabajo de interiorizaci¨®n que nos lleve a ver m¨¢s cosas de las que realmente dice. Tambi¨¦n ella, como el texto, se columpia a favor de la audiencia. Act¨²a para un p¨²blico que lo ¨²ltimo que quiere es calentarse la cabeza. Un p¨²blico, en ¨²ltima instancia, burgu¨¦s, como se dec¨ªa en la ¨¦poca del estreno de la obra.
Lo cierto es que, pese a todo, Cinco horas con Mario es una obra digna para la inauguraci¨®n del remozado teatro La Far¨¤ndula. Un tema importante, pues, hubiese sido el de la ac¨²stica. Poco que decir al respecto, porque Lola Herrera actu¨® con micr¨®fono y lo ¨²nico que reverberaba en la sala eran, sonoras y bien localizados, las toses de los espectadores.
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