Guant¨¢namo: ?por qu¨¦?
En 1999 Amnist¨ªa Internacional denunci¨® a EE UU en la ONU y p¨²blico un informe especial sobre los derechos humanos dentro del pa¨ªs. AI sosten¨ªa que la brutalidad policial es generalizada, persistente e impune. Y es, adem¨¢s, racista pues afecta especialmente a minor¨ªas ¨¦tnicas como la hispana o la afroamericana. La discriminaci¨®n tiene lugar incluso en relaci¨®n con la pena de muerte pues 'se aplica a menudo por causas de venganza y arbitrariamente, dependiendo de la condici¨®n racial o social del acusado'.
Trato denigrante y cruel en las c¨¢rceles, humillaci¨®n de los inmigrantes y torturas son algunas de las pr¨¢cticas corrientes en la ¨²nica superpotencia del planeta. Una de ellas tiene una sui generis denominaci¨®n coloquial 'como un cerdo'. Consiste en situar al detenido con las manos en la espalda, atadas a los tobillos. Edificante.
El presidente de Amnist¨ªa, Pierre San¨¦, declar¨® entonces: 'Resulta tristemente ir¨®nico que el pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo se sirva del derecho humanitario para criticar a terceros, pero no aplique el mismo rasero en casa'. La guerra de Afganist¨¢n, y en particular el traslado a Guant¨¢namo de los prisioneros talibanes y de Al Qaeda, ha demostrado su falta de escr¨²pulos tambi¨¦n fuera de casa. ?Alcanza un talib¨¢n la categor¨ªa de cerdo? Millones de personas han visto las im¨¢genes televisivas del enemigo isl¨¢mico humillado, sometido a un trato superfluo que ¨²nicamente busca eso: humillaci¨®n y degradaci¨®n. ?Con qu¨¦ objetivo? ?Piensa Washington que ello potenciar¨¢ su posici¨®n en el Tercer Mundo, ante los condenados de la tierra, que los amedrentar¨¢ tanto como para que se metan en sus agujeros y no salgan durante generaciones? Se equivoca. ?Piensa que todos sus aliados europeos van a tragar comportamientos de ese tipo? Yerra.
Toda gran potencia tiende a generar violencia en sus acciones exteriores. EE UU y URSS lo hicieron. La guerra del Golfo se la busc¨® Sadam por invadir Kuwait y hay que reconocer que la intervenci¨®n en Afganist¨¢n se la pusieron f¨¢cil a Washington Bin Laden y los talibanes. Sin embargo, una superpotencia-que no fuera s¨®lo militar sino tambi¨¦n potencia civil- tendr¨ªa que dar ejemplo de respeto a los derechos humanos, a¨²n cuando le hubieran derribado dos torres gemelas por cada uno de los cincuenta estados de la Uni¨®n. En Guant¨¢namo, en Vietnam y en las calles de Chicago.
Muchos norteamericanos se han preguntado por qu¨¦ a ra¨ªz del 11-S se les odia tanto en el mundo. Sost¨¦n de los poderosos, desprecio de los d¨¦biles, oposici¨®n al Tribunal Internacional de Justicia, al Tratado de Prohibici¨®n de Pruebas Nucleares, al Protocolo de Kyoto ... Y ahora Guant¨¢namo. El poder en Washington- especialmente el poder republicano- contin¨²a recalcitrantemente alimentando las posiciones antiamericanas en todo el mundo.
Cuando yo estudiaba en Columbia, gran parte de la sociedad se opon¨ªa activamente a este tipo de actitudes que degradan la condici¨®n humana. Espero que el 11-S no la haya abotargado de tal modo como para bloquear una reacci¨®n de decencia y dignidad dentro de EE UU. En cualquier caso, muchos europeos estamos dispuestos a permanecer vigilantes. A apoyar al ministro de Exteriores brit¨¢nico, Jack Straw, que ha declarado que 'los prisioneros, deben ser tratados humanamente y de acuerdo con el derecho internacional' (a pesar de que fuera corregido por su propio ministerio, obviamente siguiendo un vergonzoso diktat superior). Decididos a recordar con Javier Solana que 'mantener nuestros principios y nuestro comportamiento es fundamental en la batalla contra el fanatismo y el terrorismo'. ?Es que vamos nosotros mismos a liquidar valores que decimos defender? A prop¨®sito ?cu¨¢l es la posici¨®n sobre todo esto de la presidencia espa?ola de la Uni¨®n?
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador y eurodiputado socialista.
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