Apuestas inservibles
Kovacevic se invent¨® ayer un espejismo que, durante mucho tiempo, estuvo a punto de confundir al p¨²blico de Anoeta. Parec¨ªa que la apuesta de John Toshack por el delantero yugoslavo, tan populista como necesaria, diluir¨ªa una larga serie de pegajosas cuestiones que el t¨¦cnico gal¨¦s no acaba de aclarar.
Y es que el once de la Real tambi¨¦n contaba con el concurso de dos fichajes controvertidos solicitados expresamente por Toshack: Kvarme y Luiz Alberto. La pareja de centrales acumula ya tantos desastres que nadie se explica por qu¨¦ el mercado de invierno no ha servido para relevarlos al un¨ªsono o, al menos, a uno de ellos. Entre el uno y el otro se han encargado de neutralizar buena parte del balance ofensivo de su equipo, ganancia de lo m¨¢s sudada.
Pero los esfuerzos del club se han centrado en resolver la incapacidad goleadora del equipo, manifiesta, y en relevar a Alberto de la porter¨ªa, gesto inexplicable. Con todo, la Real hace agua. Tan s¨®lo le queda un centro del campo brillante, pero constantemente torpeado desde su propia vanguardia y misma su retaguardia.
El Alav¨¦s es todo lo contrario. Le importa poco que su delantero indiscutible (Rub¨¦n Navarro) sea un objeto animado de decoraci¨®n. Tampoco ve mal que Kike, ahora portero titular, no sea menos desastroso que Herrera. O que Pablo no pueda compararse con ning¨²n organizador de pedigr¨ª. Tiene a T¨¦llez y a Coloccini.Y un par de ideas muy claras para no desenchufarse de ninguna cita por fea que se ponga.
Toshack, en cambio, hace equilibrios para contrarrestar el peso exagerado de apuestas inservibles.
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