Remedios de ETA
A los terroristas no les gusta la imagen que de su actuaci¨®n reflejan los medios de comunicaci¨®n, y responden disparando contra el espejo: intentando matar a algunos periodistas. El jueves seleccionaron a un diario, una emisora de radio y una cadena de televisi¨®n para dar a conocer su opini¨®n sobre lo que esos medios opinan del terrorismo. Pero en lugar de enviar cartas al director rebatiendo las opiniones ajenas, como hubiera hecho cualquier persona decente, han remitido sendos paquetes con suficiente cantidad de explosivo como para matar o mutilar a cualquiera que los hubiera abierto.
El triple atentado, aunque fallido, cumple parte de su objetivo. Unos se?alan objetivos, ofreciendo razones por las que colectivos enteros merecer¨ªan ser asesinados, y ETA act¨²a contra algunos de sus miembros para intimidar a todos ellos: as¨ª funciona la empresa de amedrentamiento social montada en torno a ETA. El atentado viene a recordar tambi¨¦n que en Euskadi son muchas las personas cuya vida est¨¢ condicionada las 24 horas del d¨ªa por la amenaza latente de ETA: jueces, ertzainas, concejales. Y periodistas: desde el fin de la tregua ETA ha asesinado a dos personas ligadas a medios de comunicaci¨®n e intentado matar al menos a otros ocho informadores.
En la entrevista que en junio pasado publicaron los diarios Gara y Euskaldunon Egunkaria, dos portavoces de ETA declaraban que 'actuando contra los medios y los pseudoperiodistas que se muestran a favor de la opresi¨®n de Euskal Herria se ganan espacios para la libertad de expresi¨®n'. El lunes pasado, la Audiencia Nacional llam¨® a declarar a los directores de esos dos diarios por considerar que la entrevista conten¨ªa justificaci¨®n de actos terroristas, amenazas e inducci¨®n a cometer delitos.
La justicia decidir¨¢ si la acusaci¨®n tiene o no fundamento, pero lo que, desde luego, no lo tiene es colocar en el mismo plano, como atentados a la libertad de expresi¨®n, esa iniciativa de la Audiencia Nacional y la de ETA de intentar mutilar o asesinar a tres periodistas. Tampoco es lo mismo defender unas ideas, las independentistas, por ejemplo, que propugnar el derecho a asesinar en nombre de las mismas. En el Pa¨ªs Vasco hay personas amenazadas de muerte por negar ese derecho a los terroristas.
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