El Papa re¨²ne a 12 religiones por la paz

Las cifras del encuentro interreligioso celebrado ayer por el papa Juan Pablo II volvieron a ser grandiosas. M¨¢s de 200 representantes de una docena de religiones, un centenar de personalidades de la vida p¨²blica, incluidos el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi; el presidente de la Rep¨²blica, Carlo Azeglio Ciampi, y miles de fieles se reunieron en la localidad de As¨ªs, en la Italia central, para rezar por la paz conjuntamente.

El momento crucial del d¨ªa fue la lectura de una oraci¨®n a cargo de 10 l¨ªderes religiosos, en la que cada uno asumi¨® el compromiso de trabajar en defensa de la justicia, la dignidad humana y la paz. La oraci¨®n m¨¢s rotunda fue la pronunciada por el Pont¨ªfice. 'Nunca m¨¢s violencia. Nunca m¨¢s guerra. Nunca m¨¢s terrorismo. En nombre de Dios que cada religi¨®n traiga a la Tierra justicia y paz, perd¨®n, vida y amor'.

Con este dec¨¢logo, las mayores religiones del planeta se comprometen a reparar los errores del pasado. La historia demuestra que las distintas fes han sido con frecuencia el verdadero motor de las guerras. As¨ª lo reconocieron varios de los representantes religiosos que intervinieron en la primera parte de la jornada por la paz. Once l¨ªderes, entre cristianos, musulmanes, budistas, jud¨ªos, hind¨²es y un representante de las religiones tribales africanas, subieron al estrado para testimoniar su compromiso com¨²n para 'superar los enfrentamientos entre los pueblos, en favor de una aut¨¦ntica promoci¨®n de la paz' y para proclamar que 'la religi¨®n no debe volver a ser pretexto de conflictos, odios y violencias'.

Es dif¨ªcil saber cu¨¢l ser¨¢ el verdadero impacto de una jornada que pec¨® de excesos protocolarios, escenogr¨¢ficos y ret¨®ricos, especialmente en las prolijas intervenciones de algunos de los l¨ªderes religiosos. Pero sobr¨® escenograf¨ªa y ret¨®rica y el ¨¦xito de convocatoria no consigui¨® ocultar las importantes ausencias. En el inmenso recinto acondicionado para acoger las distintas ceremonias, en la plaza de San Francisco, a un paso de la bas¨ªlica renacentista, no estaban buena parte de los m¨¢ximos l¨ªderes de las religiones invitadas. Faltaba el Dalai Lama, y faltaban personalidades de peso del juda¨ªsmo internacional, y del islam. Tambi¨¦n era evidente la ausencia de personalidades de rango en las delegaciones de las 31 iglesias cristianas que acudieron a As¨ªs, con algunas honrosas excepciones como la del patriarca de Constantinopla, Bartolomeo I. El Vaticano triunf¨® en el empe?o de proyectar una imagen de concordia, con el espect¨¢culo multicolor de los distintos l¨ªderes religiosos participando en un acto com¨²n, en perfecta concordia y armon¨ªa.

El encuentro estuvo dominado por la figura del Pont¨ªfice, que en su discurso de bienvenida a los participantes, invoc¨® la paz, recordando que s¨®lo puede basarse sobre la 'justicia y el perd¨®n'. Karol Wojtyla afirm¨® entre aplausos que 'las tinieblas no se disipan con las armas, sino encendiendo focos de luz'. El Papa subray¨® que sin justicia no puede haber paz porque, 'en muchos casos', la violencia y el terrorismo est¨¢n generados por la marginaci¨®n y la opresi¨®n.