?Barcelona debe tener videovigilancia en la calle?

Una c¨¢mara fija, con aspecto de farola, graba todo lo que ocurre en la calle, im¨¢genes que son observadas en el control central de la polic¨ªa. Es el Gran hermano, de verdad. El verano pasado el Ayuntamiento de Barcelona instal¨® dos de forma experimental en la calle de Escudellers y en la plaza de George Orwell, en Ciutat Vella. Cuando todav¨ªa no se tiene claro el resultado de esa videovigilancia han surgido voces de vecinos del Barri G¨°tic que demandan que se extienda el sistema en m¨¢s calles -hasta 26-, b¨¢sicamente las perpendiculares a Aviny¨® y entorno de la Catedral, una de las zonas m¨¢s tur¨ªsticas de la ciudad y, por ese motivo, que sufre m¨¢s la delincuencia del tir¨®n y del hurto.

?Pero han sido ¨²tiles para frenar la delincuencia? Hasta cierto punto. 'Ejercen cierto control y tienen utilidad porque son elementos disuasorios. Pero de eso a pretender extender el sistema por toda la ciudad o por un n¨²mero muy extenso de calles.... hay un trecho'. As¨ª se expresa el gerente de la Guardia Urbana, Blas Alascio. Residentes y comerciantes de la zona creen que la utilidad de las c¨¢maras es m¨¢s que cuestionable: 'No dan los tirones justo en Escudellers, pero s¨ª en las calles de al lado', explican desde un establecimiento en la plaza de George Orwell.

El Ayuntamiento no se plantea generalizar el sistema de videoc¨¢maras: 'Como mucho se pueden colocar alguna m¨¢s en puntos muy sensibles de la ciudad, como el entorno de la Sagrada Familia o La Pedrera, en el paseo de Gr¨¤cia y siempre previa autorizaci¨®n', puntualiza el gerente. La puesta en funcionamiento de cualquier sistema de videovigilancia en espacios p¨²blicos debe ser supervisada por la comisi¨®n de control de ese tipo de dispositivos que est¨¢ integrada por representantes de las tres administraciones, la fiscal¨ªa, las asociaciones de municipios y presidida por el presidente del Tribunal Superior. Ese control obedece a la necesidad de vigilar que lo que graban las c¨¢maras sea estrictamente la calle, no los edificios, ni mucho menos el interior de comercios y domicilios, y que la instalaci¨®n est¨¦ indicada.

Para el primer partido de la oposici¨®n del Ayuntamiento, la videovigilancia no debe ser m¨¢s que un sistema de ayuda a los agentes: 'No hay que sustituir a la Guardia Urbana por instrumentos tecnol¨®gicos sino todo lo contrario porque hacen falta m¨¢s agentes', opina Joan Puigdollers, presidente del grupo municipal de CiU.

Lo cierto es que la colocaci¨®n de c¨¢maras de videovigilancia es un sistema ya profusamente utilizado: cientos de establecimientos -comercios y bancos, por ejemplo-, transportes p¨²blicos, como el metro, y el control del tr¨¢fico. Cada vez que una ciudad se plantea instalar c¨¢maras en la v¨ªa p¨²blica por motivos de seguridad ciudadana hay numerosas voces cr¨ªticas. De hecho, no pocos anuncios o proyectos de la utilizaci¨®n de las c¨¢maras se ha acabado diluyendo. Eso ocurri¨®, por ejemplo, en Madrid, en 1994. M¨¢s recientemente, hace dos a?os, el municipio de Mahadaonda acab¨® retirando el proyecto de colocar 12 c¨¢maras de control en 800 metros. En Vilassar de Mar, pionera en el uso de esos sistemas, las c¨¢maras se acabaron retirando hace cinco a?os. M¨¢laga prepara un proyecto de colocaci¨®n de videoc¨¢maras de vigilancia en la arteria comercial de la ciudad. Pero es en el feudo de Jes¨²s Gil, en Marbella, donde ese control y otros m¨¢s sofisticados, como cabinas blindadas para agentes, son el ¨²ltimo grito.