Un congreso para los ciudadanos vascos
El PSE-EE estaba necesitado de un debate en profundidad para reformular un proyecto de esperanza para la paz y la regeneraci¨®n moral. La dimisi¨®n del secretario general puede permitir una reflexi¨®n libre, sin estar mediatizada por otros partidos, ni por los medios de comunicaci¨®n al servicio del Gobierno. En esencia, hay que repensar la estrategia, el papel y el espacio pol¨ªtico para impulsar una nueva mayor¨ªa social que saque a Euskadi de esta situaci¨®n de bloqueo. En todo caso el Congreso del PSE-EE se deber¨ªa efectuar con la intenci¨®n de recoger las aspiraciones de los ciudadanos y no desde el inter¨¦s partidista de clanes o familias socialistas.
Sin duda, los vascos necesitamos un nuevo modelo de pa¨ªs que parta del reconocimiento de su pluralismo, que lo cohesione sin exclusiones, se comprometa con los derechos humanos y las libertades de todos los ciudadanos, y haga posible la convivencia en paz desde el pleno respeto a los principios democr¨¢ticos. As¨ª de claro.
Necesitamos un nuevo modelo de pa¨ªs que parta del reconocimiento de su pluralismo
Para avanzar en la consecuci¨®n de ese modelo es preciso distanciarse de quienes juegan al frentismo; esto es, a la divisi¨®n en dos comunidades, vasca y espa?ola, y bloquean los acuerdos buscando r¨¦ditos electorales. Por tanto, la clave reside en construir desde la izquierda un proyecto que sea profundamente democr¨¢tico; esto significa para m¨ª el vasquismo de progreso. Una concepci¨®n nueva de Euskadi que permita incorporar a la tarea de la eliminaci¨®n del terrorismo y la b¨²squeda de soluciones para la paz a la mayor¨ªa de los vascos, rompiendo divisiones artificiales, compartiendo valores democr¨¢ticos, culturales y ¨¦ticos, y actuando con sentido de lealtad a las instituciones vascas y a las del Estado.
Durante a?os se han acumulado demasiadas tensiones y desencuentros, muchos de ellos gratuitos, entre el nacionalismo y los partidos de ¨¢mbito estatal, que ponen en evidencia un problema pol¨ªtico sin resolver. Desde la transici¨®n, el PNV ha alimentado su discurso con ¨®rdagos y actitudes victimistas. Frente a ello se ha respondido, en ocasiones, con torpeza y con profundo recelo hacia el autogobierno, lo que ha afectado al desarrollo del Estatuto.
Seguir¨¢ siendo imprescindible la defensa de la libertad y la denuncia de los intentos nacionalistas de exclusi¨®n y de patrimonializaci¨®n de las instituciones, como si fueran de su propiedad. Pero hay que hacerlo cada vez con m¨¢s credibilidad y con la convicci¨®n de que se debe profundizar en el autogobierno como una herramienta que ayude a conseguir una sociedad vasca m¨¢s justa.
Pero para convertir el PSE-EE en una alternativa de gobierno habr¨¢ que ganar en ese espacio social, cada d¨ªa m¨¢s amplio, surgido entre las trincheras de la confrontaci¨®n levantadas por el PNV y el PP, con un proyecto aut¨®nomo que cohesione este pa¨ªs, que aborde tambi¨¦n los graves problemas sociales del nuevo siglo y que apueste por una sociedad vasca m¨¢s integradora y dialogante.
Recientemente hemos soportado los reproches del se?or Aznar, despreciando las t¨ªmidas propuestas sobre la actualizaci¨®n de la estructura del Estado. Pues bien, m¨¢s all¨¢ de la caza de brujas, es preciso explicar a los ciudadanos con naturalidad y sin aspavientos, la necesaria reforma de la Constituci¨®n. Esto significa que el actual sistema auton¨®mico, con ser valioso, no colma las aspiraciones de una parte de la ciudadan¨ªa que apoya la opci¨®n federalista.
Estoy convencido de la trascendencia que tendr¨ªa para Euskadi abordar la urgente reforma del Senado, incorporar a la estructura del Estado mecanismos de cooperaci¨®n y lealtad federal, pactar la presencia de Euskadi y las comunidades aut¨®nomas en la formaci¨®n de la voluntad del Estado en la Uni¨®n Europea, el reconocimiento efectivo de la diversidad cultural de Espa?a, la representaci¨®n de las nacionalidades en las m¨¢ximas instancias del Estado... En definitiva, queremos reflexionar sobre aquellas reformas que pudieran suponer una mejor adaptaci¨®n a los nuevos tiempos y que a la vez ayudaran a concitar en Euskadi, por la v¨ªa del pacto, mayores consensos que los actualmente existentes en torno a la Constituci¨®n entendida como una norma ¨²til, abierta y flexible.
En respuesta a otras incertidumbres, el federalismo representa un modelo basado en la libre uni¨®n y en el autogobierno de sus miembros, partiendo de la realidad pluricultural y plurinacional del Estado, tratando de acercar la democracia a los ciudadanos y fortaleciendo los poderes locales. Adem¨¢s, hace residir la soberan¨ªa del Estado federal en la libre voluntad de los pueblos miembros de la federaci¨®n.
En el caso vasco, el federalismo garantizar¨ªa el respeto a la singularidad de los reg¨ªmenes forales de los territorios hist¨®ricos. Porque el Estado federal no significa uniformizaci¨®n de los distintos reg¨ªmenes de autogobierno. Tras el euro y otros episodios que vendr¨¢n, los vascos iremos asumiendo una nueva identidad, la de la nacionalidad europea. Porque vivimos en la Uni¨®n Europa que funciona sobre la base de la soberan¨ªa compartida y la interdependencia, en un tablero mundial cada vez m¨¢s complejo y desequilibrado que tiene que estar presidido por la solidaridad y las reglas de juego democr¨¢ticas.
Los principios del federalismo quieren hacer compatible el autogobierno y el respeto a los hechos diferenciales con la participaci¨®n en un proyecto de Estado. La dimensi¨®n europea permitir¨¢ que Euskadi desarrolle tambi¨¦n su personalidad, siendo parte activa en el proceso de construcci¨®n y buscando su propio espacio. Aunque ya sabemos que desde la violencia y la exclusi¨®n no seremos nunca un pueblo cohesionado, innovador y atractivo en Espa?a y Europa.
En resumen, s¨®lo desde la nueva posici¨®n, el PSE-EE puede contribuir a crear las condiciones adecuadas para abrir camino hacia el final del terrorismo y la soluci¨®n democr¨¢tica de nuestros problemas. Y ser¨¢ imprescindible, al final, un gran pacto pol¨ªtico de Estado sobre el avance del autogobierno. Ante las dificultades todos tendremos que poner la mejor voluntad y saber ceder para llegar a un nuevo consenso de principios democr¨¢ticos.
El PSE-EE deber¨¢ actuar sin tutelas y de modo coordinado con el PSOE, evitando cualquier dependencia del PNV o del PP. Porque habr¨¢ que poner coto a las manipulaciones del PP, que confunde el inter¨¦s de Estado con sus intereses electorales y que practica la intolerancia cuando pretende imponer el pensamiento ¨²nico, en la soluci¨®n del tema vasco. Pero tambi¨¦n el PNV intentar¨¢ sacar provecho de nuestra crisis, considerando que necesita un PSE-EE d¨®cil y obediente a su pretensi¨®n de hegemonizar el pa¨ªs. En definitiva el debate no es si estamos con el PNV o con el PP. El reto es articular un proyecto de libertad, alternativo, capaz de sacar a la pol¨ªtica vasca del estado de desacuerdo y superador de divisiones frentistas.
Od¨®n Elorza es alcalde de Donostia-San Sebasti¨¢n.
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