Esperando a Bush
Lo tem¨ªa Miguel ?ngel Moratinos. Incluso hab¨ªa advertido a Josep Piqu¨¦, en un informe previo a la gira que ¨¦ste concluy¨® ayer por Oriente Pr¨®ximo, de la probabilidad de que se produjera alg¨²n gran atentado. Todav¨ªa el pasado mi¨¦rcoles por la noche, cuando atisbaba 'alg¨²n rasgo de esperanza' tras entrevistarse con Ariel Sharon junto al ministro espa?ol de Exteriores, el representante permanente de la UE para Oriente Pr¨®ximo constataba que la violencia pod¨ªa irrumpir en cualquier momento.
Lleg¨® en el menos adecuado desde el punto de vista diplom¨¢tico, apenas seis horas despu¨¦s de que Piqu¨¦ pidiera a Arafat 'tolerancia cero con el terrorismo' y de que el l¨ªder palestino se comprometiera a velar, incluso con la coerci¨®n, por el alto el fuego. Las heridas mortales de la paz concebida en Madrid hace diez a?os volvieron a reventar en la noche del jueves, poniendo de manifiesto que el Gobierno de Sharon ha golpeado a la Autoridad Nacional Palestina hasta dejarla hecha trizas, sin s¨ªmbolos b¨¢sicos, como el destruido aeropuerto de Gaza, sin fondos, sin credibilidad, con un l¨ªder confinado y, en lugar de fronteras, accesos bloqueados; y que el terrorismo, descabellado por sus intenciones, pero racional en cuanto a ritmos y plazos, sin duda m¨¢s programados en Teher¨¢n, Bagdad o Damasco que en Ramala, se muestra incontenible.
Nadie parece saber qu¨¦ hacer en esa situaci¨®n, la peor para Israel desde el punto de vista de la seguridad en mucho tiempo, salvo Sharon, que, mientras contribuye a crearla, avanza hacia alg¨²n tipo de soluci¨®n final aprovechando como viento de cola la 'tolerancia cero' de que habl¨® Piqu¨¦ en Ramala el mismo jueves. Sobre el otro aspecto del problema, los excesos del l¨ªder israel¨ª, el ministro ha dicho poco. Ha evocado continuamente que, adem¨¢s del combate antiterrorista, tiene que haber algo tan gen¨¦rico como 'una perspectiva pol¨ªtica' del conflicto. Decir que 'ser¨ªa deseable' que Arafat recupere 'cuanto antes' la libertad de movimientos resulta tambi¨¦n poca cosa cuando se reconoce, como Piqu¨¦ hizo ayer tras condenar los atentados, que es indispensable 'evitar el colapso total de la situaci¨®n' y que el proceso 'est¨¢ moribundo'.
La gira del ministro ha puesto de manifiesto que la UE no tiene nada decisivo que ofrecer en esta crisis. Apoya a Arafat, amonest¨¢ndole, y condena acciones de Sharon, pero a distancia, m¨¢s desde Bruselas que en el lugar de los hechos, sin plantearse siquiera posibles sanciones por violaciones de la legalidad internacional, que considera grav¨ªsimas y flagrantes.
Pero los Quince esperan, sobre todo, y Piqu¨¦ lo ha reiterado estos d¨ªas al referirse a una 'concertaci¨®n internacional indispensable', una soluci¨®n m¨¢s o menos impuesta, que exige un apoyo imprescindible de EE UU. Y en esa espera, los Quince no est¨¢n solos. Por lo mismo suspiran los Estados pro norteamericanos de la regi¨®n, como Egipto, Jordania o L¨ªbano, y muchos israel¨ªes que entienden que la pol¨ªtica de Sharon no lleva a ninguna parte. Incluso Siria, seg¨²n afirm¨® el jueves su ministro de Exteriores, Faruk al Shara, quien, sin embargo, a?adi¨®: 'Mientras EE UU est¨¦ ocupado en Afganist¨¢n, no dar¨¢ suficiente importancia a Oriente Pr¨®ximo'. El hecho es que George W. Bush sigue ausente de este conflicto. Europa podr¨ªa intentar algo m¨¢s que confiar en que el viento cambie, porque, como se dice en la zona, y repite tambi¨¦n Moratinos, en Oriente nada es irrevesible. La historia no avala totalmente este dicho.
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