Europa en el bolso de Thatcher
?M¨¢s Europa u otra Europa? ?Estamos asistiendo al triunfo pol¨ªtico p¨®stumo de Margaret Thatcher y su visi¨®n de una integraci¨®n limitada? En su bolso quiz¨¢s hubo alguna libreta con ideas que pueden verse ahora impulsadas por una conjunci¨®n pol¨ªtica complicada. La visi¨®n m¨¢s nacional de Europa, tan propia de Thatcher, ha ido ganando terreno en los ¨²ltimos a?os. En ese pa¨ªs central en la construcci¨®n europea que es Alemania, Kohl ya la impuls¨® en la recta final de su ¨²ltimo mandato. El nuevo candidato de la CDU-CSU a la canciller¨ªa, el socialcristiano b¨¢varo Edmund Stoiber es una persona inteligente que tiene una idea de Europa clara, de una Europa delgada que devuelva parte de su poder a los Estados y las regiones. Gane o no gane, esta visi¨®n influir¨¢. Pero ojo a lo que hay detr¨¢s: pues la Europa de la subsidiariedad sin solidaridad ser¨ªa una Europa ciega.
Esta visi¨®n nacional es la que ha puesto de relieve la renuncia de Ruggiero y la asunci¨®n por Berlusconi de la cartera de Exteriores. Choca, al venir de una Italia que nos ten¨ªa acostumbrados a otro enfoque. El actual se ve reforzado por Fini y su posfascista y anti europea Alianza Nacional -un fen¨®meno que est¨¢ creciendo y no s¨®lo en la Europa alpina-, y que aspira a esa cartera. No conviene equivocarse: pese a que Berlusconi constituya una anomal¨ªa democr¨¢tica por su condici¨®n de magnate medi¨¢tico y sus asuntos judiciales, esta visi¨®n resulta popular en Italia. Para Berlusconi, 'Italia debe hacerse sentir en el mundo'. Si Italia, Francia, Alemania, Espa?a, etc., siguen todos esta pauta, en el mundo habr¨¢ pol¨ªticas de europeos pero no pol¨ªtica europea.
En Francia, el soberanista Jean Pierre Chev¨¨nement puede tener la llave de las elecciones. Va a ser candidato en las presidenciales, y puede obtener un porcentaje significativo de votos, provenientes tanto de la izquierda como de la derecha. Si, como parece, hay segunda vuelta, y para apoyar a Jospin, puede pedir a cambio la oportunidad de ser primer ministro si la izquierda gana las posteriores legislativas. En todo caso, el factor Chev¨¨nement va a influir en la posterior pol¨ªtica europea francesa.
Que vamos a otra Europa est¨¢ muy claro si se produce el big bang, la ampliaci¨®n r¨¢pida a 10 pa¨ªses m¨¢s, sin que la UE haya decidido lo que quiere ser, y cuando los nuevos miembros, tras recuperar su libertad e identidad, no son precisamente fervientes europeistas. Incluso la coalici¨®n no ya contra la profundizaci¨®n, sino contra la ampliaci¨®n de la UE, est¨¢ ganando fuerza. En Austria, Haider est¨¢ recabando firmas para en una 'consulta popular', con firmas, contra la central nuclear checa de Temel¨ªn, amenazando con vetar la entrada de esa Rep¨²blica en la UE.
La otra Europa por la que abogan Blair y Aznar es a la vez menos y m¨¢s. Insiste en la integraci¨®n negativa, en la supresi¨®n de trabas a los movimientos internos de personas, capitales, servicios y bienes para crear una gran ¨¢rea econ¨®mica, lo que quer¨ªa Thatcher. Con las reformas econ¨®micas que quiere impulsar la presidencia espa?ola en el Consejo Europeo de Barcelona, los gobiernos mantengan muchas de sus prerrogativas, y poco nuevo gana la UE como tal. Tras el 11-S, la lucha contra el terrorismo, y la b¨²squeda de una pol¨ªtica com¨²n de inmigraci¨®n, junto con los balbuceos en materia de defensa com¨²n, constituyen elementos de integraci¨®n positiva.
Cuando viaja al aislado continente, la Sra. Thatcher debe llevar en su bolso no s¨®lo las sagradas libras esterlinas -quiz¨¢s incluso siga contando en guineas- sino tambi¨¦n euros. Probablemente los odie, mientras que Blair los acaricia, deseoso. Es un cambio fundamental en un bolso que lleg¨® a ser tan enigm¨¢tico como el de su Reina, de quien dicen que cuando se interes¨® por el euro, pregunt¨® si los reyes europeos iban a figurar en las monedas. Perspicaz Isabel II.
aortega@elpais.es
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