Las FARC quieren sentarse en una Asamblea Constituyente
Divisi¨®n en Colombia por el posible acceso guerrillero a los esca?os
El proceso de paz reanudado ayer en Colombia incluye, como colof¨®n, una Asamblea Constituyente que acometa las reformas sociales, econ¨®micas, pol¨ªticas y militares reclamadas por las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para conseguir 'una paz con justicia'. Los rebeldes ocupar¨ªan un buen n¨²mero de esca?os a dedo, y ese acceso directo al poder pol¨ªtico divide al pa¨ªs.
La cuesti¨®n divide a liberales y conservadores, las dos principales fuerzas nacionales, m¨¢s atentas en algunos de sus flancos a intereses mezquinos que a razones de Estado.
El Gobierno, los rebeldes, diplom¨¢ticos de la ONU, de Cuba, Canad¨¢ y Suecia retomaron en la zona de distensi¨®n, a 700 kil¨®metros de Bogot¨¢, las conversaciones que deber¨¢n haber redactado, antes del pr¨®ximo lunes, un calendario que conduzca a acuerdos concretos sobre el alto el fuego, secuestros y ataques a la poblaci¨®n civil. Caso contrario, el presidente, Andr¨¦s Pastrana, ordenar¨¢ al Ej¨¦rcito el desalojo de la zona de distensi¨®n: los 42.000 kil¨®metros cuadrados cedidos a la guerrilla en 1998 para facilitar las conversaciones.
'Entramos en d¨ªas importantes, cr¨ªticos', declar¨® a un grupo de corresponsales James LeMoyne, el mediador de Naciones Unidas. La eventual convocatoria de la Constituyente se efectuar¨ªa sin detrimento de una agenda com¨²n que defina los cambios requeridos por un pa¨ªs castigado por las desigualdades sociales. La Asamblea figura en el Acuerdo de San Francisco, suscrito por las partes el 5 de octubre pasado, y que sirve de referencia a las vertiginosas negociaciones en curso.
Carlos Holgu¨ªn, presidente del Partido Conservador, al que pertenece Pastrana, defendi¨® la Constituyente ante el Congreso 'para que el pr¨®ximo Gobierno (que asumir¨¢ en agosto pr¨®ximo) disponga de una nueva herramienta'. El dirigente liberal Luis Guillermo Holgu¨ªn niega legitimidad a la instancia 'porque no ser¨ªa elegida por el pueblo, y porque un n¨²mero de sus delegados ser¨ªa elegido a dedo. ?sa es la intenci¨®n del Gobierno'.
La Comisi¨®n de Notables que redact¨® el documento que sirvi¨® de marco al Acuerdo de San Francisco propone un parlamento de seis meses de duraci¨®n en el que estar¨ªan representados los diversos actores de la sociedad colombiana, desde empresarios a trabajadores o activistas de los derechos humanos. La guerrilla obtendr¨ªa, seg¨²n las diferentes propuestas, entre el 25% y el 50% de los esca?os. Otra variante ser¨ªa un refer¨¦ndum para que se pronuncien sobre las reformas estructurales acordadas. Err¨¢ticas las negociaciones, dista mucho tiempo hasta llegar a ello. Los detractores de la Constituyente consideran aberrante que un grupo de alzados en armas determine la nueva Constituci¨®n, y pronostican que, en unas elecciones democr¨¢ticas, las FARC, con 17.000 miembros, o el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), con 7.000, ser¨ªan avasalladas porque su desprestigio es enorme a pesar de sus enunciados justicieros. Los secuestros, la participaci¨®n en el narcotr¨¢fico y los ataques contra la poblaci¨®n civil avalan el criterio de los sondeos.
Imposible, al parecer, la derrota militar de los insurgentes. Quienes proponen la Constituyente subrayan que la legalidad vigente no ha sido capaz hasta ahora de solucionar un conflicto de 38 a?os de duraci¨®n y que a diario alimenta los cementerios de Colombia. ?Y los 8.000 paramilitares que combaten a la guerrilla? Pese a sus salvajadas, tambi¨¦n estar¨ªan representados, porque un proceso sin la inclusi¨®n de todos fracasar¨ªa. 'No podemos distinguir entre delincuentes buenos y delincuentes malos', precis¨® Carlos Holgu¨ªn.
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