La cara cient¨ªfica de la canci¨®n
Adolfo Celdr¨¢n presenta, acompa?ado por Manuel Toharia, el primer ¨¢lbum con canciones in¨¦ditas en 25 a?os
'Adolfo y yo compartimos el amor por la m¨²sica y por la ciencia', explicaba Manuel Toharia, director del Museo de las Ciencias Pr¨ªncipe Felipe, sobre el escenario de la SGAE (Sociedad General de Autores) de Valencia. A su lado el aludido, Adolfo Celdr¨¢n, profesor de F¨ªsica Aplicada en la Universidad de Alicante, listo para mostrar algunas de las canciones de su nuevo ¨¢lbum, publicado tras 25 a?os de silencio como cantautor. Un silencio relativo, ya que sus canciones se han visto reeditadas en los a?os 90 en distintos recopilatorios de canci¨®n de autor.
El director del Museo de las Ciencias glos¨® las virtudes del disco, reflejo de 'ese esp¨ªritu que quiere trasmitir una serie de vivencias, problemas y preocupaciones que en la sociedad no siempre salen a flote'. Record¨® que 'eso es algo que ya hac¨ªan hace treinta a?os Els Setge Jutges, en otro contexto pol¨ªtico y social'. Pero eso era en Barcelona. 'En Madrid', continu¨®, 'ten¨ªamos una cosa parecida, ¨¦ramos menos, puede que no tan buenos, y cant¨¢bamos en f¨¢bricas y colegios mayores'. Se refer¨ªa a Canci¨®n del Pueblo, colectivo fundado en 1967 del que formaban parte, entre otros, Adolfo Celdr¨¢n y ¨¦l. 'Los viejos cantautores nunca mueren', concluy¨® Toharia, 'sino que mejoran con el tiempo'.
Acto seguido, cogi¨® la guitarra y ambos cantaron una canci¨®n que el director del museo compuso en su d¨ªa sobre el Romance de la conquista de Alhama, un texto del siglo XV, donde tuvieron, como en el resto del breve recital, el s¨®lido apoyo de Gaspar Pay¨¢, un guitarrista originario de Novelda que ha acompa?ado a Celdr¨¢n desde hace casi tres d¨¦cadas. Por su parte, Celdr¨¢n decidi¨® recuperar de los viejos tiempos El pueblecito, una canci¨®n que retrata el advenimiento de la televisi¨®n en un rinc¨®n espa?ol cualquiera, en lugar de canciones m¨¢s conocidas, como Las nanas de la cebolla, Bella Ciao o Cajitas. Aqu¨ª les acompa?¨® Paco Mu?oz, a quien el cantautor alicantino conoci¨® en el a?o 1971 con ocasi¨®n del primer Festival Ib¨¦rico de la Canci¨®n, que se celebr¨® en el Teatro Principal de Valencia. Entonces Mu?oz, record¨® ¨¦l mismo, era 'un cura de pueblo que en vez de llevar sus feligreses a Lourdes, los llevaba a o¨ªr cantar' y que accedi¨® a Le¨®n Felipe gracias a Adolfo Celdr¨¢n.
Luego vinieron las canciones del nuevo ¨¢lbum, titulado Jarmizaer, Jarmizaer, que era el objetivo principal del acto. 'Una ma?ana me despert¨¦ con esta palabra en la boca, la apunt¨¦ y me d¨ª cuenta que detr¨¢s hab¨ªa cosas'. Jarmizaer est¨¢ asociada a los versos de Meena, miembro de la Asociaci¨®n Afgana de Mujeres Revolucionarias, 'que fue asesinada' y reivindica 'la ternura y el cuerpo' como se reivindican derechos. La m¨¢s llamativa de las canciones nuevas que Adolfo Celdr¨¢n interpret¨® con el respaldo de sus amigos fue Pep de L'Horta, la historia de una revuelta campesina real, acaecida en la huerta valenciana hace 200 a?os, contra la requisa del grano por parte de los se?ores, cuyo l¨ªder fue un h¨¦roe de ficci¨®n.
Cant¨® tambi¨¦n Ella llevaba trenzas, o c¨®mo los sue?os grandiosos de amor adolescente convierte el tiempo en rutina, frustraci¨®n y desenga?o. Triste, s¨ª, pero la m¨²sica y textos de Adolfo Celdr¨¢n hacen de historias como ¨¦sta un despliegue de ternura c¨®mplice y buen humor.
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