El disidente chino Wang vuelve a Espa?a
El preso pol¨ªtico residi¨® 15 a?os en Valencia
No habl¨® de los presos pol¨ªticos chinos. Quiz¨¢ porque m¨¢s de mil d¨ªas en un laogai (campo de reeducaci¨®n mediante el trabajo) son muchos d¨ªas. Tambi¨¦n prefiri¨® pasar de puntillas sobre el respeto de los derechos humanos en China. Tras m¨¢s de tres a?os en una c¨¢rcel de Zheijiang, acusado de 'subversi¨®n' y 'atentar contra la seguridad del Estado' en un juicio que dur¨® 45 minutos, el disidente Wang Ce regres¨® ayer a un exilio en Espa?a que abandon¨® en 1998 para entregar un manifiesto pol¨ªtico a las autoridades de su pa¨ªs.
'Su buen comportamiento en prisi¨®n le vali¨® una reducci¨®n de la condena, que ten¨ªa que haber concluido en el a?o 2003', se?al¨® ayer la agencia estatal de noticias Xinhua al informar que Wang Ce, 53 a?os, era expulsado de China a Espa?a. Pero detr¨¢s de tan fulgurante liberaci¨®n -entre la orden de puesta en libertad y su llegada a Madrid desde Pek¨ªn apenas hay 20 horas-, su familia ve como definitiva la mediaci¨®n del Gobierno espa?ol y la Uni¨®n Europea. 'Sin la ayuda de Espa?a no hubiera sido posible', declar¨® agradecida Tang Xuanzhong, mujer de Wang, 49 a?os, en el aeropuerto de Madrid Barajas.
Arropado bajo ese mismo argumento, el inter¨¦s que ha mostrado desde su encarcelamiento tanto Espa?a como el Parlamento Europeo, Wang fue afortunado y se libr¨® de realizar trabajos forzados. 'Mi marido trabaj¨® en la biblioteca, no en el campo o en las canteras como el resto de los presos disidentes'. Eso s¨ª, vivi¨® hacinado como los dem¨¢s. Diez presos por cada ¨ªnfima celda.
A pesar de que el monol¨ªtico r¨¦gimen chino, liderado por Jiang Zemin, sigue demostrando d¨ªa tras d¨ªa que su apertura econ¨®mica no va pareja a la pol¨ªtica, Wang piensa -o prefiere pensar- lo contrario. 'La situaci¨®n de los derechos humanos en China va a mejorar poco a poco', asegur¨® un Wang que su mujer considera 'muy cambiado'. Aleg¨® cansancio para no extenderse en las respuestas a las pocas preguntas que concedi¨® a este peri¨®dico en el restaurate que poseen en un c¨¦ntrico barrio de Madrid. Pero su esposa consider¨® que la prisi¨®n le ha hecho otro hombre. El presidente del Partido Liberal Democr¨¢tico chino razon¨® ayer que 'cuando el sistema econ¨®mico cambia, antes o despu¨¦s cambia el sistema pol¨ªtico'.
Wang, quien vivi¨® exiliado durante 15 a?os en Valencia para huir de la caza de brujas emprendida en China contra los activistas, regres¨® a su pa¨ªs en octubre de 1998 para defender a los disidentes encarcelados y pedir unas t¨ªmidas reformas democr¨¢ticas. Tras recorrer varias provincias chinas con un manifiesto preparado junto a otros l¨ªderes de la oposici¨®n clandestina en el que denunciaba la 'pesadilla del comunismo', fue detenido, juzgado sin abogado defensor y condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel en febrero de 1999, sentencia que fue rechazada en su d¨ªa por el entonces ministro espa?ol de Exteriores, Abel Matutes. Despu¨¦s, Josep Piqu¨¦ pidi¨® clemencia para ¨¦l.
Wang Ce no s¨®lo deseaba que se revisara la condena de los disidentes de la matanza de Tiananmen -muchos activistas de ese episodio siguen en la c¨¢rcel-, sino tambi¨¦n la de los l¨ªderes de varios partidos clandestinos, as¨ª como la de cientos de dem¨®cratas confinados en prisiones o en laogais. En China no hay cifras oficiales sobre la matanza de Tiananmen (el n¨²mero oscila entre cientos o miles, seg¨²n sean fuentes oficiales o de los familiares de las v¨ªctimas) ni de los fallecimientos por torturas o enfermedad de los subversivos que purgan condenas en prisi¨®n.
Wang prefiri¨® no hablar del futuro. Dud¨® al emitir una respuesta que finalmente fue m¨¢s negativa que positiva sobre su pr¨®ximo activismo pol¨ªtico. Lo que s¨ª pareci¨® tener claro es que pasar¨¢ bastante tiempo antes de que se decida de nuevo a salir de Espa?a. China le ha negado el pasaporte. Espa?a nunca le concedi¨® la condici¨®n de refugiado pol¨ªtico, a pesar de que sus ideas no ahorraban cr¨ªticas hacia los jerarcas de su pa¨ªs.
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