Miedo esc¨¦nico

No hubo sorpresa la noche del lunes: cay¨® Na¨ªm. Lo hizo con dignidad, lidiando con otra de las canciones dif¨ªciles (Dance little sister en este caso) que le han ido tocando a lo largo del concurso, con un bis junto a Bisbal y soportando la bromita cutre del coche destruido. No tiene el carisma de otros, pero no olvidemos que, junto a Juan, ha sido el alma de Mi m¨²sica es tu voz, la canci¨®n que tanto ¨¦xito les ha dado a todos y que tan mal recibida fue por algunos de sus colegas. Bustamente se salv¨® y admiti¨® que no ten¨ªa 'ni puta idea' de m¨²sica, lo cual confirma que triunfar en este mundo no est¨¢ re?ido con arrastrar grandes dosis de analfabetismo mel¨®dico. ?sta es, de hecho, la gracia del invento. El ex alba?il sali¨® a la pasarela con pose de pistolero y, arropado por un p¨²blico intervencionista, consigui¨® disfrutar a base de dominar sus prontos, aunque no los agudos de Amantes de ocasi¨®n, un tema dise?ado para largas tardes de autos de choque.

Rosa sac¨® adelante I have nothing, una versi¨®n de Whitney Houston que cont¨® con las interrupciones de un p¨²blico que, por compulsivo, recuerda al de Menudas estrellas. Fue su peor noche, pero me temo que da lo mismo y que, pese a sus errores y al amago de nominaci¨®n, su proeza diet¨¦tica y su chorro de voz la siguen convirtiendo en candidata a la victoria. Las galas han ganado en espectacularidad y perdido en espontaneidad. Ahora asoma ese miedo esc¨¦nico que tanto perjudica a los futbolistas en las finales. Agarrotados por la responsabilidad, algunos chicos no consiguen sacar lo mejor de s¨ª mismos y se ven secuestrados por sus propios personajes. Hay excepciones, claro. A saber: el sinuoso Bisbal (favorito again) y la radiante Chenoa, que despacharon con Escondidos un d¨²o adosado a una coreograf¨ªa que aspiraba a ser momento sensual y que se qued¨® en g¨¦lido tr¨¢mite. Ver¨®nica, en cambio, no pudo superar sus problemas, quiz¨¢s por culpa de una canci¨®n-trampa (Regresa a m¨ª) que la puso en evidencia, mientras que Nuria (No me importa nada) se salv¨® gracias a los errores ajenos y no a los propios aciertos. Manu y Gisela fueron lo mejor de la noche. 'A la Tabares se le va a caer la baba', le dijo ?ngel a Manu, consciente del papel que Pilar y su gesticulaci¨®n desempe?an en un jurado al que s¨®lo le queda una semana (luego las votaciones del p¨²blico decidir¨¢n). Manu estuvo convincente, aunque reboz¨® con potencia Te extra?o, un bolero que requerir¨ªa algo m¨¢s de pathos. Gisela, pese a la decisi¨®n del jurado, acus¨® el sobreesfuerzo Disney de esta semana y administr¨® sus recursos con inteligencia y generosidad al interpretar Don't leave me this way. Es, por ahora, la m¨¢s constante, aunque no responda al perfil de espectacularidad que algunos parecen andar buscando. Hubo emoci¨®n -y las ya cl¨¢sicas escenas de l¨¢grimas-, s¨ª, aunque no tanta como otras veces, ya que, al final, todo acab¨® m¨¢s o menos como casi todos los muchos seguidores del concurso pensaban que acabar¨ªa: con Ver¨®nica como candidata condenada y Gisela asumiendo con extraordinaria deportividad un papel que no le corresponde. Que le quiten lo bailao, sin embargo: siempre podr¨¢ decir que estuvo con Mick Jagger en la Costa Azul.

[Operaci¨®n Triunfo fue seguido el lunes por una media de 8.888.000 espectadores, con una cuota de pantalla del 54%, batiendo de nuevo su r¨¦cord de audiencia].